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Entender las decisiones judiciales

Fuentes: Rebelión

Citar en un artículo de opinión a varios directores de prisiones, acusándolos de malos tratos a presos, y escribir textualmente en un periódico lo siguiente: «Hace años escuché a un muy apreciado compañero chillar con fuerza Sacad vuestras sucias manos de Euskal Herria. Sí, sacadlas, porque otro camino sólo implica más sufrimiento. O el futuro […]

Citar en un artículo de opinión a varios directores de prisiones, acusándolos de malos tratos a presos, y escribir textualmente en un periódico lo siguiente: «Hace años escuché a un muy apreciado compañero chillar con fuerza Sacad vuestras sucias manos de Euskal Herria. Sí, sacadlas, porque otro camino sólo implica más sufrimiento. O el futuro terminará demostrando, que os quedaréis sin ellas», es considerado por la Audiencia Nacional un delito de pertenencia a ETA. Ni siquiera de amenazas, directamente de pertenencia a la organización armada.

Es lo que ha considerado este tribunal en un auto del pasado 7 de julio, por lo que el preso de Juana Chaos no podrá salir de prisión a pesar de haber cumplido legalmente la totalidad de su condena. Como la justicia es ciega, cualquier ciudadano que escribiese las anteriores líneas en un periódico sería condenado también por pertenencia a ETA.

Suponemos que si José Ignacio de Juana Chaos se hubiese manifestado con una pancarta que hubiese dicho, por ejemplo, «Zapatero al paredón» o «Zapatero, ésta es tu tumba», cualquier denuncia contra él se hubiese archivado por considerarse una «crítica política». Es lo que ha sucedido con la denuncia de Carod Rovira contra quienes en la manifestación del pasado 11 de junio en Salamanca portaban pancartas con el texto «Carod al paredón» y «Carod, ésta es tu tumba».

No parece fácil esto de entender a los jueces. O quizás sea bastante fácil. Fácil e insultante para la justicia.