A los dos principales partidos envueltos en una ácida lucha política hacia las elecciones de marzo próximo en España se suma ahora un tercer elemento en apoyo de la oposición: la Iglesia Católica. La institución religiosa se lanzó de lleno en la contienda electoral con un respaldo abierto y sin recato al opositor Partido Popular […]
A los dos principales partidos envueltos en una ácida lucha política hacia las elecciones de marzo próximo en España se suma ahora un tercer elemento en apoyo de la oposición: la Iglesia Católica.
La institución religiosa se lanzó de lleno en la contienda electoral con un respaldo abierto y sin recato al opositor Partido Popular (PP) al dar a conocer un documento que señala a los fieles católicos la urna en que deben depositar su voto.
Una primera acción en ese sentido tuvo lugar en diciembre pasado, cuando en un acto multitudinario en Madrid altos jerarcas eclesiásticos criticaron varias medidas del gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
En aquella ocasión los arzobispos Antonio María Rouco Varela (Madrid) y Agustín García-Gasco (Valencia) dijeron que los derechos humanos están en retroceso en España y hablaron de la existencia de una cultura del laicismo radical.
Al mismo tiempo atacaron las leyes impulsadas por el gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero sobre el matrimonio entre homosexuales, el divorcio y el aborto como «normas que disuelven la democracia».
Sin embargo, este jueves, a sólo 38 días de las elecciones generales del 9 de marzo y cuando el opositor PP cede terreno en las encuestas frente al PSOE, la Iglesia Católica volvió a cargar contra el gobierno socialista.
Y lo hizo con un tema de candente actualidad que hoy aparece como la mayor preocupación de los españoles: el terrorismo, añadido a los puntos de ataque presentados en diciembre.
En un llamado a sus fieles, la Conferencia Episcopal pidió, en una parábola sin nombres, oponerse a reconocer explícita o implícitamente «organizaciones terroristas como representantes políticos de ningún sector de la población».
Fue una clara alusión a los contactos que sostuvo el PSOE con la organización armada ETA, la cual mantuvo una tregua en sus acciones desde marzo a diciembre de 2006, cuando se produjo un atentado dinamitero en el aeropuerto de Barajas con dos muertos.
Sin embargo, la respuesta del PSOE al nuevo ataque de la cúpula católica local recordó que los ex presidentes Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar, este último del PP, también negociaron con ETA.
Todos dialogaron con ETA e incluso alguno de ellos, como Aznar, con un obispo como intermediario, apuntaron los socialistas al señalar que el argumento esgrimido por los clérigos es hipócrita y malintencionado.
«Si no hay que votar a los partidos que han dialogado con ETA (como proponen los líderes católicos), no hay que votar a nadie porque ningún partido cumple ese requisito», agregaron.
Para el PSOE, la inmensa mayoría de los españoles, católicos y no católicos, defienden el Estado constitucional y una sociedad laica, en la cual cada persona tenga derecho a vivir según sus propias ideas y creencias sin que nadie imponga su doctrina.
«Es evidente que los obispos que han firmado ese comunicado no creen en esa sociedad. Por eso están tan lejos de la sociedad española de hoy», concluyó el partido en el poder y que aspira a la reelección en marzo.
El nuevo paso de la cúpula católica se produjo en momentos en que, por primera vez en varios meses, los sondeos se alejan de manipulaciones en ocasiones evidentes y coinciden en otorgar seis puntos de ventaja al PSOE sobre el PP.
Y con el condimento de que ese despegue responde más a problemas de los populares que a méritos propios del PSOE, sobre todo a partir de una cruda guerra interna dentro de la oposición.