La Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL) fue fundada en Estocolmo (Suecia) por periodistas de Colombia y de Europa con el propósito de mostrar a la audiencia global una visión nueva de lo que acontecía en América Latina y particularmente en el complejo conflicto colombiano. Actualmente ANNCOL es la primera agencia de noticias independiente de […]
La Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL) fue fundada en Estocolmo (Suecia) por periodistas de Colombia y de Europa con el propósito de mostrar a la audiencia global una visión nueva de lo que acontecía en América Latina y particularmente en el complejo conflicto colombiano. Actualmente ANNCOL es la primera agencia de noticias independiente de Colombia.
ANNCOL fue el primer medio internacional que dio a conocer los vínculos entre la Coca Cola y los paramilitares que aterrorizaban a los trabajadores de esta empresa en Colombia. Igualmente, cuando el gobierno colombiano prohibió a los canales de televisión la difusión de entrevistas realizadas a militares hechos prisioneros por la guerrilla, ANNCOL fue el único medio que las publicó. Ello les ha supuesto el calificativo de ser una agencia «terrorista» que tiene vínculos con las guerrillas y otros grupos de la oposición.
Uno de los miembros de ANNCOL, el periodista John David, participó en el IV Encuentro de Corresponsales de Guerra que tuvo lugar en La Habana entre el 18 y el 20 de octubre.
¿Cómo funciona ANNCOL?
ANNCOL nació como un periódico impreso, eso fue en 1996, y con las nuevas posibilidades que abrió internet, para llegar a una audiencia más grande, para informar objetivamente a no sólo la comunidad colombiana en el exilio, sino también en Colombia mismo y en otros sectores del extranjero, el trabajo se comenzó a desarrollar fundamentalmente ahí, en la red.
Las noticias se encuentran en la página y tenemos un listado de abonados que reciben o en inglés o en español las noticias más importantes. En la web tenemos tres secciones: una en inglés, otra en español y otra en ruso. Para nosotros es muy importante intentar romper el obstáculo del idioma. Para la audiencia que no habla español depende mucho de los medios comerciales para informarse sobre el conflicto colombiano y sus relaciones a nivel regional y continental.
¿Qué está pasando en Colombia?
Colombia vive un periodo en el que la guerra se intensifica y cuando digo guerra, estoy hablando de un conflicto armado y social. El conflicto colombiano tiene muchas particularidades pero también, a mi modo de ver, refleja lo que se ve en otras partes de América Latina. Después de un periodo de veinticinco años de medidas neoliberales eso ha hecho que haya un levantamiento popular de unas formas muy diversas en las diferentes partes del continente, que en algunas zonas ha llegado a tener mucha influencia. Influencia en los gobiernos o fuera de los gobiernos.
En Colombia la particularidad es que la elite, la clase dominante, se ha mantenido en el poder desde que no se concluyó el proyecto bolivariano de las guerras de liberación. Es una elite bastante violenta, bastante dada a responder a las demandas populares con la violencia. El auge de los movimientos populares en Colombia tiene estas dos formas: la armada, en forma de insurgencia, principalmente la guerrilla del ELN y la guerrilla de las FARC, pero también un sector que desde escenarios externos a la lucha armada intenta abrir nuevos espacios, pugna por una apertura democrática y por cambios estructurales que son necesarios. Es decir, cambiar aquello que generó la guerra, el conflicto armado.
Lo que ocurrió en los últimos años de la década de los 90 -para entender un poco el contexto- fue que la insurgencia avanzó, las fuerzas militares del régimen perdieron unas batallas muy decisivas, y a raíz de eso se aplica una estrategia que tiene dos componentes: por una parte se inician conversaciones entre la insurgencia y el gobierno; y por otra comienza el Plan Colombia, que fundamentalmente es un paquete de ayuda militar de los EE.UU. al régimen colombiano, diseñado en Washington, que se presenta como un plan de combate al narcotráfico, pero que apunta a golpear no sólo a la insurgencia armada sino a todo el movimiento popular civil de Colombia.
Este Plan se aplica mediante la generalización del fenómeno paramilitar. O sea, los grupos de escuadrones de la muerte, que forman parte del aparato militar oficial pero están fuera de la legalidad, son los que hacen el trabajo sucio al ejército. Ese es el escenario en el que estamos ahora. Es una represión generalizada. Hay un auge muy grande en los enfrentamientos militares, ahora con lo que se conoce como el Plan Patriota, que comenzó este año y que es una ofensiva, quizá la más grande de esta guerra, en el sur del país.
Muchos analistas han hablado de Uribe como el Sharon de América Latina, ¿qué piensas de esa comparación?
Mi opinión personal es que el proyecto político de Uribe es diferente al proyecto político de los anteriores gobiernos. El Estado colombiano siempre fue violento, siempre fue autoritario, pero tenía una fachada democrática. El proyecto político de Uribe es un proyecto que apunta a unir las tres ramas del poder en una sola: en las fuerzas militares. El poder latifundista, el de los terratenientes, y el de la mafia de las drogas es el sector de la elite que ahora maneja las cosas. El proyecto paramilitar siempre ha sido una política de estado, pero nunca había alcanzado los niveles actuales.
Yo no diría que Uribe es el Sharon de América Latina. Pero sí es cierto que hay una intención por parte de la Casa Blanca de convertir a Colombia en una especie de Israel, para intentar controlar políticamente y militarmente a la región.
Colombia es un poder militar regional. No se pueden comparar las fuerzas militares de Ecuador o de Venezuela con el poderío militar que tiene Colombia, debido al apoyo militar que recibe de los EE.UU.
¿En qué afecta el conflicto a otros países con gobiernos muy diferentes al de Colombia como Cuba y Venezuela?
El Plan Colombia no es un plan solamente para aplastar la insurgencia colombiana, o al movimiento popular colombiano. Es un plan para controlar a la región andina, a la región amazónica, en lo que tiene que ver con el petróleo, otros recursos, lo que tiene que ver con infraestructuras geoestratégicas, lo que tiene que ver con biodiversidad, por parte de los intereses estadounidenses. Son muy conocidas las penetraciones por parte de las fuerzas militares de Colombia, o sus paramilitares, hacia Venezuela. Pero no se habla tanto de que ese fenómeno existe también en la frontera con Ecuador. O sea, entran paramilitares colombianos y asesinan a ecuatorianos. O hay sobrevuelos y ametrallamientos desde helicópteros colombianos. Hay fumigaciones masivas. El mismo programa de fumigación a los cultivos de coca, se aplica a cultivos para la alimentación para desplazar a la población por ser «amigos» de, o sospechosos de simpatizar con, la insurgencia. Entonces para que se vayan de la zona, se les fumiga sus cultivos y de ese modo no les queda más opción que irse de allí. Y eso mismo se aplica al otro lado del río. Esto lo han denunciado organizaciones ecuatorianas y los mismos pobladores de la zona.
¿Son libres los periodistas en Colombia para informar, tal y como dice Reporteros Sin Fronteras?
El que paga al periodista, el que es el dueño del medio, es el que decide qué se va a publicar. Eso es así en todo el mundo, también es así en Colombia. Pero el añadido en Colombia es que el periodista, o el trabajor de un medio, que no le conviene al Estado se le amenaza, se le persigue y hasta se le asesina. ¿Qué libertad de prensa va haber en un país así, en una situación así?
ANNCOL es una agencia de noticias no comercial, que no compra ni vende información ¿tiene futuro un tipo de periodismo así?
En realidad, ese es el futuro del periodismo. A mi modo de ver es así. Cuando la verdad se vuelve una mercancía, deja de ser verdad. No se debe informar por informar o como forma de entretenimiento. La noticia tiene que estar ligada a la reflexión, al debate y a la acción, y ahí es donde el periodismo no comercial tiene las puertas abiertas. Es necesario conectar el informar con el accionar, eso es algo mucho más difícil de darse en la prensa comercial.