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En la muerte de Alexander Grothendieck (Berlín, 1928-Saint-Girons, 2014)

Fuentes: Rebelión

Para Jana Borges, que nació poco después

El Instituto de Altos Estudios Científicos se inauguró en 1958. Sus edificios, cercanos a París, se esconden entre los bosques del Bois-Marie. Un antiguo rector del instituto lo describió como un foco de radiación, una colmena brillante, un monasterio donde las semillas, plantadas con profundidad, pueden germinar y alcanzar la madurez según sus propios ritmos naturales.

Uno de los primeros profesores del Instituto fue el entonces joven matemático Alexander Grothendieck [AG]. Su despacho no tenía más adornos que una pintura al óleo que representaba a su padre, Alexandre Shapiro, uno de los cuadros anarquistas rusos de la revolución bolchevique que años después se incorporaría a las milicias anarquistas durante la Guerra Civil española. El retrato había sido pintado por un compañero del padre de Grothendiek en uno de los campos donde fue internado antes de ser trasladado a Auschwitz donde murió en 1942. Alexander no llegó a conocerlo. Su madre, Hanna Grothendiek, fue también una socialista revolucionaria.

Partiendo de los primeros intentos de André Weil, el hermano matemático de Simone Weil (que acaso coincidiera con el padre de Alexander en España), AG puso a punto un nuevo lenguaje de la geometría y el álgebra, y se convirtió en uno de los principales colaboradores y animadores del célebre colectivo matemático Bourbaki. Ha sido uno de los matemáticos más brillantes del siglo XX, un científico que pretendía refundar la matemática con la geometría algebraica.

Alexander intentó vivir de acuerdo con los ideales de sus padres. Se convirtió en pacifista incondicional, participando activamente en las campañas contra la carrera armamentística. Cuando en 1966 le fue otorgada la medalla Fields, a los 38 años de edad, se negó a ir a Moscú a recoger el premio como protesta por la que él creía escalada militar soviética.

A finales de los sesenta o principios de los setenta, impartió un breve curso de geometría en la selva de Vietnam del Norte, donde fue evacuada la Universidad de Hanoi tras los bombardeos usamericanos. Creía que aquellas clases eran una forma de protesta contra la guerra que rugía a pocos metros. Participó también, activamente, en el mayo parisino de 1968.

En 1970, descubrió que una parte de la financiación privada del instituto de Altos Estudios francés procedía de fuentes militares. Fue directo al despacho del director, León Motchane, y presentó su dimisión. Se unió después al grupo «Survive» dedicado a temas antimilitaristas y ecologistas.

Retirado, vivía en un pueblecito del Pirineo francés, probablemente muy cercano a Saint-Girons.

«El sueño al que me refiero no tiene escenario, ninguna acción o actividad en concreto. No contenía más que una imagen congelada, una que al mismo tiempo parecía asombrosamente viva. Era una cabeza humana vista de perfil derecho». Este texto, onírico, eléctrico de emoción, es un texto prohibido, ha señalado Ángel Luis Sucasas en su magnífico obituario del pasado sábado [1]. Su autor, Grothendieck, por supuesto, decidió el 3 de enero de 2010 prohibir toda reproducción presente o futura de su trabajo. Lo hizo en esta carta:

«Declaración de mi intención de denegar el permiso para que mi obra sea publicada» por Alexandre Grothendieck

No tengo ninguna intención de publicar o reimprimir ninguna obra o texto de la que sea autor, de la manera que fuera, en digital o en papel, sea en la forma de trabajos completos o extractos, sean trabajos de interés personal o científico, o sean cartas personales dirigidas a otros, y también todas las traducciones de los textos de los que soy el autor.

Todas las ediciones o transmisión de dichos textos que se han producido en el pasado sin mi permiso expreso, o que pudieran producirse en el futuro mientras yo viva, que se hagan o que se hayan hecho en oposición a mi testamento, como está específicamente precisado en él, serán vistas a mis ojos como ilegítimas.

Al punto en que tenga conocimiento de ellas, insistiré a los creadores de estas ediciones pirata, o de cualquier otra edición incluyendo, sin mi permiso expreso, textos de mi puño y letra (amén de las posibles citas de unas pocas líneas como mucho), que las eliminen inmediatamente del mercado; que los directores de las librerías que almacenan copias de mis obras, hagan que esas obras desaparezcan de una vez».

(Del anterior sueño él mismo escribió: «Reviviendo este sueño en la confortable quietud de mi cama, me vi forzado por un deseo natural a ponerle un nombre a esta aparición. No tuve que pensar mucho: una vez que la cuestión arraigó, era más que obvio que la cabeza que había visto en mi sueño no era otra que la mía»).

Pero no todos los colegas que admiran su trabajo están dispuestos a cumplir su voluntad de no publicación ni edición, señala ALS. Roy Lisker, uno de los fundadores de la página web grothendieckcircle.org , «ha tomado la dirección contraria a sus otros socios de dicha página y ha continuado el trabajo de traducir al inglés su mezcla de autobiografía y matemática del más alto vuelo Cosechas y siembras «. Las razones las explica en la página: «Nadie, por genial que sea, puede reclamar la posesión del conocimiento científico. Las patentes, sí; pero las matemáticas aún no han sido patentadas».

La relevancia de AG en la definición de la geometría algebraica, sigo también el obituario de ALS, ha sido enorme. Nada menos que tres de los siete problemas del Milenio, los mayores desafíos matemáticos del siglo, están relacionados con su obra. «Se le considera fundador de la teoría K, una de las piezas clave de la topología».

AG tenía un talento único para unificar problemas y temáticas. Palabras de Colin McLarty (Universidad Case Western Reserve de Cleveland): «Su visión de las matemáticas era que no había que aproximarse a un problema con una ingente cantidad de conocimiento técnico. La clave para él era concebir el problema con tal nitidez que se resolviera por sí mismo». McLarty apunta que es muy difícil seguir sus caminos demostrativos: «porque aunque los pasos de su método son «sencillos de comprender» la enorme longitud de sus ensayos, y la necesidad de contener todos esos pasos para comprender su razonamiento, hacen extremadamente difícil continuar su legado»

Harvey Shoolman (Universidad Metropolitana de Londres, cofundador de grothendieckcircle) ha lamentado su muerte en estos términos: «Probablemente no volvamos a ver a alguien así por muchas generaciones. Se ha despedido, pero ahora ocupa su lugar junto con Arquímedes, Fermat, Newton, Leibniz, Gauss, Galois y Riemann como un pináculo del éxito en el más difícil y a la vez esencial de los desafíos de la humanidad».

Un anécdota biográfica de interés. París, entonces uno de los grandes centros de la matemática mundial, conectó a AG con las mentes matemáticas del momento tras su paso por la universidad de Montpellier. En el seminario Henri Cartan conoció a Laurent Schwartz, otro ganador de la Medalla Fields (en este caso por su trabajo en la teoría de distribuciones). Schwartz, otro matemático más que comprometido que también estudiábamos en la Facultad de Exactas de la UB de inicio de los setenta, «se convirtió en su director de tesis y asistió atónito a la creatividad desplegada por su pupilo».

Grothendieck estableció en sus textos, recuerda ALS, curiosas metáforas para expresar su concepción matemática. Esta por ejemplo es muy hermosa: «Habló sobre dos tipos de matemáticos, el que abriría una nuez con martillo y cincel y el que, pacientemente, la sumerge en agua y espera, con el paso de los meses, a que el líquido penetre y se pueda partir cerrando la mano sin más».

Otra metáfora presente en sus notas: «Lo ignoto que quiere ser conocido se me presentaba como una porción de tierra, o una dura magra, resistiéndose a la penetración… El océano avanza insensible en silencio, nada parece suceder, nada se mueve, el agua está tan lejos que apenas puedes escucharlo… Y sin embargo finalmente rodea la sustancia resistente».

Los 80, señala ALS, retirado ya de l Instituto de Altos Estudios Científicos, fueron años de enorme producción. En apenas un año, de 1980 al 1981, AG escribió el manuscrito La larga marcha a través de la teoría Galois (¡1.600 páginas!) y Cosechas y siembras (una autobiografía de unas 1.000 páginas). De esta época es también Bosquejo de un programa, un libro en dos volúmenes que más tarde publicaría la Universidad de Cambridge.

Los recuerdos se agolpan en la figura de este científico comprometido excepcional cuyas iniciales, AG, coinciden con otro gran clásico de la cultura del siglo XX, Antonio Gramsci.

Nota:

[1] ÁNGEL LUIS SUCASAS , Muere el genial geómetra ermitaño», El País, 15 de noviembre de 2014, p. 56.

Referencias facilitadas por los amigos de Espai Marx Jordi Mir Garcia y Jordi Torrent:

1. http://matematicas.unex.es/~navarro/res/

2. «Les intellectuels, la critique & le pouvoir», Agone, 41/42, Marseille, 2009.

3.»Récoltes et semailles. Réflexions et témoignage sur un passé de mathématicien». Descargable en http://people.math.jussieu.fr/~leila/grothendieckcircle/biographic.php

[4] Liberation publicó en 2012 que la universidad de Montpellier guarda un legado de 20.000 páginas del autor , sus anotaciones y reflexiones durante los setenta y ochenta. Inédito y sin publicarlo, como comentamos, por expreso deseo de AG.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.