El proyecto Geoviolencia Sexual registra 13 casos en 2016, 11 en el año 2017 y 13 agresiones sexuales múltiples en los primeros cuatro meses de 2018. Víctimas y agresores muy jóvenes o la comisión de varios delitos, además de la violación, son algunos de los patrones que reconoce el estudio. Las autoras pondrán en marcha […]
El proyecto Geoviolencia Sexual registra 13 casos en 2016, 11 en el año 2017 y 13 agresiones sexuales múltiples en los primeros cuatro meses de 2018. Víctimas y agresores muy jóvenes o la comisión de varios delitos, además de la violación, son algunos de los patrones que reconoce el estudio. Las autoras pondrán en marcha esta semana una web colaborativa para paliar la falta de datos sobre violencias sexuales.
Un total 37 casos de agresiones sexuales múltiples desde enero 2016 hasta abril de 2018, a los que hay que sumar otros tres más en abril que no han quedado registrados en el informe por haberse conocido más tarde, entre ellos el caso de la sala Razzmatazz -en el que una menor aseguró haber sido violada por tres hombres en uno de los camerinos, sin que se vaya a formular finalmente una denuncia-, es la cifra que recoge el proyecto Geoviolencia Sexual.
Esta investigación basada en fuentes hemerográficas se llevó a cabo mientras se esperaba la sentencia de La Manada. Los datos recogidos, que abarcan desde el 1 de enero de 2016 hasta el 30 de abril de 2018, indican que el número de casos de agresiones sexuales múltiples conocidas en 2018 ha alcanzado en los primeros meses de este año el pico máximo del periodo documentado.
Así, en 2016 las investigadoras detectaron 13 casos, en 2017 la cifra se redujo a 11, mientras que de enero a abril de 2018 el informe recoge 13 agresiones sexuales múltiples: en cuatro meses la misma cifra que en todo 2013, destacan.
Este aumento, además, coincide con el de los delitos contra la libertad sexual de las estadísticas oficiales, como subraya el informe. Así, según el Balance Trimestral de Criminalidad que publica el Ministerio de Interior, en los primeros meses de 2018 se ha producido un aumento de denuncias de agresiones sexuales con penetración del 28,4% con respecto al mismo trimestre del 2017.
Si en 2016 se denunciaban tres violaciones por día, desde entonces no ha dejado de aumentar la tasa de denuncias y en el primer trimestre del 2018 se denunciaron cuatro violaciones cada día, una cada seis horas. Pese a este aumento en los casos a los que los medios dan cobertura y el aumento de las denuncias, siguen faltando datos sobre qué porcentaje de casos se denuncian. La Federación de Centros de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS), cree que solo una de cada seis violaciones se convierte en denuncia en España, por lo que la cifra del informe no representa ni se acerca a todos los casos perpetrados y denunciados en el periodo 2016-2018. Las autoras del informe advierten de que desconocemos los niveles de impunidad, alcance y daño de la violencia sexual.
Investigar la violencia sexual se topa con el muro de la falta de datos. Pero no solo. «El análisis no se hace desde una perspectiva feminista, y tampoco se compara con otras violencias machistas», explica Graciela Atencio, coordinadora del informe.
Suplir estas carencias es, precisamente, el objetivo de Geoviolencia Sexual, un proyecto de Feminicidio.net, que, además del informe publicado a finales de mayo, contará a partir de esta semana con un mapa colaborativo para registrar casos de agresiones sexuales múltiples.
Sobre si este aumento está relacionado con la sentencia de La Manada y la posterior reacción, la coordinadora del estudio es prudente: el aumento de denuncias indica una mayor sensibilización, pero a la vez visibilizar estos casos refuerza el efecto de advertencia para otras mujeres. Atencio recurre a la antropóloga Rita Laura Segato «para pensar la violencia sexual desde un marco más amplio que es el de la guerra contra las mujeres». En ese sentido, las violaciones en grupo funcionan como «mensajes que se envía la fratría para validar su poder y comunicación, y los medios son parte de esa violencia en ese sentimos».
Para las autoras del informe, las violaciones grupales no pueden entenderse sin una mirada a la «pornografía hegemónica», que «se ha convertido en la educación sexual de varias generaciones desde la irrupción de internet». De hecho, el estudio que acompaña a su informe titulado La manada en el porno apunta a que la figura del gangbang, en la que grupos de tres o más hombres que tienen sexo con una sola mujer, contribuye a fortalecer el imaginario masculino en el que el cuerpo de las mujeres es territorio a conquistar. «El grupo masculino no tiene sexo con una mujer sino sexo contra ella y su corolario en el pasaje al acto en los casos de esta investigación se expresa un modelo de violación gangbang«, indican las autoras.
Las investigadoras señalan en su informe algunas semejanzas y patrones en los casos analizados: la inmensa mayoría de los grupos de varones (de dos a 10 integrantes) agreden a una sola mujer (en el 86% de los casos). Además, los grupos de hombres tienden mayoritariamente a agredir sexualmente con penetración (62% de las agresiones registradas). Los datos esbozan también que las agresiones son perpetradas por desconocidos (12 casos) o conocidos el día de la agresión (10 grupos), cifra que aglutina al 59% de los casos.
Un rasgo común a los 37 casos es que tanto los agresores como las víctimas son jóvenes. De las víctimas se conoce la edad de 19 mujeres y dos varones que oscilan entre los nueve y los 32 años (57%), de las cuales 11 eran menores de edad (en esta franja se encuentran los dos únicos varones registrados como víctimas, un niño de nueve años violado por cuatro compañeros de colegio y otro de 14 años con discapacidad, agredido por otros dos niños que eran hermanos). Las edades conocidas de los grupos de agresores oscilan entre los 13 y los 47 años pero en 19 grupos eran menores de 30 años.
El escenario de la agresión está repartido mayoritariamente en dos lugares: la vivienda en 10 casos y la calle en otros 10 (54%) y luego le sigue el vehículo con cinco casos. Además, en al menos en 22 casos de las 32 víctimas (69%) atacadas en solitario sufrieron uno, dos o tres actos violentos además de la agresión sexual, entre ellos seis amenazadas, cinco agresiones físicas (dos con lesiones severas) y cuatro robos. En cuatro casos, la víctima fue drogada y otros cuatro de grabó la agresión con un móvil.
Por Comunidades Autónomas, provincias y grandes municipios, se pueden consultar el número de agresiones sexuales con penetración y «resto de delitos contra la libertad e indemnidad sexual». Estas cifras reflejan una media estatal de 1,27 denuncias por delitos contra la libertad/indemnidad sexual por cada 10.000 mujeres. Por debajo de esta media se encuentran provincias como Ávila (0,37) o Teruel (0,45), mientras que Ceuta cuadriplica la media estatal con 5,25 delitos denunciados por cada 10.000 mujeres, seguida de Araba/Álava (2,91, más del doble que la media estatal). Por número de casos, Madrid encabeza la lista de provincias con 460 casos, seguida de Barcelona, con 457 denuncias.
Además, el Balance de Criminalidad del primer trimestre de 2018 registra nueve denuncias de este tipo de delitos cometidos fuera de España.