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En 2017 los 60 años de funcionamiento nuclear se impondrán por la vía de los hechos consumados, las bases ya están puestas

Fuentes: Colectivo 2020 LIBRE DE NUCLEARES / Rebelión

El pasado 30 de noviembre el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) (https://www.csn.es/actas-del-pleno/-/asset_publisher/a7kFDifheW6i/content/pleno-1396) dio apoyo oficial a las maniobras, desarrolladas a lo largo de 2016, para imponer los 60 años de funcionamiento de las centrales atómicas por la vía de los hechos consumados. Se puede comprobar en dos apartados del Acta de la reunión. – En […]

El pasado 30 de noviembre el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) (https://www.csn.es/actas-del-pleno/-/asset_publisher/a7kFDifheW6i/content/pleno-1396) dio apoyo oficial a las maniobras, desarrolladas a lo largo de 2016, para imponer los 60 años de funcionamiento de las centrales atómicas por la vía de los hechos consumados. Se puede comprobar en dos apartados del Acta de la reunión.

– En el punto 5.2, y bajo un título aparentemente neutro, «Guía de Seguridad del CSN GS ‐ 1.10 (actualización de la revisión 1) sobre «Revisiones periódicas de la seguridad de las centrales nucleares». Borrador 1 (NOR/15 ‐ 004)» se aprobó, por mayoría de cuatro votos favorables y una abstención, desvincular la renovación de las licencias de explotación de las centrales de las revisiones periódicas de seguridad. Es decir, un organismo que se supone de control y se define como técnico, asume una reivindicación de las empresas eléctricas a las que, teóricamente, debía controlar. Como se denuncia en los votos particulares del Acta.

Si hasta ahora, la renovación del permiso de funcionamiento de una central dependía de un informe técnico «preceptivo y vinculante» del CSN, previo a la decisión del Gobierno, a partir de ahora el Gobierno podrá otorgar la renovación de las licencias de explotación cuando las soliciten ENEL-ENDESA, IBERDROLA o GAS NATURAL- FENOSA, al margen de lo que digan los inspectores del CSN sobre el estado de los reactores. Al tratar directamente con el Gobierno, las empresas podrán solicitar, además, renovaciones hasta alcanzar los 60 años de funcionamiento, como ya ha sucedido en el caso de la nuclear de Garoña.

– El punto 14.2 del Acta trata de una propuesta de la Consejera Cristina Narbona, que sólo se especifica en el Anexo. Se pedía la creación de una Comisión, externa al CSN y con participación de expertos nacionales e internacionales, para debatir el funcionamiento a largo plazo (60 años) de los reactores atómicos. La propuesta fue contestada por todos los demás consejeros. El Acta no deja claro su rechazo, aunque la aclaración de voto de otro consejero en el Anexo del Acta lo implica.

Resulta muy llamativa la declaración, consignada en Acta, del Consejero Dies para descalificar dicha propuesta, expone que: «La propuesta de la consejera Sra. Narbona es similar a la propuesta que ayer, en la reunión del Comité Asesor, realizaron los representantes de Ecologistas en Acción y de Greenpeace.» Las implicaciones de dicha afirmación son considerables. Dicha declaración fue seguida de la habitual negación de que el CSN realice «política energética«.

El significado de estos dos acuerdos es claro: se ha decidido prescindir de cualquier formalismo a la hora de conceder permisos a las eléctricas para que las centrales atómicas funcionen durante 60 años. Incluso de algo tan simple como la creación de una Comisión de Debate, algo que, teniendo en cuenta la realidad del actual «Consejo Asesor» del CSN, podía convertirse en una simple operación de maquillaje de decisiones ya tomadas.

En resumen, el CSN asume una reivindicación de la industria nuclear, libera aún más a dicha industria del organismo que, oficialmente, debería controlarla y, con la excusa del carácter técnico, deja la decisión de alargar el funcionamiento de los reactores hasta los 60 años en manos de empresas y gobierno. El supuesto carácter «técnico» del CSN le permite adoptar sin problemas la demanda política de la industria nuclear.

Los acuerdos del CSN son coherentes con varias informaciones aparecidas en los últimos meses sobre la actividad de las compañías eléctricas:

– la propuesta de desvincular el informe técnico favorable a Garoña de su puesta en funcionamiento real (lo que dejaría en suspenso el dilema de los últimos cuatro años entre «Garoña cierra» o «Garoña continúa»), se justificarían así otros permisos globales hasta los 60 años;

– las rondas de conversaciones desarrolladas entre representantes de la industria nuclear y los grupos políticos del Congreso sobre el futuro de las centrales, de cuyo contenido nadie ha informado (http://politica.elpais.com/politica/2016/11/24/actualidad/1480002460_854003.html).

– las negociaciones mantenidas entre los gestores de las centrales nucleares y el gobierno sobre el alargamiento de los permisos, puestas de manifiesto en las declaraciones del máximo responsable de la Asociación Nuclear Ascó – Vandellós, el pasado 20 de diciembre (http://reusdigital.cat/noticies/el-camp/anav-demanara-allargar-la-concessio-de-vandellos-ii-el-proxim-estiu), así como por declaraciones relacionadas con la construcción de almacenes de residuos radioactivos en las centrales con capacidad declarada o potencial para 60 años de funcionamiento (casos de Almaraz y Cofrents). http://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/2016/09/23/el-ati-de-almaraz-servira-para-prolongar-la-vida-de-la-central-mas-alla-de-40-anos y http://www.cncofrentes.es/wcofrnts/corporativa/iberdrola?IDPAG=ESCOFPRENOT16&URLPAG=/gc/prod/es_ES/prensa/161108ATI.html

– la prisa por solicitar la renovación de los actuales permisos. Vandellós II plantea solicitar su renovación durante el verano de 2017, con tres años de antelación sobre la fecha prevista de junio del 2020. http://reusdigital.cat/noticies/el-camp/anav-demanara-allargar-la-concessio-de-vandellos-ii-el-proxim-estiu

Los acuerdos del CSN son netamente políticos, el alargamiento de las licencias abre el camino a que cualquier intento de no renovar el permiso de un reactor nuclear sea motivo de unademanda de lucro cesante por parte de las empresas eléctricas. Así, el necesario cierre de unos reactores con averías continuadas y emisiones radioactivas crecientes, se podría convertir para ENEL-ENDESA, IBERDROLA y GAS NATURAL- FENOSA en un suculento negocio, superior incluso al que supuso la moratoria nuclear de 1984. (http://www.eldiario.es/economia/regulador-maniobra-centrales-nucleares-funcionen_0_591441218.html)

La decisión del CSN también es coherente con el contenido de la comparecencia de su Presidente en la Comisión de Energía, Industria y turismo del Congreso, el pasado 19 de octubre, http://www.congreso.es/public_oficiales/L12/CONG/DS/CO/DSCD-12-CO-33.PDF, y su actitud de desprecio hacia los representantes de la soberanía popular, ante los que, teóricamente, debía «rendir cuentas«.

La situación actual, y la que se presenta en perspectiva el 2017, supera las capacidades de respuesta tradicionales del movimiento de resistencia a la energía nuclear. Es necesaria una amplia movilización ciudadana (fuerzas políticas, sindicatos críticos, entidades de protección medioambiental y todo el tejido asociativo) para impedir que el alargamiento del funcionamiento de los reactores hasta los 60 años, algo que tiene graves repercusiones en la salud y la seguridad de la población, sea decidido en reuniones cerradas de empresarios eléctricos, técnicos favorables y políticos afines.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.