M.H.: Hubo un atentado contra el candidato Petro. Y una serie de situaciones que se han dado en Bogotá, saqueos de negocios, supermercados, protagonizados por jóvenes. ¿Qué podés comentar de estos acontecimientos? R.V.C.: Los acontecimientos que usted acaba de señalar están inscriptos en un ambiente de violencia política pre electoral que se presenta en Colombia […]
M.H.: Hubo un atentado contra el candidato Petro. Y una serie de situaciones que se han dado en Bogotá, saqueos de negocios, supermercados, protagonizados por jóvenes. ¿Qué podés comentar de estos acontecimientos?
R.V.C.: Los acontecimientos que usted acaba de señalar están inscriptos en un ambiente de violencia política pre electoral que se presenta en Colombia y que hace que la situación actual sea bastante complicada, sobre todo por la cantidad de personas que están siendo asesinadas a lo largo y ancho del país.
No estamos hablando solamente de atentados, heridos o cosas por el estilo sino que prácticamente todos los días hay líderes sociales, un término genérico que se ha acuñado para denominar a las personas asesinadas en distintas regiones del país, sobre todo en regiones donde tuvieron influencia las antiguas FARC y quedaron desocupadas por la salida de esta guerrilla; ahí es donde se están presentando la mayor cantidad de muertos y asesinados.
Esto es en un contexto de radicalización de la extrema derecha con la perspectiva de ganar las elecciones, tanto las del próximo domingo 11 que escogerá nuevo Parlamento, como las presidenciales.
Hay una campaña de intimidación violenta, mediática, promovida por los antiguos partidarios del uribismo, pero también por todos los candidatos de la extrema derecha, incluido al posible próximo presidente del país, Germán Vargas Lleras.
Lo que ha sucedido en la ciudad de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, es simplemente una indicación de la gravedad de los acontecimientos. Hemos asistido a un atentado contra un candidato presidencial que encarna posturas de izquierda, con la complicidad de las autoridades de la ciudad, de una ciudad capital de Departamento, con participación de paramilitares y seguro que con azuzamiento de políticos de extrema derecha activos en la vida política colombiana.
Por otra parte, los saqueos en pequeñas ciudades del país y en algunos lugares de Bogotá están relacionados con un hecho bastante oscuro, que se originó por una decisión de la Fiscalía de la Nación de señalar al propietario de unos supermercados populares de ser testaferro de las FARC. A partir de ese hecho se desencadenó el ataque a ese supermercado y luego se extendió a otros en barrios verdaderamente pobres de Bogotá y de otras pequeñas ciudades del país.
Lo sorprendente del caso es que la familia del dueño del supermercado en los días anteriores a los ataques, figuró con el candidato presidencial del uribismo, tomándose fotos con él. Es un proceso organizado en donde se ve la participación incluso de gente que tiene atuendos de la policía, por sus cortes de pelo y sus características. Luego se ha sabido que precisamente esto ha sido azuzado en las redes por sectores de extrema derecha con el fin de crear un ambiente electoral enrarecido y ocultar otra noticia que se había presentado en el país recientemente y que en cualquier otro lugar sería sumamente grave pero que aquí pasa como folclórica: el llamamiento a juicio del ex Presidente Álvaro Uribe por falsificación de testigos y nexos con paramilitares. Ha sido encontrado con grabaciones, le han tomado fotos con paramilitares y eso parece ser que ha aumentado su popularidad, ha resultado como una propaganda y eso demuestra que en Colombia la impunidad reina.
M.H.: He leído dos encuestas que dan al candidato del Movimiento Ciudadano Colombia Humana, Gustavo Petro, como ganador en la intención de voto. Pero lo que me llamó la atención de esas dos encuestas de Invamer y el Centro Nacional de Consultoría, es que dan el segundo lugar a Sergio Fajardo, quien es candidato de la Coalición Colombia formada por el Polo Democrático Alternativo, la Alianza Verde y el movimiento campesino Compromiso Ciudadano. Te menciono esto porque que ser correctas estas dos encuestas nacionales, excluirían a la derecha de la disputa presidencial.
R.V.C.: El problema es que en Colombia las encuestas no son de mucha credibilidad. Siempre hay un manejo político y con antecedentes recientes como lo sucedido en 2010 y 2014. En la presidencial con la candidatura de Santos y otro candidato aparentemente no perteneciente a los partidos tradicionales sucedió algo similar, ese candidato aparecía en las encuestas pero en las elecciones finales el triunfo del aparato oficial del santismo fue apabullante y ganó con el 80% contra el 20% de su opositor.
Entonces se pueden hacer varias lecturas, creo que el asunto habría que tomarlo con cautela, teniendo en cuenta además que estamos lejos todavía de las elecciones presidenciales que van a ser a finales de mayo. Y hay un elemento que hay que tener en cuenta que son las elecciones parlamentarias del próximo domingo, que van a ayudar a definir y a perfilar los posibles candidatos que van a quedar en los primeros lugares en mayo.
Puede darse una lectura que esto es azuzado para crear miedo y terror con un fantasma que en Colombia se suele mencionar prácticamente todos los días, el fantasma del «castrochavismo» para crear miedo y decir que Petro representa esos intereses y que hay que movilizarse porque está a punto de ganar. Y alrededor de eso se ha dado toda una campaña no solo interna sino también internacional, con la perspectiva de desinflar la candidatura de centro, que sería la candidatura de Sergio Fajardo e inflar una de las candidaturas de extrema derecha que bien puede ser la de Iván Luque o el ganador de la consulta interna de esos sectores o de otro de los representantes de la extrema derecha que es Germán Vargas que cuenta con toda la maquinaria oficial y el apoyo del actual Presidente de la República.
Entonces, la campaña de miedo puede generar el resultado contrario de llevar a una cantidad de personas a votar en contra de Petro por el miedo a que gane el castrochavismo. Esa creo que es una lectura probable. Y otra lectura muy posible es que también hay sectores de las ciudades, sobre todo gente joven, que ya está cansada y quiere buscar otra alternativa y por eso plantean la posibilidad de votar por Petro. Si esta segunda posibilidad fuera la que se está presentando el riesgo de un asesinato de Petro es bastante alta.
Lo que sucedió en Cúcuta es una alerta de algo que se venía anunciando desde días antes. Cuando salieron las primeras encuestas, salieron políticos y periodistas que decían que lo mejor era pegarle un tiro a Petro para terminar con el problema. Eso ya se estaba insinuando. Y de ser cierto que existan esos seguidores y que en las elecciones de mayo Petro tenga un puntaje alto, mayor de 30 puntos, vamos a tener una segunda vuelta electoral bastante sangrienta y con una gran cantidad de muertos, incluyendo posiblemente candidatos presidenciales. Y no estoy siendo alarmista, estamos simplemente haciendo un recorrido de la historia reciente del país como, por ejemplo, las elecciones de 1990 cuando fueron asesinados tres o cuatro pre candidatos presidenciales, incluyendo dos candidatos de izquierda e incluso un candidato del establishment como era Luis Carlos Galán. A ese nivel es que nos estamos moviendo ahora, al filo de una situación muy dramática que puede tener consecuencias a mediano y a largo plazo.
El gobierno colombiano es la punta de lanza de la agresión de los EE UU a Venezuela
M.H.: Quería aprovechar para preguntarte por algunas declaraciones de Juan Manuel Santos, señalando que los migrantes venezolanos son el problema más grave que sufre Colombia actualmente. ¿Qué nos podés comentar al respecto?
R.V.C.: En primer lugar es una afirmación para la galería periodística. Es exagerada esa afirmación porque nosotros como país tenemos un sinnúmero de problemas graves como, por ejemplo, la desigualdad, este es uno de los países más desiguales del mundo en los niveles de pobreza y miseria. Hay regiones del país donde se mueren de hambre niños y jóvenes todos los días.
Pero el problema más grave que tenemos en este momento es la violencia que no ha terminado con la firma de los pretendidos Acuerdos de Paz, sino que se generalizó otro tipo de violencia que es el asesinato de personas que en la región representan otro proyecto, que tienen otro tipo de modelo de sociedad, que organizan a las sociedades. Creo que ese es el mayor problema que nosotros afrontamos.
Ahora bien, si tenemos en cuenta que Colombia es un país que nunca ha sido receptor de migrantes extranjeros en ningún momento de la historia colombiana, ni en el siglo XIX ni en el XX y en ese sentido Colombia se diferenciaría de Argentina, Venezuela, Uruguay y México, países que han recibido importantes oleadas migratorias en distintos momentos de su historia. Colombia ha sido un país expulsor de poblaciones, de Colombia se han ido sobre todo desde la década de los ´50 a la par que aumentó la violencia, millones de colombianos huyendo precisamente de esa violencia y se han refugiado en países vecinos, entre ellos Venezuela.
No se sabe a ciencia cierta cuántos colombianos llegaron a Venezuela en el último medio siglo pero se calcula que pueden ser más de 5 millones de personas. De tal manera que cuando llegan algunas personas a Colombia aquí se prenden las señales de alarma, empezando por la Presidencia de la República para decir que es un grave problema. No era grave el problema cuando los que salían eran los colombianos, que además siguen saliendo por distintas razones, pero principalmente por la violencia.
Este país no está preparado para ese tipo de cosas y se está generando un ambiente de xenofobia, de chauvinismo, de falso de nacionalismo contra los venezolanos y se habla prácticamente de una invasión de venezolanos hacia Colombia. Lo que no dice el Presidente de la República es que él es altamente responsable de lo que está pasando, porque la situación de Venezuela no solamente puede analizarse como un fenómeno interno de ese país sino que es el resultado de agresiones encabezadas por EE UU y secundadas en gran medida por el gobierno colombiano.
Las medidas de desestabilización a las cuales ha contribuido el gobierno colombiano a la economía venezolana de contrabando, de aislamiento de Venezuela, ahora repercute con la expulsión de ciudadanos de ese país y su llegada a Colombia; y aquí eso es visto como un problema gravísimo, porque aquí nunca se ha enfrentado migración de otro país.
M.H.: Profundizando en este tema, he recabado información a cerca de que el Presidente colombiano Juan Manuel Santos habría iniciado conversaciones con el FMI, el BID y el Banco Mundial para que cuando Caracas cambie o sea derrocado su gobierno se apruebe un plan de rescate por 60.000 millones de dólares.
R.V.C.: No tengo información detallada de la noticia que usted me comenta. Pero lo que le puedo decir es que hay una cantidad de actitudes del gobierno colombiano en esa dirección. Recientemente con la visita del Secretario de Estado de EE UU que estuvo en Argentina, en México y en Colombia, visitando a sus sirvientes más fieles, el tema central que se trató fue el de Venezuela y lo que se llama aquí demagógicamente «la transición» que es el derrocamiento del gobierno legítimo y legal del Presidente Maduro.
El gobierno colombiano le ha apuntado fuerte a eso, al punto que a fines del año anterior, cuando el gobierno de EE UU decretó una serie de sanciones económicas, el gobierno colombiano, como si Venezuela no fuera un país soberano, sino que pareciera que fuera un departamento de ese país, aceptó las sanciones del gobierno estadounidense contra Venezuela y dictaminó que en Colombia no se podía negociar con esos funcionarios que eran sancionados unilateralmente por el gobierno de EE UU, como si hubieran sido sometidos a juicio o hubieran sido condenados, como si efectivamente se hubiera demostrado con fueran delincuentes económicos o cualquier cosa por el estilo.
Entonces, desde Colombia sí se están haciendo acciones en este sentido y con la complicidad prácticamente de todo el mundo incluyendo importantes sectores de la izquierda que nunca han denunciado la injerencia del gobierno colombiano de manera indebida en contra de la soberanía del pueblo venezolano. El gobierno colombiano cumple un rol saboteador, desestabilizador y es la punta de lanza de la agresión por parte de los EE UU.
M.H.: Te dejo el cierre con los temas que consideres más relevantes.
R.V.C.: Un tema relevante es la contradicción flagrante de un discurso que habla mucho de la paz y que lo ha vendido como la característica de Colombia a nivel internacional, ante la dura realidad de la violencia que vivimos de manera cotidiana, en todos los sentidos.
En Colombia se ha reforzado el terrorismo de Estado. Para señalarle un caso patético, están siendo despedidos los pilotos que realizaron a fines del año pasado una huelga que duró más de 40 días, los pilotos de Avianca, ya han sido expulsados más de 90 pilotos con el aval del Ministerio de Trabajo. En una sociedad que se llama democrática se vulnera el derecho a la huelga más elemental, incluso de un sector que no es el proletariado más humilde sino de lo que ya podríamos llamar el proletariado del aire, sectores con un nivel de vida acomodado que se atrevieron a hacerle una huelga al poderoso pulpo de la aviación como lo es Avianca y ahí están las consecuencias. Se han ido expulsadas casi cien personas. Qué se puede decir en el futuro inmediato del derecho a huelga, con ese antecedente quién se va a atrever a hacer huelga en este país.
Ese es un reflejo del terrorismo de Estado, también el hecho de que se siguen señalando y encarcelando a personas que piensan distinto, continuando con lo que aquí se llaman falsos positivos judiciales y en todas las direcciones vemos que lo que se ha reforzado en Colombia es el terrorismo de Estado aunque tanto se hable de paz, concordia y fraternidad, cosa que se agudiza en el período electoral y se agudizará más si triunfan los candidatos de extrema derecha, tanto en el Parlamento como para la presidencia de la República.
Ya lo han planteado algunos candidatos, revocar los mismos acuerdos legales a los que se llegaron con las FARC. Qué seriedad le queda a un régimen que ni siquiera cumple un acuerdo que le ha sido absolutamente favorable, en el que se piensa que la única solución es matar al enemigo, hacerlo desaparecer, que éste no exista y construir la historia de Colombia a partir de un relato legitimador de los crímenes de la extrema derecha, del paramilitarismo y del terrorismo de Estado.
Esa es la perspectiva dura del país pero lamentablemente a nivel internacional no se tiene mucho conocimiento de esa tremenda realidad que nosotros afrontamos aquí en la vida cotidiana.
M.H.: Has vuelto a instalar una palabra que ha marcado la historia de Colombia durante mucho tiempo, pero más recientemente con el asesinato de Gaitán en 1949, que es la palabra violencia, cuando en todos los medios hegemónicos se habla de la paz en Colombia, de alguna manera vos has ubicado la situación en los mismos términos que posiblemente haya vivido Colombia en los últimos 65 años.
R.V.C.: Y lamentablemente las perspectivas no son alentadoras y uno quisiera que fueran distintas, pero esta coyuntura que fue favorable para que en el país se implementaran no medidas revolucionarias, sino que fuera un país decente donde se respetara la vida de los demás, se construyeran algunas medidas de tipo democráticas, se ha desperdiciado por parte de las clases dominantes y lo más seguro es que esa sea la nueva forma de nuevas formas de guerras y violencia.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.