«Nosotros convertimos la Carta de Responsabilidades Humanas en una especie de Cantata Africana, con un coro que iba diciendo el texto, acompañado por instrumentos como la Kora, una guitarra africana de 20 cuerdas, y por un teclado. En Senegal hay muchos analfabetos, pero ellos pueden oír perfectamente, así que hicimos que la Carta fuera como […]
«Nosotros convertimos la Carta de Responsabilidades Humanas en una especie de Cantata Africana, con un coro que iba diciendo el texto, acompañado por instrumentos como la Kora, una guitarra africana de 20 cuerdas, y por un teclado. En Senegal hay muchos analfabetos, pero ellos pueden oír perfectamente, así que hicimos que la Carta fuera como una canción», explicó Sizi cuando le preguntamos cómo estaban difundiendo la Carta en ese país africano. Sidiki Daff -que se presenta como » Sizi «, es un profesor de historia senegalés, y uno de los fundadores de la Alianza Internacional de Habitantes . Ha dedicado su vida al trabajo con ONGs y sindicatos de su país. Hablamos con él a escasos minutos del inicio del encuentro sostenido en Santiago de Chile el 18/19 y 20 de enero, para intercambiar experiencias sobre la difusión de la Carta de las Responsabilidades Humanas. Allí él llamaba la atención por su entusiasmo, y también porque al ser negro, ponía de relieve la dimensión multiétnica del trabajo encarado por el Comité de Facilitadores. A esta reunión llegaron encargados de difundir la carta en países de Africa, Asia, Oceanía, Europa, América del Norte y Latinoamérica, que conocieron aspectos de la realidad chilena en el sur del país y en Valparaíso.
Sizi agrega que la tradición oral es muy importante en su cultura, porque en los tiempos antiguos, ellos eran un pueblo trashumante. La Cantata de las Responsabilidades Humanas está en wolof, la lengua nativa de Senegal, y esta música se difunde por radios comunitarias de todo el país. «En las áreas rurales la radio es muy importante», dice Zizi. «La gente tiene más tiempo para escuchar radio y también para charlar, de manera que esto es muy adecuado para ellos.» El profesor de historia continúa: «Las personas que viven en áreas rurales están acostumbradas a escuchar, tienen una capacidad especial de escucha y de concentración. La tradición oral es parte de su cultura. Por el contrario, para la gente de la ciudad, diez o 20 minutos son demasiado y tenemos que hacer otro tipo de música para ellos.»
«Cómo te conectaste con los artistas para poder ponerle música a la Carta?
«Yo siempre he trabajado con organizaciones de base, tales como CERPAC, El Centro de Investigación de una Ciudadanía Activa, y estoy muy conectado a ese medio así que no tuve problemas para comprometerlos con este proyecto. Tienes que darte cuenta que nuestro país, los lazos comunitarios son muy poderosos. Todo senegalés pertenece al menos a dos organizaciones, primero que nada su propia comunidad y después algun otro tipo de organización.»
La lengua wolof y el francés
Sizi también explica que era importante usar la lengua wolof para difundir la Carta de las Responsabilidades Humanas. «Si tú quieres crear una verdadera democracia, tienes que proporcionarle a las personas los textos en su propio idioma. En Senegal el idioma oficial es el francés, pero la gente pobre no entiende esa lengua, y por lo tanto nunca van a entender las leyes, por ejemplo».
«¿Cuáles son los problemas principales en tu país?»
Toda la economía está bajo el control de las trasnacionales francesas. Nosotros producimos maní y aceite. No hay una democracia real. La educación pública es de mala calidad, y toda la enseñanza es en francés.»
El nos cuenta que hace dos años se formó la Unión Africana, integrada por todos los estados y gobiernos, paso que él considera muy importante para el futuro de ese continente.
El profesor senegalés es miembro activo del movimiento por una globalización alternativa, y pertenece a la Comisión de Contenidos del Foro Social Mundial. Interrogado acerca de la importancia y verdadera representatividad del Foro, que ha sido criticado por no usar en sus documentos o reuniones las lenguas nativas, replica:
«Es verdad que ése es un problema, en Bombay pudimos ver que había muchas personas hablando a nombre de otras, es cierto. Pero tienes que darte cuenta que el Foro sólo nació hace cuatro años, y el mundo tiene millones de años! Yo creo que es estupendo crear cosas nuevas, conocer distintos tipos de personas e intercambiar experiencias de manera que podamos ir avanzando hacia tener una agenda de actividades comunes. También siento que es muy bueno que estemos usando nuevos métodos de trabajo. No tenemos un patrón o un jefe y llegamos a acuerdos trabajando entre pares.»
«¿Querrías decirle a los Chilenos algo en especial?
A mí me impresionó mucho conocer la larga lucha por justicia de los familiares de los desaparecidos. Yo creo que Chile puede aprender de Sud Africa. Allá tuvieron una Comisión que trabajó por verdad y reconciliación, pero también hizo justicia. Ustedes aquí tienen que obtener justicia.!»
El encuentro internacional que concluyó el 20 de enero, se inauguró en la Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez, calle General Jofré 462 (Santiago Centro) con el objetivo de promover la paz y la ética social. Destacadas personalidades de Asia, Africa, Europa, Oceanía, América y de nuestro país compartieron sus experiencias de integración a través de la difusión de la Carta de las Responsabilidades Humanas, un complemento indispensable a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y a la Carta de la Tierra.
Edith Sizoo, holandesa, es coordinadora del Comité de Facilitación para la Promoción de la Carta de las Responsabilidades Humanas. En Chile la citada carta es promovida por la Corporación AYUN, que trabaja ligada a sectores sindicales y al movimiento indígena, entre otras organizaciones sociales. En el discurso inaugural, Edith Sizoo se mostró impactada por el tipo de democracia que se vive en Chile, ya que al llegar al país visitó comunidades indígenas de la novena Región donde imperan las trasnacionales forestales y los mapuche son encarcelados y perseguidos por defender sus tierras. «No hay control social ni político sobre las trasnacionales. Cuál es nuestra responsabilidad personal y colectiva frente a hechos como estos», se preguntó la activista por la paz y el desarrollo humano. Ella se mostró complacida por los esfuerzos desplegados en Chile por difundir los principios de esta carta entre los más marginados cultural y socialmente, y expresó que sin duda la historia reciente de Chile, marcada por el sufrimiento, hace que en este país se puedan desplegar más energías.