El primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PPC), el expresidente Raúl Castro Ruz, anunció su renuncia al cargo que ejerce desde hace una década y llamó a un diálogo respetuoso con Estados Unidos en su último gran discurso político como dirigente máximo de la nación.
La apertura del Octavo Congreso del Partido se realizó en una fecha trascendental de la historia de la nación: el 60 aniversario de la proclamación por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz del carácter socialista de la Revolución, el 16 de abril de 1961.
Fue la despedida del duelo a los caídos el día anterior en los bombardeos a las bases aéreas, preludio de la invasión mercenaria por Playa Girón, organizada y financiada por el gobierno de Estados Unidos como parte de los planes para aplastar el ejemplo de la Revolución Cubana y reimponer el dominio neocolonial sobre la isla, con la complicidad de la Organización de Estados Americanos.
“Jamás olvidaremos los 3 478 muertos y 2 099 mutilados y personas con discapacidad, víctimas del terrorismo de Estado aplicado contra nuestro país. Efectuamos el Octavo Congreso a dos años de la proclamación de la Constitución de la República el 10 de abril de 2019, siglo y medio después de la primera Constitución mambisa en Guáimaro”, señaló.
Aun con el anuncio del líder revolucionario, un cambio en la política hacia Cuba no se encuentra entre las principales prioridades de la política exterior del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
A 60 años de que su hermano Fidel Castro (1926-2016) proclamó el carácter socialista de la revolución cubana (1959), Raúl, de 89 años, fustigó en la apertura del octavo congreso del PCC la guerra económica más abarcadora y desigual que libra Estados Unidos contra Cuba con la declarada meta de estrangular al país y provocar un estallido social.
En este histórico discurso, dirigido al gobierno de Biden y pronunciado en el Palacio de Convenciones de La Habana, el líder sostuvo que Washington resulta la mayor amenaza a la paz y seguridad mundial, lo que explica el peso del cerco impuesto a Cuba durante seis décadas y que perjudica las relaciones de La Habana con todas las naciones.
Agregó que no se puede exigir a Cuba renunciar a la autodeterminación de los pueblos, un principio de su política exterior, comprometida con las causas justas y con el histórico apoyo a países hermanos. Refirió el empleo de mentiras e infamias para justificar medidas coercitivas contra Venezuela, Nicaragua y Cuba en el afán de derrocar sus gobiernos constitucionales, y con grandes costos para esos pueblos.
Recordó que durante la administración del ex presidente Donald Trump, desde 2017 hasta 2019, Estados Unidos impuso más de 240 medidas a la isla para intensificar el bloqueo en plena pandemia de Covid-19, lo que evidenció la despiadada naturaleza del imperialismo.
Castro rechazó las campañas que intentan desmentir los daños provocados por el bloqueo y recordó que Washington extendió una lista que ahora incluye 231 entidades cubanas, muchas de ellas vinculadas al abastecimiento de productos básicos para la población, así como a los sectores hotelero y financiero.
“Ratifico desde este octavo congreso del partido la voluntad de desarrollar un diálogo respetuoso y edificar un nuevo tipo de relación con Estados Unidos, sin renunciar a los principios de la revolución y el socialismo”, sentenció ante 300 delegados nacionales. Raúl fue coautor en 2014 del deshielo entre los dos países junto al entonces presidente Barack Obama (2009-2017), que puso fin a medio siglo de fuerte confrontación y reactivó las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, rotas desde 1961 y restablecidas en 2015.
Trump desmanteló durante su administración buena parte de los avances y reforzó el bloqueo económico, vigente desde 1962, con más de 200 medidas. Antes de ser elegido en la presidencia, Biden prometió revertirlas con la intención de dar seguimiento al trabajo hecho cuando era vicepresidente de Obama.
Desde Washington, la portavoz Jen Psaki expresó que la política de Estados Unidos hacia Cuba se regiría por dos principios fundamentales: el apoyo a la democracia y los derechos humanos, así como la creencia de que los estadounidenses, especialmente los cubanoestadunidenses, son los mejores embajadores de la libertad y la prosperidad.
Si bien los cambios en la política hacia Cuba no están entre las prioridades de Biden, el gobierno permanecerá comprometido y enfocado en cambios de liderazgo en la isla, sostuvo Psaki tras una consulta sobre los planes de retiro de Raúl Castro.
Al finalizar su discurso Raúl Castro dijo: En lo que a mí se refiere concluye mi tarea como primer secretario del comité central del Partido Comunista de Cuba con la satisfacción de haber cumplido y la confianza en el futuro de la patria. Inmediatamente, los delegados, puestos de pie, irrumpieron con un largo aplauso.
Castro aseguró que tomó la decisión con la meditada convicción de “no aceptar una propuesta para mantenerme en los órganos superiores de la organización partidista, en cuyas filas continuaré militando como combatiente revolucionario”. Anunció que el cese de su cargo es con la satisfacción de entregar la dirección del país a un grupo de personas preparadas y comprometidas con la ética, los valores de la cultura y la nación.
Su salida se hará efectiva el lunes, al cierre del congreso y cuando se elijan las nuevas autoridades partidarias, que esta vez se espera sean encabezadas por el actual presidente, Miguel Díaz-Canel. Aunque el congreso se realizó a puertas cerradas, parte de las palabras de Castro, incluyendo éstas sobre su futuro político, se difundieron por la televisión nacional y los medios de comunicación.
“Nada, nada, nada me obliga a esta decisión… Mientras viva estaré listo con el pie en el estribo para defender a la patria, la revolución y el socialismo con más fuerza que nunca. ¡Viva Cuba libre, viva Fidel, patria o muerte!”, manifestó Castro emocionado ante el aplauso de sus correligionarios.
El encuentro quinquenal centra su mirada en asuntos medulares de la vida política, económica y social del país, entre los que resalta la conceptualización del modelo económico y social de desarrollo.
La economía
La economía cubana en los últimos cinco años ha demostrado capacidad de resistencia frente a los obstáculos que representa el recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero de EEUU, lo que permitió preservar las principales conquistas de la Revolución en materia de la salud pública, la educación y la seguridad social, sin renunciar a los objetivos de desarrollo previstos ni el apoyo solidario a otras naciones, afirmó Castro.
Sin embargo, reconoció que persisten efectos negativos asociados al exceso de burocracia, deficiente control de recursos, causa y condición por excelencia del dañino fenómeno de la corrupción y otras ilegalidades que limitan el incremento de la productividad y la eficiencia. “No han dejado de estar presentes problemas estructurales del modelo económico que no proporciona suficientes incentivos para el trabajo y la innovación”, añadió.
Castro dijo que “para transformar de manera irreversible este escenario, se requiere consolidar el proceso inversionista, sobre la base de su integralidad, sin espacio para las chapucerías y la improvisación, potenciar la productividad y la eficiencia en el desempeño del sector estatal de la economía en las esferas que determinan el desarrollo del país, al tiempo que se flexibilizan e institucionalizan las formas de gestión no estatales”.
Recordó que recientemente fue ampliado, de manera significativa, el alcance de las actividades laborales que pueden ejercerse por cuenta propia, al pasarse de 127 actividades permitidas a más de dos mil. Esta decisión, acogida con entusiasmo por la opinión pública nacional y extranjera fue, como era de esperar, cuestionada a los pocos días y calificada de insuficiente por quienes sueñan con la restauración capitalista en el país y la privatización masiva de la propiedad del pueblo sobre los principales medios de producción, añadió.
“ Parecería que el egoísmo, la codicia y el afán de mayores ingresos provocan en algunos el aliento para desear que se inicie un proceso de privatización que barrería los cimientos y las esencias de la sociedad socialista construida a lo largo de más de seis décadas. Por ese camino, en poco tiempo se desmontarían también los sistemas nacionales de educación y de salud pública, ambos gratuitos y de acceso universal para todos los cubanos”, advirtió.
Señaló que otros, esperando hacer estallar el principio socialista del monopolio del Estado sobre el comercio exterior, vienen reclamando que se autorice la importación comercial privada en el ánimo de establecer un sistema no estatal de comercio interior. “Hay límites que no podemos rebasar porque las consecuencias serían irreversibles y conducirían a errores estratégicos y a la destrucción misma del socialismo y por ende de la soberanía e independencia nacionales”, resaltó Raúl Castro.
El gobierno aseguró la asignación de un apreciable volumen de divisas para garantizar la sostenibilidad de la oferta en pesos cubanos de un reducido grupo de productos básicos de la alimentación, la higiene y el aseo personal y se trabaja para restablecer la presencia de los proveedores nacionales en este mercado, sostuvo
Castro aclaró que “a causa de una inadecuada política de comunicación social y la publicación de enfoques incorrectos en varios de nuestros medios de prensa se generó cierta confusión en algunos cuadros de dirección que la emprendieron contra la supuesta desigualdad que emana de estas ventas y reclamaban que todo el comercio interior del país regresara a la libreta de abastecimiento”, .
“Las ventas en moneda libremente convertible son necesarias y que perdurarán el tiempo que nos tome recuperar y fortalecer la economía y con ello asegurar la real convertibilidad de la moneda nacional”, aclaró.
El Partido
El PCC, que se creó en la década de los 60 y logró unificar a varios grupos revolucionarios que participaron en la lucha contra el dictador Fulgencio Batista, es el único con estatus legal en la isla. Aunque no presenta candidatos a elecciones o forma gobierno como tal, con sus 700 mil militantes su papel está inscrito en la Constitución como el encargado de dirigir al país y a su sociedad
Castro habló de unincremento de 27 000 militantes del Partido, muestra de que se ha detenido el decrecimiento que se manifestaba desde el año 2006, a pesar de las bajas originadas a causa de fallecimientos, desactivaciones y las sanciones externas aplicadas. “Es estimulante el ingreso anual, como promedio, de más de 39.400 nuevos militantes, la tercera parte de ellos provenientes de las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas”, señaló.
“No obstante, no podemos ignorar que, en correspondencia con las tendencias demográficas de la nación, crece la edad promedio de los militantes de nuestro Partido, donde el 42,6 % tiene más de 55 años de edad”, reconoció.
Tras décadas de contar con un Estado altamente centralizado, de corte socialista, Cuba comenzó un proceso de tímida apertura a la iniciativa privada y el emprendimiento particular en 2010, en el mandato de Raúl Castro, quien sucedió a su hermano Fidel, fallecido el 25 de noviembre de 2016.
Elmer Pineda dos Santos. Periodista cubano asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)