Traducido para Rebelión por Daniel Escribano
El aparato para ilegalizar está preparado. Puede ponerse en marcha en cualquier momento. Será decisión de la autoridad política, puesto que la autoridad judicial actúa a las órdenes de los informes policiales. Si el proceso de ilegalización de EAE-ANV y EHAK no ha empezado antes es por cálculos políticos. Por una parte, en este momento está claro que la prioridad del Gobierno de España y el PSOE es dejar a la izquierda abertzale fuera de las elecciones. Por eso, porque quieren cerrar todas las puertas, están dispuestos a ilegalizar a EAE-ANV y EHAK. El retraso del inicio del proceso podría tener como objetivo dejar el menor tiempo posible para organizarse a la alternativa que pudiera crearse. De consuno con ello, parece que el PSOE quiere yuxtaponer lo máximo posible la ilegalización con la campaña electoral y que el proceso sea lo más mediático posible. Ello con un doble objetivo: contrarrestar una parte de la campaña del PP y reducir al PNV la oportunidad de atraerse electorado de la izquierda abertzale. Sin embargo, parece que entre las prioridades del PNV no está la atracción de votos del entorno de la izquierda abertzale. Le da más importancia a ser «necesario» en Madrid. Por eso los dirigentes Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar se han mostrado dispuestos a negociar y pactar con quien gane las elecciones a las Cortes españolas, también si gana el PP.
La clave es qué poner sobre esa mesa de negociación. «El reconocimiento del derecho que tiene un pueblo a ser nación», dijo ayer el presidente del Euzkadi Buru Batzar [máximo órgano del PNV (n. del t.)], Iñigo Urkullu, en una entrevista. Tras esas palabras, empero, hay matices. Estos días, los dirigentes del PNV han dejado claro que para negociar el voto favorable en la investidura no será condición la hoja de ruta de Ibarretxe ni el apoyo a la consulta popular. Por tanto, parece que a la hora de negociar el voto de la sesión de investidura el PNV no pondrá sobre la mesa la consulta que debería servir para desbloquear el conflicto.
Los precedentes deben ser tenidos en cuenta. «Si gana el PP tendremos que sacar el paraguas», dijo otrora Xabier Arzalluz en campaña. Al final, ganó el PP y pactó con el PNV. En aquel acuerdo se dejó a un lado la solución del conflicto. Cuando ganó Zapatero, los votos del PNV no eran tan necesarios. Zapatero tenía suficiente apoyo con ERC e IU. El PNV votó a favor de Zapatero en la sesión de investidura a cambio de nada, dando un voto de confianza al nuevo talante y al discurso favorable a la paz. A lo largo de la legislatura, a consecuencia de los altibajos de las relaciones con ERC, los diputados del PNV han sido más necesarios para el Gobierno de España (para aprobar presupuestos o rechazar la petición de reprobación de una ministra). No obstante, en estas negociaciones el PNV no ha puesto sobre la mesa el reconocimiento del derecho a decidir, sino los acuerdos en torno al concierto económico o al tren de alta velocidad.
Además, debe tenerse en cuenta que si Zapatero gana no será tan fácil apoyarle gratis, porque el crédito del nuevo talante y del discurso favorable a la paz se ha acabado. En palabras de Ortuzar, el verdadero Zapatero se conocerá a partir del 10 de marzo. Desde ese punto de vista, si la negociación fuera imposible, la hoja de ruta de Ibarretxe se detendría.
La iniciativa Erabaki. Antes de la llegada de las elecciones ─sin esperar a que pase la contienda electoral─ se ha puesto en marcha una iniciativa por el derecho a decidir. Diversas personas conocidas presentaron ayer un comunicado titulado Queremos decidir, decidiremos en nombre de 70 signatarios. Es un grupo de muchas mentalidades, por ejemplo, Julio Ibarra, Txaro Arteaga, Juan María Atutxa, Francisco Letamendia, Nestor Basterretxea, Juan Mari Bidarte, Ramón Zallo, Maite Aristegi, etc. Los ejes del comunicado están cerca de los aparecidos en el discurso pronunciado por Ibarretxe con motivo de la presentación de su hoja de ruta, aunque no se cita específicamente la consulta propuesta por el Gobierno vasco. La voluntad de ser dueño de su futuro y el deseo de decidir están completamente enraizados en todo el País Vasco y esta iniciativa es un reflejo de ello. Con todo, es llamativo que en la lista de nombres de impulsores de la iniciativa, con un par de excepciones, sólo aparezcan habitantes de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. ¿El deseo de decidir se limita a estas tres provincias?
El rostro de la tortura. La mayoría de quienes sufren tortura no pueden mostrarlo ni tener resonancia. Sus denuncias se cubren demasiado fácilmente y se olvidan. En el caso de Igor Portu, ha sido por la necesidad de tener que llevarlo al hospital y por el informe del examen médico que allí le hicieron por lo que su caso y el de Mattin Sarasola han tenido eco. Después del informe médico, la declaración de Portu ante el juez de San Sebastián, con la que coincide la de un testigo, la denuncia ante el juez Grande Marlaska, el testimonio aterrador de lo sufrido a sus abogados y la fotografía de sus heridas. En esa fotografía hemos podido ver el rostro de la tortura. Sin embargo, después del alboroto de los primeros días parece que, a pesar de que aparezcan más indicios, la mayor parte de la clase política quiere mirar hacia otro lado. Enseguida se enfría el discurso de tolerancia cero. Pero sin hacer frente a un sistema que permite ese tipo de malos tratos es imposible avanzar en una solución justa.
* Pello Urzelai es periodista político.