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Contestación popular al proyecto de la "Y vasca"

El Tren de Alta Velocidad, otra experiencia de lucha de clases

Fuentes: Askapena

En el ordenamiento de las economías nacionales y supranacionales, el transporte adquiere una importancia estratégica. En las sociedades de alto consumo, parecen una pieza obligada las líneas para trenes de alta velocidad. Este tipo de trenes han llegado a convertirse en herramientas imprescindibles para los sectores acomodados, que han hecho del tiempo un bien muy […]

En el ordenamiento de las economías nacionales y supranacionales, el transporte adquiere una importancia estratégica. En las sociedades de alto consumo, parecen una pieza obligada las líneas para trenes de alta velocidad. Este tipo de trenes han llegado a convertirse en herramientas imprescindibles para los sectores acomodados, que han hecho del tiempo un bien muy preciado por escaso. Los trenes de alta velocidad se han convertido, también, en indicativo de la capacidad económica de las naciones ricas. Una sociedad que se precie de tener una alta renta per cápita tiene que demostrarlo contando con trenes de alta velocidad. Este tipo de trenes están estrechamente vinculados al capitalismo salvaje, ya que requieren de inversiones gigantescas para su trazado y para su mantenimiento.

Los trenes, además de requerir un ingente consumo de energía y recursos para su mantenimiento, son ferozmente agresivos con el medio. Sólo pueden mantener su alta velocidad, si arrasan todo lo que se les pone por delante: montañas, valles, ríos, explotaciones rurales… todo debe de sufrir las modificaciones que sean necesarias para que el trazado del tren garantice su alta velocidad en condiciones de seguridad.

El acuerdo intergubernamental que desenmascara a los gobiernos

El Gobierno Vasco, gestionado siempre por el neoliberalismo del Partido Nacionalista Vasco, no podía sustraerse a la fascinación de «un juguete» tan llamativo y caro pero, al mismo tiempo, tan lucrativo. El gobierno navarro, de la ultraderecha heredera de Franco, también tiene su parte del pastel, y las consejeras de transporte de ambos gobiernos pronto de dieron la mano (del negocio). Los intereses de las burguesías capitalistas que gobiernan en Madrid, Gasteiz e Iruñea son, en este punto, coincidentes. Madrid necesita reforzar su conexión de alta velocidad con Europa al precio que sea. Los Gobiernos vasco y navarro, desde su perspectiva neoliberal, también están muy interesados en ese proyecto. ¿Qué ventajas les reporta?: la perspectiva de gigantescas inversiones que beneficiarán a empresas vinculadas con los partidos políticos gobernantes; este macroproyecto reforzará la integración del País Vasco en el modelo de sociedad consumista que PNV y UPN están intentando reforzar; además de sus beneficios económicos, la sociedad vasco-navarra ganará en imagen de progreso (en clave capitalista) siendo ellos los artífices de la misma… ¿Y los graves perjuicios medioambientales y sociales? Debieran de ser precisamente los gobiernos quienes se preocuparan, en primera instancia, por salvaguardar los recursos naturales y sociales de su territorio. Pero las agresiones al medio, nunca han sido preocupación sustancial para los neoliberales que gestionan los gobiernos nacionales o locales. En este caso, ha ocurrido lo mismo. El acuerdo entre los tres Gobiernos se ha formalizado.

La contestación popular

El proyecto, al que se le conoce como la «Y vasca» ya que su trazado se asemeja a esa letra, comenzó a ser conocido en marzo de 1994, cuando se aprobó el Plan Director de Infraestructuras. Desde que se conoce dicho el proyecto, y sobre todo a medida que va tomando cuerpo el acuerdo alcanzado entre ambos gobiernos, hay sectores populares muy variados que demuestran su desacuerdo con el proyecto estrella: el trazado de tren de alta velocidad. La contestación popular ha experimentado un fuerte incremento a medida que e proyecto se ha ido consolidando y, sobre todo, desde que las obras se iniciaron de forma precipitada, y casi subrepticia. En la actualidad, las obras siguen un proceso muy acelerado para que se imponga el argumento de los hechos consumados.

Las razones que se alegan en contra del trazado son importantes:

  • Sobrecarga de infraestructuras de transporte en un país pequeño, que cuenta con poco espacio y que, el que tiene, está sobresaturado por la marea del cemento (grandes infraestructuras y construcciones masivas de viviendas con interés especulativo).

  • Agresiones muy fuertes e irreversibles a un entorno muy accidentado: necesidad de grandes túneles (que afectarán seriamente a muchos acuíferos hoy activos) y de grandes viaductos (que destrozarían el hábitat poblacional y productivo de esos bellos rincones naturales).

  • Problema añadido a una agricultura y ganadería que se encuentra con grandes dificultades para la supervivencia.

  • Obra faraónica que no va a responder a las necesidades reales de transporte de la población sino a intereses foráneos. Va a absorber ingentes masas de recursos económicos que tendrán que ser desviados de mejoras sociales.

Los grandes debates que suscita el proyecto

El intento de construir semejante obra ha provocado, de forma colateral importantes debates:

  1. El modelo de transporte del que queremos dotarnos: La iniciativa ciudadana es consciente de que la sociedad debe de hacer frente a los nuevos retos. No se opone de forma ciega a la modernización de los transportes. Ofrece alternativa: el desarrollo del tren social.

  2. El modelo de sociedad. Es el gran debate que hay de fondo: capitalismo salvaje o socialismo racionalizado. Neoliberalismo depredador o progreso racionalizado y solidario.

  3. Despotismo ilustrado o democracia participativa. Los acuerdos intergubernamentales para salvaguardar el proyecto se han formalizado en el más absoluto oscurantismo. Acuerdos alcanzados por las camarillas de poder: gobernar para el pueblo pero sin el pueblo. A la sociedad se le ha negado información y se ha elegido la vía de los hechos consumados. Cuando la sociedad civil ha querido participar activamente en el debate se ha encontrado con la oposición cerrada de las instituciones que dicen representarle. Las Instituciones, supuestamente representativas de la voluntad popular, frente a la voluntad popular que ha está desbordando los cauces institucionales.

  4. Debate social o conflicto de orden público. Los sectores sociales organizados consideran su posicionamiento como un enriquecedor debate social. Los gestores de la «cosa nostra», que ven obstaculizados sus oscuros intereses, intentan que la confrontación dialéctica degenere en debate de orden público. Situación que, como acostumbran, debería de resolverse con la utilización de la violencia institucional para reprimir la disidencia. Enfrentamiento y represión que ya se está produciendo.

Frente a esta actitud represora y de violencia institucional, la creatividad popular está desarrollando su imaginación. Verdadera fuente de iniciativas para hacer frente a la prepotencia neoliberal.

Cada clase despliega sus estrategias

La confrontación social en torno al trazado del TAV está agudizándose por momentos. Los Gobiernos de Madrid, Vitoria y Pamplona se han convertido en gestores y garantes de los intereses capitalistas. Los sectores de izquierda han asumido la defensa de los intereses populares. Los primeros, daban por hecho que neutralizarían sin dificultad al movimiento popular que se opone al demoledor proyecto. La preocupación gubernamental va en aumento a medida que los sectores populares incrementan su grado de organización y de respuesta.

Las armas del movimiento popular

La organización. El movimiento popular contrario al TAV se ha constituido en una plataforma amplia y plural conocida como AHT Gelditu (Detengamos el TAV). Es el organismo que, de forma democrática y participativa recoge las iniciativas y las canaliza conformando un tejido asociativo entre todos los agentes que se van incorporando al movimiento.

La formación y la información. De acuerdo a una concepción democrática de su trabajo, el movimiento popular reitera la exigencia de que la ciudadanía conozca con precisión los detalles del proyecto. Acusan a las administraciones de oscurantismo ya que están llevando adelante el proyecto mientras niegan la información necesaria respecto al mismo. Para contrarrestar esta actitud sigilosa, la plataforma ha organizado encuentros, acampadas, espacios de reflexión colectiva y abierta; en dichos encuentros se han organizados charlas, mesas redondas, debates para que los participantes adquieran un nivel de información amplio respecto a la problemática que se aborda.

Con la finalidad de trasladar a toda la ciudadanía una información detallada del proyecto, la Coordinadora ha puesto en marcha (21.11.07) una web que facilite información a quienes quieran recabarla: www.ahtgelditu.org. Pretende ser espejo y voz de la oposición a la que las instituciones pretenden acallar.

Aportación de alternativas. La Coordinadora no se limita a cuestionar la gigantesca macro estructura que se está construyendo. Es consciente de que el transporte público es una necesidad de vital importancia en nuestra sociedad. Por eso motivo, reitera su apuesta por un tren social: se trataría de un modelo de transporte menos costoso, menos agresivo con el entorno y más ajustado a las necesidades reales de la ciudadanía.

La movilización. Coordinadas por AHT Gelditu, son muchas las iniciativas locales que se están poniendo en marcha: marchas montañeras, colocación de propaganda en sitios visibles (paredes, puentes sobre los viaductos, carreteras…) conferencias, encarteladas, concentraciones… Los miembros del movimiento están centrando estas concentraciones delante de las sedes de las empresas que participan en el macroproyecto, también delante de los domicilios de algunos de los responsables políticos más significados. Se trata de concentraciones pacíficas.

Esta dinámica de permanente movilización, está creando conciencia en la ciudadanía. Lo que, inicialmente, era un movimiento que concentraba a unos cientos de personas, ha tenido una expresión mucho más concurrida. El día 15 de noviembre, fueron ya más de 15.000 personas las que se movilizaron contra el TAV.

Las consultas populares. Manteniendo esta dinámica eminentemente democrática, se ha creado una corriente a favor de las consultas populares promovidas por los ayuntamientos. Hasta la fecha de hoy, son varias las instituciones municipales que han impulsado estas consultas dando como resultado un rechazo masivo al proyecto allá donde la ciudadanía se ha podido expresar abiertamente.

Sabotajes. En los últimos meses debido a que en diferentes puntos, y siguiendo una política de hechos consumados, han comenzado las obras, se están produciendo numerosas obras de sabotaje de la maquinaria e infraestructuras necesarias para la construcción del TAV.

Las armas de los sectores financieros y gubernamentales

Como ya se ha dicho, están llevando una política obscurantista, difundiendo propaganda del proyecto pero negando la información. Las estrategias que están utilizando son las siguientes:

Política de hechos consumados. Las fuerzas que han apostado por el TAV ignoran al movimiento social y a la ciudadanía que se opone al proyecto. Intentan desarrollarlo a marchas forzadas para que el TAV sea una realidad que no admite contestación.

Acoso al ejercicio democrático. Las autoridades gubernamentales del Estado español están persiguiendo las iniciativas municipales que promueven consultas populares. En unos casos, recurren las resoluciones adoptadas por los ayuntamientos; en otros casos, prohíben el ejercicio de la consulta. En Elorrio, ante la prohibición expresa del Delegado de Gobierno español respecto a la iniciativa municipal, la consulta tuvo que realizarse impulsada por un colectivo de vecinos de la localidad.

La represión y criminalización del movimiento. Una estrategia perfectamente diseñada por los sectores capitalistas, está haciendo una dura campaña para deslegitimar al movimiento social. Están utilizando todos sus medios para difundir estos mensajes: el movimiento social es minoritario y no tiene representatividad, la verdadera representatividad está en las instituciones; el movimiento social contra el TAV agrupa a sectores radicales (¡palabra maldita!) de la sociedad cuya única obsesión es oponerse por sistema a las mejoras que las instituciones promueven; el movimiento anti-TAV es violento en sus métodos (consideran inaceptable que se concentren pacíficamente con una pancarta en la mano delante de las sedes de las empresas constructoras); detrás del movimiento está ETA (no hay constancia de que ETA haya actuado ni haya anunciado su actuación en este frente), tienen verdadera obsesión en convertir la lucha contra la ciudadanía y el entorno en una lucha contra ETA. Son bastantes las detenciones de activistas que se han producido hasta la fecha.

Cada cual toma partido

El Gobierno español (PSOE), el vasco (PNV-EA-IU)) y el navarro (UPN-PP), gestores decididos de los intereses neoliberales, han hecho una apuesta total por el macroproyecto; han dedicado a él una ingente cantidad de recursos económicos que serán sustraídos de partidas para mejoras sociales.

Las élites empresariales del PSOE, PNV y PP apoyan sin fisuras el proyecto. Izquierda Unida (EB) se mueve en continuas contradicciones. Dice estar en contra del TAV pero, como miembro del Gobierno Vasco, lo defiende y financia. Dio su voto favorable a los presupuestos del macroproyecto. Nafarroa Bai se mueve en la mayor de las ambigüedades: mientras alguno de sus miembros pone reservas, casi todos sus integrantes apuestan por el TAV del capitalismo. Dentro de las fuerzas políticas la izquierda vasca es la única que se opone abiertamente al TAV.

Los sindicatos ELA y LAB (mayoritarios en Euskal Herria), aunque con un grado de implicación muy desigual, también se oponen al proyecto.

Además una larga serie de organismos sectoriales y movimientos populares ecologistas, juveniles, baserritarras (pequeños campesinos), gaztetxes (casas ocupadas)…

La batalla está ya en la calle.