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Se abre la posibilidad de ampliar la lista de imputados en la querella argentina contra los crímenes del franquismo

«En España reina la impunidad, nunca mejor dicho»

Fuentes: La Marea

Son tres los elementos positivos que los querellantes por los crímenes del franquismo se han traído de Buenos Aires: la posibilidad de ampliar la lista de imputados, que los testimonios puedan aportarse por vídeo-conferencia en lugar de tener que viajar hasta Argentina y que la jueza que instruye el caso, María Romilda Servini de Cubría, […]

Son tres los elementos positivos que los querellantes por los crímenes del franquismo se han traído de Buenos Aires: la posibilidad de ampliar la lista de imputados, que los testimonios puedan aportarse por vídeo-conferencia en lugar de tener que viajar hasta Argentina y que la jueza que instruye el caso, María Romilda Servini de Cubría, se haya planteado venir a España para tomar las declaraciones que considere oportunas. Así lo ha declaró el lunes José Ibargutxi, de la plataforma vasca de apoyo a la querella argentina, en una rueda de prensa ofrecida en el Teatro del Barrio, situado en Lavapiés, Madrid.

De esta manera Ibargutxi, junto con otra de las portavoces de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina, Soledad Luque, y algunas de las víctimas que viajaron hasta Argentina para prestar declaración, quisieron compartir tanto sus testimonios como las sensaciones con las que han vuelto de su viaje. La satisfacción por haberse sentido escuchados y respaldados, así como el agradecimiento ante la voluntad de hacer justicia que han encontrado en los representantes políticos e institucionales argentinos han sido los sentimientos comunes en las declaraciones de todos los presentes.

Según explicó Soledad Luque, además de las acciones estrictamente judiciales, también se emprenderán otras relacionadas con el robo de bebés, la búsqueda de fosas comunes o la exhumación de cadáveres. Y, precisamente, saber dónde está su padre y poder darle un entierro digno, «como toda persona merece», fue lo que movió a Ascensión Mendieta a formar parte de la querella. «A mi padre, Timoteo Mendieta, lo fusilaron el 16 de noviembre de 1939. Nadie sabe dónde está, así que a ver si con esta querella podemos hacer que lo saquen», declaró.

Otra de las personas presentes en la rueda de prensa fue Elsa Osaba, que se definió como una «hija del exilio». Y es que su familia materna tuvo que huir a Francia, donde ella misma nació. Osaba quiso recordar los campos de Argelés Sur Mer o Saint Cyprien, donde encerraron a varios de sus familiares, para concluir que «las cosas no se resolvieron bien en los juicios de Nuremberg» y que muchos de los nazis, a quienes respaldaron las tropas franquistas, se refuegiaron en países como Brasil, Argentina o Estados Unidos. «Lo que he aprendido en Argentina es que lo que no se soluciona bien se repite», remarcó.

También quiso explicar que esta querella no se hace para denunciar la barbarie que ocurrió solamente durante la Guerra Civil, sino por todo lo ocurrido hasta 1975, «porque el general Franco murió matando». Asimismo, insistió en que «su heredero, el actual jefe del Estado español», también es responsable subsidiario de los crímenes que se cometieron durante la dictadura, por lo que consideró que «debe pedir perdón y poner los medios» para que pueda hacerse justicia en España.

No se cometieron asesinatos solamente

Los preventorios antituberculosos fueron edificios habilitados desde 1945, teóricamente, para tratar de prevenir la tuberculosis en España después de la Segunda Guerra Mundial. Una de las niñas que fue recluida allí es Ángela Fernández, quien contó en la rueda de prensa que fueron controlados por la Falange y la Iglesia católica. «Yo estuve en el preventorio de Guadarrama, bajo la tutela del doctor Murillo. Junto con otras cerca de 200 niñas más, sufrimos torturas, tanto psíquicas como físicas».

Tal y como ya reflejó en su testimonio en la querella contra los crímenes del franquismo, para Fernández estos preventorios simbolizaban cuál era el objetivo de la dictadura: «Que en el pueblo español no volviera a surgir el ansia de libertad, y qué mejor manera de hacerlo que empezar por los niños. Ya lo dijo el señor Vallejo Nágera, que era fundamental eliminar el gen rojo».

Ángela Fernández fue una de las querellantes que con más énfasis destacó el buen trato recibido por parte del pueblo argentino. «En una semana en Buenos Aires nos han hecho sentir lo que no hemos sentido en España en toda la vida: empatía y comprensión. Es la primera vez que no tengo que explicar ni justificar por qué soy una víctima, algo que aquí me han obligado a hacer no solo desde la derecha política, sino también algunos ciudadanos», lamentó.

Por su parte, Pablo Mayoral, uno de los procesados en los cuatro Consejos de Guerra que tuvieron lugar en septiembre de 1975, denunció la impunidad de aquellos que firmaron las sentencias de muerte tras la finalización de estos procesos. «Once personas fueron condenadas a muerte y ejecutaron a cinco de ellas. Uno de los que firmó estas sentencias es Fernando Suárez González, que es contra quien me he querellado», relató. «He tenido que hacerlo en Argentina porque no he podido en mi país, y ha sido Argentina la que ha abierto el proceso porque en España la impunidad reina, nunca mejor dicho», sentenció.

Finalmente, José Luis Galán, hijo de uno de los soldados trabajadores que el franquismo usó como mano de obra esclava, Víctor Galán, contó que fue a Argentina para testificar «ante la jueza Servini como hijo de un esclavo del franquismo, con el objetivo de investigar cuántas empresas se beneficiaron con estos esclavos y cuáles fueron», explicó.

Galán también contó que en Buenos Aires, entre otras asociaciones, pudieron reunirse con la Unión de Trabajadores de Prensa con el objetivo de comparar la dictadura de Videla con la franquista. «Buenos Aires es uno de los mejores lugares del mundo para entender nuestra tragedia. Ellos ya han conseguido hacerla visible y nosotros, con su consejo, vamos a tratar de hacer todo lo posible para romper la invisibilidad de la tragedia española».

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