De tapadillo, entre corbata y corbata, y como quien no quiere la cosa, el PSOE, junto a la derecha nacionalista catalana, ha aprobado la reforma de las pensiones. En palabras del diputado de CIU Carles Campuzano y del ministro del Ramo Valeriano Gómez: «Esta reforma es un ejercicio de ‘responsabilidad’, desde la ‘convicción’ de que […]
De tapadillo, entre corbata y corbata, y como quien no quiere la cosa, el PSOE, junto a la derecha nacionalista catalana, ha aprobado la reforma de las pensiones. En palabras del diputado de CIU Carles Campuzano y del ministro del Ramo Valeriano Gómez: «Esta reforma es un ejercicio de ‘responsabilidad’, desde la ‘convicción’ de que es ‘imprescindible’ para que en los años 2040 y 2050 las pensiones sean ‘el triple’ más altas que ahora». Habéis leído bien, en 2040 y el triple. Uno se pregunta si estos listos no leen, por ejemplo, a Vicenç Navarro. Y la respuesta la encuentro en que es «cuestión de fe», de fe en los Mercados. Una fe que ha hecho converso a nuestro «laico» presidente.
Sí, Zapatero, como Paulo de Tarso, oyó una voz que le decía: debes ir a Bruselas y seguir los dictados de mi «Angela» (el femenino de ángel) Merkel, a ella, y sólo a ella, debes adorar. Nada te importe lo que te digan, tú y tu descendencia tenéis garantizado el paraíso «fiscal».
Y entonces Zapatero asintió y se dispuso a seguir los dictados del ángel Angela.
Solo y asustado mandó aviso para que viniese a su despacho «míster» Rouco Varela (y aprovechando que el papa viene de visita le daría el cheque de los 9,5 millones de euros que nos cuesta la broma). Una vez que «míster» Rouco Varela, el jefe de la COPE, cardenal y comentarista político en sus ratos libres, llegó al despacho de Moncloa, Zapatero le dijo: he visto la luz, y de la luz una voz surgió que me ha solicitado una modificación legal en uno de los pasajes de la biblia. «Míster» Rouco sonreía, no hay nada que temer, éste es el mismo que nos dijo que iba a rebajarnos las subvenciones y nos las ha subido. Hazlo, le dijo el cardenal, estoy al tanto.
Es en el Génesis, cuando se supone que dios, asesorado por el FMI, negoció la primera reforma laboral con Adán, que sin estar sindicado, poco o nada pudo hacer por evitar aquellas clausulas notoriamente abusivas. «Te ganarás el pan –a esto se le llama salario basura– con el sudor de tu frente –o sea que para comer te tienes que reventar– hasta que vuelvas a la tierra – es decir hasta que cumplas 67 años«.
Y entonces Zapatero resignado se sintió tranquilo, él era el elegido, el designado por el dedo omnipotente.
El dios Mercado, el dios de dioses de la mitología socioliberal, no se sintió satisfecho con esta subida de los años de trabajo. Bajó la nota de calificación y exigió seguir aplicando más recortes y más reformas. Entonces el presidente hizo otro gesto: «el cálculo para tener derecho al 100% de la pensión se conseguirá cuando se tengan 37 años cotizados».
Y Zapatero abatido y humillado ofrendó en el altar del Congreso de los Diputados lo que de socialdemócrata le quedaba.
Pero viendo el Mercado la debilidad en el rostro del presidente aún exigió un ajuste más: «se usarán las bases de cotización de los últimos 25 años para el cálculo de la base reguladora».
Con esto sí, pensó el dirigente del PSOE, con esto el dios Mercado se tiene que sentir tranquilo, he garantizado la miseria a mi pueblo cuando éste se encuentre envejecido, poco o nada podrán ayudar a sus hijos y estos serán aún más esclavos.
Estos son a grandes rasgos los parámetros por los que circula la «encíclica laboral del PSOE para el siglo XXI». Más años de trabajo para poder retirarse, más años para conseguir el pleno derecho y más años para calcular la paga. Es decir uno será más viejo y cobrará menos. Todo un ejemplo del Estado del Bienestar que nos espera. Lo peor de todo es que quieran venderlo como un favor que nos hacen a los trabajadores, confundiendo nuestro desconcierto y falta de organización actual con sometimiento y aceptación. Olvidan que los pueblos no sólo se definen por lo que hacen, sino también por lo que soportan…y hasta dónde soportan.
Están sembrando vientos y polvo, cuando se desate la tempestad bajarán ríos de lodo, ellos, los socioliberales, serán los culpables.
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