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Se publica su correspondencia con el anarquista catalán Antonio Vidal

Emma Goldman, cartas con historia

Fuentes: www.setmanaridirecta.info/Rebelión

La sensación de que una simple maleta puede alojar una valiosa porción de la historia y los sentimientos de personas de otro tiempo es algo que, de tanto en tanto, se abre ante nosotros como un tesoro al que no podemos dejar de admirar. Fruto del destino final de una de estas maletas «transhistóricas», el […]

La sensación de que una simple maleta puede alojar una valiosa porción de la historia y los sentimientos de personas de otro tiempo es algo que, de tanto en tanto, se abre ante nosotros como un tesoro al que no podemos dejar de admirar. Fruto del destino final de una de estas maletas «transhistóricas», el libro Fraternalmente, Emma que reproduce y documenta las ocho cartas que se intercambiaron al final de la Guerra Civil la conocida activista libertaria Emma Goldman y el anarquista catalán Antonio Vidal.

El trabajo llevado a cabo por Ricardo García Luis comenzó en 1996 cuando Mercè -nieta de Antonio Vidal- se puso en contacto con este investigador canario para informarle de los documentos que contenía la maleta que, hacía unos años, había recibido en Barcelona procedente de Inglaterra. Y es que, Antonio Vidal Arabi (1898-196?) vivió poco en su Cataluña natal. En 1923, tras ser ilegalizada la CNT por Primo de Rivera, se instaló en Tenerife donde sería uno de los promotores de la constitución de la FAI en la isla el año 1935.

Una vez comenzada la guerra, Vidal trabajó en el servicio de inteligencia del ejército republicano realizando contactos en Tánger, Francia e Inglaterra. En este último país, conoció en 1937 a Emma Goldman (1869-1940), ya que la CNT-FAI había encargado a la activista rusoamericana la dirección de la oficina de propaganda de Londres y de la revista Spain and the World .

Tras un intento fallido de desactivar la retaguardia franquista intentando sublevar a los nacionalistas marroquíes en Tánger, Antonio Vidal es encarcelado. Y, cuando en 1939 cobra la libertad, se va a Londres para tratar de ayudar desde allí a los exiliados republicanos. Pero, esta vez, Emma Goldman ya no se encuentra en la capital inglesa. Cansada por los años, y abatida por el sentimiento de la derrota española, se había trasladado a Canadá. Éste es justo el momento que da lugar al intercambio epistolar Londres-Toronto entre estas dos inquietas personalidades de la lucha anarquista.

 

Dos vidas y un mismo espíritu

Emma Goldman falleció en mayo de 1940, por lo que no pudo llegar a leer la última carta de Vidal. Con ella se iría un torrente de energía en favor de su avanzado feminismo libertario y de todas las causas justas. Su deseo de ser enterrada en Chicago, junto a los mártires del 1 de Mayo de 1886, fue autorizado tras haber sido considerada en vida la «Enemiga Pública Nº 1» en los Estados Unidos.

En cuanto a Antonio Vidal, que en realidad desde 1937 se ocultaba bajo el nombre de Martín Herrera de Mendoza, el conocimiento de su biografía se desdibuja con el tiempo. Se sabe que se embarcó, se sabe que en 1949 dirigía una revista en Nueva York (Proyecto y Materiales), y se sabe que murió a mediados de la década de 1960, pero se ignora dónde reposan sus restos. Con él se fue también una de esas personas cuyo destino se confunde con la extraordinaria coherencia mostrada por defender sus ideales.

El libro-documento que ha editado La Felguera atrapa enseguida y nos pide ser leído de un tirón. Puede que esto sea porque la singularidad de estas cartas nos recuerda a los rápidos correos electrónicos que actualmente nos enviamos por doquier mezclando información con sentimientos… Pero lo que es seguro es que, si su lectura atrapa, es por el modo en que estas cartas hacen que la Historia como tal reviva en nuestras mentes a través de los comentarios que, desde la solidaridad y apoyo mutuo, se cruzaron ambas figuras del activismo internacional.

Decía Emma Goldman que «el cielo debe ser un lugar terriblemente aburrido si los pobres de espíritu viven allí». Podemos pensar, pues, que ni ella ni Vidal están en él porque su espíritu fue tan rico como lo fueron sus vidas.

 

 

Emma Goldman: Fraternalmente, Emma. Cartas de amor y de guerra

(Traducción: Virginia Regidor) La Felguera Ediciones, Madrid, 2008. 120 págs.

 

-Reseña publicada en catalán en el semanario Directa, Nº 129, marzo 2009, pág. 22

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