José Bogas: «Hay que dar las gracias a quien dijo que en 2040 no existiría los coches diésel». El consejero delegado advierte que «la burbuja de las renovables se debe a las subastas»
Endesa deja una puerta abierta a alargar la vida de las centrales nucleares más allá del 2035. El consejero delegado de la eléctrica, José Bogas, ha advertido esta tarde que el parque nuclear podría mantenerse más allá de lo planeado por el Gobierno y las titulares de las plantas hace un año.
Según este pacto, las plantas de Almaraz I, Almaraz II, Ascó I y Cofrentes cerrarán de forma progresiva entre los años 2025 y 2030. Mientras que Asco II, Vandellós II y Trillo lo harán a más tardar en el año 2035. Pero el presidente de la energética –que firmó este calendario– ha puesto de manifiesto la posibilidad de que esto no ocurra.
«Si se dan una serie de hipótesis contempladas en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) sería posible conseguir el cierre nuclear en 2035. Ese es el plan, pero desde nuestra reflexión y lealtad, creemos que bajo ciertas circunstancias económicas esas centrales tendría sentido que alargasen su vida y se puede hacer», ha asegurado Bogas durante su intervención en el 17 Encuentro del Sector Energético organizado por el IESE en colaboración con Deloitte.
El consejero delegado de la eléctrica ha aplaudido la hoja de ruta (PNIEC) puesta en marcha por el Gobierno –que debe enviar de nuevo a Bruselas para su aprobación final—aunque le ha puesto una pega: «No ha sido ambicioso en penetración del coche eléctrico», ha dicho Bogas que ha aplaudido a la ministra Teresa Ribera en su polémica por el adiós al diésel. «Meter la cabeza en el agujero como una avestruz puede llevar a darnos un susto, quizá no en 2040, pero sí en 2030. Hay que dar las gracias a quien dijo que en 2040 no existiría el diésel», ha dicho.
SUBASTAS RENOVABLES
«Yo soy de los que pienso que la gran burbuja renovable que existe hoy se debe a las subastas», ha asegurado José Bogas. En la actualidad, según sus datos, hay alrededor peticiones de puntos de acceso y conexión para más de 150.000 megavatios, cuando el objetivo que se marca el PNIEC en 2030 es alcanzar los 60.000 megavatios.
El problema, según relató, es que en ocasiones se venden esas conexiones por un precio que va de los 60.000 euros hasta 200.000 y 300.000 euros. «Hay empresas muy serias que los han comprado por 250.000 euros, lo cual me parece un disparate», ha reconocido.