La Sección nº5 de Tribunal Superior de Justicia de Madrid, acaba de dictar sentencia estimando el recurso de suplicación interpuesto por la viuda e hijos de D. Juan J. V. B contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social nº 11 de Madrid en 2015 revocando la misma y condenando a la demandada […]
La Sección nº5 de Tribunal Superior de Justicia de Madrid, acaba de dictar sentencia estimando el recurso de suplicación interpuesto por la viuda e hijos de D. Juan J. V. B contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Social nº 11 de Madrid en 2015 revocando la misma y condenando a la demandada Uralita SA a abonar en concepto de daños y perjuicios, 300.000€ a la viuda y 200.000€ a cada uno de sus dos hijos.
D. Juan J. V. B. prestó sus servicios profesionales para la mercantil ROCALLA SA desde 1973 hasta 1982 como especialista de primera en moldeados, donde estuvo directa e indirectamente expuesto al amianto de manera continua, ya que su cometido principal, era hacer los moldes que se fabricaban en la factoría de Córdoba para los distintos productos que para la construcción allí se realizaban como tuberías, techos, canalones, macetas, planchas, etc. Para la fabricación de dichos moldes industriales, D. Juan J. V. B., utilizó como elemento principal el amianto que por venir en polvo se mezclaba con agua y otros productos para fabricar los moldes.
La continua y constante exposición al amianto, provocó que D. Juan J. V. B. sufriera un mesotelioma pleural diagnosticado en 2.011 falleciendo tras un deterioro progresivo el 6 de agosto de 2.012.
En Mayo de 2.013, la viuda e hijos de la víctima, presentaron demanda ante los Juzgados de lo Social de Madrid. Dicha demanda fue inicialmente desestimada por entender que Uralita y Rocalla no eran la misma empresa. Ello motivó que se interpusiera el recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid que ahora se ha estimado.
Supone esta sentencia, en la que se condena a la empresa Uralita a pagar 700.000€, una nueva victoria de la firma Oria, Pajares & Asociados en un caso no exento de dificultad tanto por la mercantil condenada al haber habido una compleja sucesión empresarial, como por las circunstancias concretas del caso. Victoria en la que además se reconoce una de las indemnizaciones hasta ahora más altas dictadas a favor de los afectados por el amianto que no sólo tienen que luchar contra los efectos de las enfermedades que dicho cancerígeno material provoca, sino contra las dificultades que supone su prueba en los Tribunales.