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Wallmapu

Entrevista con el preso político mapuche Héctor Llaitul Carrillanca

Fuentes: Rebelión

En condiciones de aislamiento, el comunero Héctor Llaitul responde a esta extensa entrevista de Vocesenlucha donde aborda desde cuestiones históricas que dan contexto de largo aliento al movimiento mapuche por territorio y autonomía y nos permiten comprender a qué responden las formas de lucha de la CAM, hasta temas polémicos difundidos recientemente por medios hegemónicos chilenos como el caso de Pablo Marchant -weichafe mapuche de la CAM asesinado en 2021-, pasando por cuestiones como el papel del actual gobierno de Boric en la represión, judicialización y militarización del territorio mapuche, su subordinación a EEUU, sus lecciones de democracia a países soberanos como Venezuela o el aumento del fascismo en América Latina. Comenzamos.



Vocesenlucha: En primer lugar, gracias por querer conversar con este espacio. Para realizar esta entrevista hemos debido enviar las cuestiones desde un lugar de La Mancha a terceras personas que se las han hecho llegar hasta la cárcel de Concepción en Chile ¿Héctor Llaitul, quién es usted y por qué se encuentra en prisión?

Héctor Llaitul: Soy un mapuche, un mapuche revolucionario. Actualmente cumplo la función de Werken (vocería) de mi organización, la Coordinadora Arauco Malleco, CAM. Hoy me encuentro en prisión en la ciudad de Concepción, fui condenado a 23 años de cárcel por Ley de Seguridad del Estado y “delitos” asociados en el marco de lo que es el conflicto histórico entre mi Pueblo Nación Mapuche y el Estado Chileno y Argentino. Esta es mi tercera condena por los tribunales chilenos, en ocho procesos judiciales de persecución política de los cuales he sido objeto por ser Weychafe (guerrero) y Werken de la causa Mapuche, siendo el único condenado por “apología a la violencia” durante los gobiernos que han sucedido a la dictadura pinochetista.

Viene de realizar una huelga de hambre de 87 días, casi tres meses. ¿Cuáles fueron los motivos de la huelga y cómo valora la respuesta política y judicial a dicha huelga?

Vengo de realizar una huelga de hambre de casi 90 días, que me tiene en la actualidad con algunas secuelas, de las cuales debo reponerme para seguir aportando en el proceso de lucha de mi Pueblo.

Los motivos de esta última huelga fueron dos. Por un lado, solicitaba la Nulidad del juicio que me condenó (sin pruebas objetivas y concretas) sobre la base de la ley de Seguridad del Estado, que es una ley con sesgo político, que fue perfeccionada y profusamente usada por la dictadura pinochetista, que se utilizó para la persecución de opositores. Mi demanda no fue acogida, ya que la Corte Suprema rechazó el recurso de nulidad presentado en contra de la sentencia del Tribunal de Garantía de Temuco, confirmando la condena y con ello la persecución política y las faltas al debido proceso. Por otro lado, con la huelga solicitaba el respeto a los derechos culturales y políticos de los que somos titulares los Mapuche como miembros de un pueblo originario, quienes en el marco del conflicto, hemos caído prisioneros por ser parte de la reivindicación territorial en contra de las forestales y el Estado chileno. Porque la situación es bien clara, una cosa es perder la libertad pero otra cosa es perder el derecho a seguir siendo Mapuche y eso no se transa.

Una evaluación-síntesis de la huelga nos hace confirmar la naturaleza de la institucionalidad chilena que persiste con su política de criminalización-persecución y exterminio de la causa autonomista mapuche, en el sentido de mantener las políticas represivas y de persecución con un alto grado de racismo y negacionista contra los Mapuche, principalmente cuando nuestra lucha territorial y política choca de frente contra los intereses del gran capital que opera depredadoramente en el Wallmapu (territorio mapuche). En definitiva, fui mal e injustamente condenado y se me mantiene en prisión vulnerando todos mis derechos humanos y culturales como preso político mapuche, por lo cual seguiré movilizado y activo como vocero de la causa autonomista de mi organización.

Hagamos un poco de historia. La CAM, desde la década del 90, se convirtió en una referencia de la lucha de los pueblos originarios en América Latina. Hoy continúa resistiendo y luchando, desde su propuesta política de construcción de autonomía, por la autodeterminación del pueblo mapuche. ¿Cómo podemos explicar qué es la CAM a quien no conozca su trayectoria de lucha?

Somos una organización Mapuche, autonomista y revolucionaria. La CAM es producto de un salto cualitativo en la lucha por la tierra del pueblo Mapuche, constituye un antes y un después en la lucha institucional sistémica en el marco de la dominación, para pasar a una lucha de insubordinación y rebeldía que al tiempo se transformará en una lucha política-estratégica que en su andar se posicionará en una propuesta para la liberación de nuestro Pueblo, lo que puede ser interpretado también como una referencia para otros pueblos oprimidos.

En efecto, la CAM hace su aparición en la escena del Conflicto Histórico como una organización Mapuche Autonomista que busca como objetivo central la reconstrucción de la Nación Mapuche. La CAM desde un inicio ha planteado la lucha territorial y política en base a las demandas históricas del Pueblo Mapuche por la recuperación del TERRITORIO y AUTONOMIA. El planteamiento está en base a dos ejes estratégicos; por un lado desarrollar la Resistencia al enemigo histórico (la oligarquía y el Estado capitalista) y por otro llevar adelante un gran proceso de Reconstrucción del Pueblo Nación Mapuche, lo que necesariamente lleva y llevará a la confrontación con el poder de dominación. Ambas, resistencia activa y reconstitución del mundo Mapuche (tejido social, político y cultural) nos llevará al desarrollo de un proceso de Liberación Nacional, que es el objetivo estratégico. Es en este sentido que hay que entender a la CAM y sus acciones, las que vamos posicionando en el terreno mismo. Es decir, no solo se realizan sabotajes o acciones de violencia política basadas en la autodefensa, sino también todo aquello que tiene que ver con la transformación e insubordinación al sistema; como siembras, construcción de hábitat y reposicionamiento de espacios de significación cultural. Es lo que hemos denominado la reconstrucción del tejido social político y cultural; la recuperación del mundo Mapuche.

Es debido a estas posiciones que como organización hemos sido objeto de represión y persecución política por ya tres décadas por parte del Estado chileno y hemos pagado con sangre, sacrificio y cárcel el asumir esta propuesta política Mapuche.

Durante estas décadas de arraigo de la CAM en comunidades mapuche, ¿cómo se ha desarrollado y madurado su pensamiento político?

Durante casi tres décadas la CAM ha mantenido su postura autonomista y revolucionaria. Pero dado nuestro carácter de organización Mapuche con una fuerte vinculación a las comunidades y nuestra porfía por mantener un carácter de movimiento mapuchista es que nos hemos convertido en un problema de envergadura para los cimientos del Estado capitalista, toda vez que este sistema mantiene su raigambre colonial y racista a la hora de confrontar con el Movimiento Mapuche Autonomista. En efecto, hemos sufrido la represión constantemente y hemos de sortear todo tipo de embestidas de parte del poder de dominación.

Es en este contexto que nuestra propuesta política y de lucha se ha sostenido y ha venido madurando. Se trata de un pensamiento político que se ha fraguado al calor de la lucha concreta y donde vamos aprendiendo y reaprendiendo lo que significa luchar, hoy con una impronta de respeto y consideración por lo que nos legaron nuestros antepasados. A su vez lo que debemos captar, sistematizar y elaborar en el actual contexto en el que se desenvuelve nuestra lucha en el cotidiano, sobre todo lo referido a nuestra concepción actual del Itrofil Mongen, que significa e implica que luchamos junto a las demás fuerzas de nuestro entorno, que están en la naturaleza y en otra dimensión de nuestras vidas, un mundo espiritual y místico que nos sitúa como Mapuche, que valoramos mucho más lo ancestral por sobre la cultura de muerte del capitalismo posmodernista winka.

¿Cuál es la importancia de la tierra y el territorio para el pueblo mapuche y cuál es la propuesta organizada de la CAM en torno al territorio?

Por lo mismo es que hacemos una reafirmación de nuestras definiciones mapuchistas o de carácter cultural para sostener nuestro pensamiento político-estratégico, y en este sentido es que le damos absoluta importancia a la tierra y el territorio como basamento a nuestro proyecto político y de reconstrucción del Mundo Mapuche. No es posible la autonomía sin la recuperación del territorio. No es posible la reconstrucción del Mundo Mapuche sin la recuperación y la recomposición de las tierras. No es posible la reconstrucción del Mundo Mapuche sin un proyecto de rearticulación de comunidades basado en la ampliación de los espacios territoriales donde se puedan ejercer todos los derechos que nos son inherentes a nuestra condición de Comuneros Mapuche.  Es por esta razón que nuestra propuesta siempre ha sido dar la lucha organizada y fuerte por la recuperación de los territorios ancestrales y sobre esta propuesta ir sentando las bases de una propuesta mayor de Autonomía Revolucionaria. Por eso es que planteamos la autonomía en los hechos, la AUTONOMÍA REVOLUCIONARIA. Una lucha confrontando contra el poder, en todo orden, con autonomía política, ideológica, orgánica, pero sobre todo con un tipo de autonomía cultural idearia (un choque de culturas) en donde el antagonismo y la lucha resulta definitiva y sin transar. Por lo anterior, es que hemos de plantear la lucha mapuchista y revolucionaria con una plataforma que se basa en el CONTROL TERRITORIAL, que es en el fondo nuestra forma y propuesta a nuestra gente para sumarse a este proceso de reconstrucción de la Nación Mapuche. Es en este contexto que deben entenderse todos nuestros esfuerzos políticos y orgánicos y la creación y accionar de los distintos ORT (Órganos de Resistencia Territorial), los sabotajes a las manifestaciones y desarrollo del gran capital, así como de los diversos KUDAW que son parte de las recuperaciones basadas en el ejercicio del control territorial. Para nosotros la RESISTENCIA tiene un sentido muy amplio y de importancia cultural en esta relación HOMBRE-TIERRA.

En contraposición, ¿cuál es la importancia del territorio para las clases dominantes del Estado chileno herederas del Imperio español, y cuál ha sido su relación histórica con el territorio Wallmapu del actual sur de Chile, y en consecuencia con el Pueblo Mapuche?

Desde el momento de la formación de los estados nacionales de Chile y Argentina ha existido el proceso de ocupación y dominación de los pueblos originarios y la ambición de los territorios ancestrales por parte de la oligarquía. La importancia del territorio para las clases dominantes es una constante histórica y es la clave para comprender el conflicto entre el Estado capitalista y el Pueblo Mapuche. La relación histórica con el WALLMAPU o territorio histórico está basada en la conquista, la ocupación y el despojo, frente a lo cual existe la demanda y las diversas expresiones de resistencia de nuestra parte.

La relación e importancia que tiene el territorio ancestral Mapuche para las clases dominantes herederas del Imperio español y del coloniaje europeo es para seguir saqueando nuestras riquezas en tanto tierras y aguas, y demás recursos que están en nuestra territorialidad, lo cual mantiene y agudiza contradicciones con las demandas históricas y fundamentales del Mundo Mapuche, ya que se tocan los intereses y valores más esenciales que tenemos como Pueblo originario. Ellos ambicionan los “recursos de tierras y aguas” que para nosotros son nuestra ÑUKE MAPU, nuestro ITROFIL MONGEN.

¿Cuáles son los métodos que utiliza la CAM para la recuperación territorial? ¿Qué papel juega la vía militar en el movimiento y cómo se relaciona esa forma de lucha con el pensamiento político y ético de la CAM?

Los métodos y formas que utiliza la CAM para la recuperación territorial son diversos, van desde las ocupaciones efectivas con ceremonias y construcción de rukas, hasta las acciones de sabotaje en contra de los insumos y circuitos de la industria forestal y energética que más afecta la sobrevida de las comunidades. Es en este marco que se desarrolla la violencia política necesaria para la defensa del territorio y las conquistas que se han logrado en los procesos de lucha territorial.

Debido al avance de los procesos de lucha territorial y política que han efectuado las comunidades el Estado Chileno y la clase dominante han implantado un verdadero régimen de ocupación militar confrontando con mayor beligerancia contra los mapuche, razón por la cual nos hemos visto en la obligación y necesidad histórica de retomar la lucha de forma más integral posible, es lo que hemos denominado el retorno del Weichan, en donde la vía militar se ha posicionado en el movimiento mapuche autonomista y revolucionario que con más fuerza abrazamos la causa mapuche. 

Sin embargo, debemos aclarar que esta expresión ha sido canalizada y por ahora está muy acotada solo a la resistencia y la autodefensa de las comunidades toda vez que los procesos en específico lo ameritan, razón por la cual su relación como forma de lucha está estrechamente vinculada con los planteamientos políticos y estratégicos. Desde nuestras posiciones, insistimos, esta forma de luchar está muy acotada y direccionada con nuestra postura mapuche en defensa del Mundo Mapuche y su recomposición, es decir, es en contra de todo aquello que atente contra nuestro  Itrofil Mongen, cosmovisión y espiritualidad, por lo cual su ejecución será en base a una ética de acción política que respete la vida en su sentido más amplio, se defienda la ÑUKE MAPU y se recomponga todo lo devastado-destruido por las políticas extractivistas y el viejo orden burgués colonial, que trae consigo depredación y exterminio.

¿Cuáles son para usted las principales fuerzas antagónicas del Pueblo Mapuche?

El pueblo mapuche viene luchando desde hace varios siglos. Se conoce en parte la historia de la resistencia en contra de los Incas y del Imperio español. Después la resistencia será en contra de los estados nacionales de Chile y Argentina. Podríamos afirmar que en la actualidad hemos de enfrentar la cuarta invasión y la peor de todas: la invasión del capitalismo globalizado. Es en este marco que podemos definir en la actualidad que las fuerzas antagónicas del Pueblo Mapuche son multivariadas, y derivan de nuestro enemigo histórico, la oligarquía y los Estados capitalistas.

En efecto, es la oligarquía chilena principalmente la que ha definido la invasión y despojo de nuestra territorialidad ancestral. Fueron ellos los que definieron y financiaron la ocupación político-militar del Wallmapu para su posterior saqueo, situación que se mantiene hasta la actualidad con las políticas extractivistas que arremeten depredadoramente contra el territorio y el Mundo Mapuche. Posteriormente, será con la formación de los Estados Nacionales que se consuma la invasión y la ocupación. Se cumple la función colonizadora y represiva mediante el establecimiento del sistema de dominación en contra de nuestro Pueblo-Nación. Actualmente es el Estado chileno, de naturaleza profundamente racista y colonial, el que oprime y domina al Pueblo Nación Mapuche negándole todos sus derechos, principalmente los relativos al derecho al territorio y la autonomía.

La ocupación del Wallmapu fue en base a una campaña política-militar efectuada por el ejército chileno y argentino en lo que se conoce como la “Pacificación de la Araucanía” y la “Campaña del Desierto”. Hasta los días de hoy vivimos bajo la dominación política y militar de los poderosos en donde las fuerzas militares (policías y ejércitos) siguen cumpliendo la función de establecer un verdadero régimen de ocupación hacia nuestro Pueblo con el objeto de salvaguardar los intereses de los grandes grupos económicos que saquean la territorialidad ancestral, principalmente en base a la industria forestal y energética.

Cuando decimos que sufrimos la opresión de la institucionalidad estatal, nos referimos a todo el ordenamiento jurídico, político e institucional que cumple la función de someter y oprimir a los Mapuche. Es la clase dirigente a través de la clase política (el ejecutivo, legislativo y judicial) y las instancias que responden a los intereses del modelo de desarrollo económico – político que están en contra absoluta de las comunidades mapuche. Por lo mismo, hemos de afirmar que prácticamente todos los gobiernos que se sostienen en el modelo neoliberal están en contra de la causa mapuche. Por lo mismo es que han de administrar y legislar políticas y leyes contra el Movimiento Autonomista y contra las comunidades movilizadas por sus derechos.

Es por lo anterior que podemos afirmar con justa razón que dentro de las fuerzas antagónicas que más han confrontado contra la causa Mapuche está la derecha económica y política de este país. En este sentido se puede hablar de la presencia de una ultraderecha que viene a reproducir una posición y discurso aún más racista y fascista en defensa de los intereses de los poderosos en las zonas de conflicto, lo cual favorece la presencia de paramilitares y mafias ligadas a los grupos económicos.

Por último, resulta necesario referir a los medios de comunicación al servicio de los fascistas y en defensa de las posiciones más recalcitrantes del sistema capitalista. Más aún, en el último tiempo se ha agrandado el abanico de la prensa al servicio de la burguesía, la que incluye a aquellos medios que se autoproclamaban “independientes” y “progres” que terminaron en una defensa corporativa del actual gobierno de Boric. Así se puede entender cómo algunos medios que se decían inclusive de izquierda nos han tratado de forma injusta y prejuiciada.

¿Cómo cambió el poder político chileno tras la dictadura y cómo se reconfiguró la relación del Estado de Chile con el gran capital nacional y trasnacional?

En estricto rigor, nada ha cambiado. Lo que hubo -a nuestro juicio- es un recambio en el marco interburgués que ha seguido favoreciendo a la oligarquía histórica en contra de los oprimidos en general y del Pueblo Nación Mapuche en particular. Razón por la cual se puede entender que la relación del Estado chileno con el gran capital nacional y transnacional es de subordinación y dependencia con los intereses de ese gran capital. Así se entiende que el actual gobierno tiene una actitud servil y de lacayo a los intereses de las Corporaciones multinacionales y del Imperialismo yanqui.

En definitiva, consideramos que en el fondo la lógica de la dictadura sigue operando, pero administrada en un modelo neoliberal. Si se observa la cantidad de tierras mapuche privatizadas y vendidas durante la dictadura, y que no han sido devueltas a comunidades, se puede ver el mejor síntoma de esta persistencia. El poder y la dominación han cambiado, eso sí, se han sofisticado y se han reacomodado para lograr imponer su hegemonía mejorando su rentabilidad y diversificando sus sectores de apoyo. Actualmente no es poca la gente que trabaja con las forestales y eso ha sido una victoria -aunque temporal y endeble- de la hegemonía del poder político y económico. Es una dinámica que ahorra dinero a las forestales y al empresariado porque traslada el conflicto hacia el interior de las comunidades, ganando afiliación en distintos sectores. Y cuando esto es insuficiente, las herramientas coercitivas del poder se dejan caer con toda su fuerza: a costa de criminalización, muerte, encarcelamiento y militarización, tal como ahora está el Ngulumapu hace más de dos años. Es esta la dinámica que se ha ido transformando desde el fin de la dictadura y la que enfrenta la lucha territorial mapuche en la actualidad, conservando su lógica más profunda.

Usted dijo hace años que la liberación del Pueblo Mapuche necesita de la liberación del pueblo chileno. La Rebelión Popular de 2019 fue un hito histórico para los movimientos populares de América Latina. Sin embargo el poder político chileno encontró formas de reconducir su crisis mediante un aparente cambio institucional con la llegada del actual gobierno encabezado por Gabriel Boric. El presidente Boric estuvo en el pasado visitando comunidades en resistencia de la CAM y solidarizándose con la lucha del pueblo mapuche. ¿Ahora que ha llegado a La Moneda, cuál está siendo la política del actual gobierno para con el Pueblo Mapuche y sus expresiones de lucha?

En primer lugar, debemos aclarar que Boric nunca estuvo (en el pasado) en Comunidades ligadas a la CAM, sí estuvo de visita en otros sectores que creyeron en su discurso. En segundo lugar no concordamos que con el “estallido social” se hayan desarrollado condiciones que permitieran un cambio institucional que se expresara con el actual gobierno. Al menos con el conflicto histórico con nuestro Pueblo. Lo que sí ha sucedido es una mayor profundización del sistema capitalista, lo que ha creado las condiciones para que la ultraderecha retomara una nueva ofensiva fascista a todo nivel, no sólo en el Wallmapu, imponiendo un régimen de ocupación signado por el establecimiento de mayor autoritarismo en todo el país chileno.

Esto es lo que hemos analizado, una especie de reacomodo en las formas de dominación en el Wallmapu, tal como expresamos antes, donde se vuelve a imponer la política del Garrote y la Zanahoria, con la salvedad de que se ha inclinado la postura en la actual administración de profundizar la represión y el exterminio del Pueblo Nación Mapuche, principalmente cuando de confrontar con toda la fuerza del Estado a las expresiones de lucha de resistencia y reconstrucción de nuestro Pueblo se trata.

Todo queda retratado, además, con la nula voluntad de resolver las demandas más sentidas por las comunidades; principalmente las referidas a la recuperación de las tierras usurpadas. Se suma el hecho de la militarización de todo el Wallmapu histórico, de la represión cada vez más militarizada hacia las orgánicas de resistencia y comunidades movilizadas, de los cientos de presos políticos mapuche y los diversos abusos y violación de los DDHH y Culturales de los comuneros que con más fuerza estamos en la Causa Mapuche.

Este gobierno sigue teniendo presos de la rebelión popular o el «estallido», y tiene más de 100 weichafe mapuche presos. Sin embargo se permite dar lecciones de democracia por ejemplo a Venezuela. ¿Qué piensa sobre eso?

Efectivamente, es con este gobierno que más presos políticos mapuche ha habido en toda la historia del conflicto entre el Estado Chileno y el Pueblo Mapuche. Son más de 100 los comuneros que estamos recluidos en las distintas cárceles del Estado chileno, muchos de los cuales sin tener el reconocimiento de ser perseguidos políticos y con vulneración de los derechos culturales que nos son inherentes por ser miembros de un pueblo originario, inclusive transgrediendo normativas internacionales que el propio Estado Chileno ha firmado, como el Convenio 169 (de la Organización Internacional del Trabajo), pero que con este gobierno no se cumple. Por lo mismo, resulta un contrasentido y más bien un descaro que las autoridades de este gobierno critiquen tan abiertamente a otros gobiernos de la región en este sentido; porque en Chile sí existen presos políticos, muchos de los cuales somos mapuche que luchamos por las reivindicaciones territoriales y políticas de nuestro pueblo.

Este gobierno no tiene autoridad ni política ni moral para criticar y/o buscar sanción a otros países en materia de persecución a opositores, menos si acá se ha militarizado, asesinado y hecho prisioneros a los Weichafe. De hecho en Venezuela -hemos sabido por nuestros hermanos- se respetan mucho más los derechos de los pueblos originarios, y su sistema de representación además de ser más democrático que el chileno, le da reconocimiento y participación a sus pueblos originarios.

El discurso oficial y el de las actuales autoridades chilenas está marcado por el racismo y el negacionismo, así queda en evidencia con los prisioneros por razones políticas y la constante de aplicar políticas y medidas represivas cargadas de racismo estructural y discursivo. Las autoridades políticas nos aplican querellas, la policía racista y corrupta nos persigue, los tribunales racistas nos condenan, y Gendarmería nos hostiga y reprime en las cárceles chilenas.

¿Cuál cree que es la influencia en Chile del imperialismo dirigido por EEUU?

Uno de los hitos históricos que más ha reflejado la realidad de dependencia del capitalismo chileno con el imperialismo yanqui fue la dictadura de Pinochet. Posteriormente la mantención del modelo neoliberal y el sistema de alternancia del poder con las fuerzas representantes de la oligarquía deja en evidencia no sólo la influencia norteamericana sino la dependencia de Chile del sistema capitalista mundial-globalizado, el cual está controlado por las corporaciones multinacionales yanquis, que son las que definen las directrices de economías que se imponen a sangre y fuego en gran parte del orbe. Así entendemos por qué las autoridades del actual gobierno han apoyado el injerencismo, los bloqueos y las guerras en contra de las soberanías de los pueblos y su autodeterminación. Observamos a Boric apoyando no solo a Biden, también a Zelenski, a Milei y a otros proimperialistas de la región, que a su vez atacan a los gobiernos que diariamente resisten las políticas genocidas e injerencistas como lo hacen Venezuela, Cuba, Nicaragua.

Ahora se vienen mayores definiciones respecto de la influencia yanqui por los intereses geoestratégicos relacionados con el petróleo y otros recursos mineros (el litio) los que serán entregados a la voracidad de los poderosos del mundo, donde se seguirá manifestando esta alineación al imperialismo, tal como ya se ve.

En Europa ya es un hecho que la extrema derecha está avanzando política y socialmente de forma inédita desde la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué piensa del avance de la extrema derecha y sus expresiones fascistas en América Latina y cuál cree que es la responsabilidad del llamado progresismo y la izquierda en este avance?

Sí, hay una mayor influencia y poder de la extrema derecha en el mundo, lo cual se ha registrado en Europa y también tiene alcances en la región, donde observamos una nueva ofensiva fascista en los gobiernos locales. Ofensiva neofascista que, hemos dicho, reposiciona a la derecha y la ultraderecha más fascista y racista que deviene de los colonizadores y usurpadores de nuestro territorio ancestral.

Cuando hablamos de una nueva ofensiva neofascista en Chile es porque se debe tener en cuenta que acá en el Wallmapu fue donde se instaló una verdadera élite de la oligarquía, que representa la naturaleza más racista y fascista de la derecha chilena, descendiente de los colonos que llegaron de Europa y que hicieron sus fortunas a sangre y fuego en contra del Pueblo Mapuche en base al genocidio y la explotación indiscriminada de la naturaleza, devastando territorios e implantando las políticas extractivistas que apuntan hacia el exterminio de nuestros colectivos y comunidades. Es contra ellos que volvemos a retomar el Weichan Mapuche en defensa de nuestro pueblo, de la naturaleza y de un tipo de justicia basado en lo comunitario.

En efecto, existe mucha responsabilidad de parte de una seudo izquierda y particularmente del mal denominado «progresismo» en la ofensiva de la ultraderecha y el fascismo principalmente porque no solo se han subsumido al sistema neoliberal sino que han terminado abrazando y administrando los programas de gobierno basados en el neoliberalismo, eso sumado a sus desviaciones de acción lacaya y corrupta con las formas de hacer política.

¿Cree que existe un plan de descomposición social en el territorio histórico mapuche del Wallmapu mediante el avance de grupos paramilitares al servicio de los intereses del gran capital?

Lo que existe es una estrategia de contención y confrontación de la causa mapuche autonomista que en los hechos tiene un comportamiento y un actuar revolucionario, como es la práctica política sostenida desde la CAM. Se trata de una estrategia política y militar diseñada desde el poder de dominación que tiene como objetivo contener y destruir a las fuerzas mapuchistas que con mayor fuerza y convicción luchamos por la reconstrucción nacional.

Es efectivo que en Chile existe una política comunicacional de demonización de la causa Mapuche en dónde está comprometida casi toda la prensa oficial y rastrera del poder.

Es el Estado y la institucionalidad toda la que confronta contra la CAUSA MAPUCHE, pero es el discurso oficial cargado de odio y racismo el que va creando las condiciones para justificar las políticas represivas y otras de supuesto «nuevo trato» o «buen vivir», para frenar la lucha territorial. Este discurso oficial cargado de estigma y demonización de la causa mapuche ha ido lentamente convirtiendo nuestra lucha en una causa carente de apoyo. Porque muchos, si no todos los medios de comunicación nos retratan cargados de datos, información y antecedentes falsos sobre la verdadera dimensión y realidad de nuestra lucha.

De hecho, en el último tiempo se habla sin reparos de que nuestra lucha de resistencia es terrorista y/o delincuencial en circunstancias de que el 90% de nuestras acciones están basadas en una ética de acción política humanitaria de justicia social y en defensa de los valores más nobles y dignos de la existencia humana. Es más, la lucha mapuche ha transitado en una verdadera defensa de la vida en su sentido más amplio, protegiendo, defendiendo a nuestra naturaleza y demás existencias y vidas que aún sobreviven en el territorio ancestral. Hay un fuerte componente de acción visionaria de proteger un mundo mejor y más justo para las futuras generaciones sobre todo en lo que dice relación a la protección de la tierra, el hábitat, con un tipo de sociedad más humana, solidaria y comunitaria como lo es el mundo mapuche.

Sin embargo, la oligarquía, la ultraderecha, la prensa fascista, la institucionalidad racista y los lacayos del sistema nos tratan y retratan de lo peor, asignándonos todo tipo de calificativos falsos y construidos, muchos en base a montajes y mentiras, con el objetivo de golpearnos y dejarnos mal frente al eventual apoyo que deberíamos tener. En este sentido, se debe considerar que Chile se construyó sobre la base del racismo y el menosprecio hacia los mapuche, esto es y seguirá siendo una realidad dura con la cual debemos resistir también. En mi caso fui condenado por robo de madera en circunstancias que yo nunca participé en dicho «ilícito». Y la condena por apología a la violencia resulta hasta absurda porque es sobre la base de expresiones de ideas-fuerza, en un contexto en que somos atacados con violencia estructural-racista que pretende condenarnos al exterminio, y frente a lo cual creemos aún tenemos el derecho a expresarnos en cuanto a lo que sentimos y pensamos.

¿Cuál es la opinión de la CAM y su postura frente a la Comisión para la Paz y el Entendimiento que debe presentar un informe en noviembre al Presidente de la República?

Esta comisión se inscribe dentro de la misma lógica de las medidas que los gobiernos neoliberales han impulsado desde el fin de la dictadura frente al pueblo mapuche y a los pueblos indígenas. Quienes integran la comisión son parte de líneas continuadoras de la política indigenista y anti-mapuche de los últimos 30 años, representantes de los mismos sectores históricos e institucionales que no han logrado destrabar el conflicto, sino agudizarlo, profundizando las condiciones de opresión políticas y económicas. Incluso sectores anti-mapuche que han legitimado el colonialismo y despojo de las forestales y el latifundio.

Situación que nos permite augurar el rotundo fracaso de esta instancia, que solo pretende desviar la mirada sobre el eje del conflicto: la propiedad ancestral y la lucha territorial.

De hecho, no nos impresiona que Gabriel Boric quiera asegurar su gobernabilidad a costa de criminalizar y excluir a las organizaciones autonomistas mapuche, es parte de su ideología neoliberal y ese será su legado.

La CAM ha sufrido en las últimas décadas la violencia del Estado capitalista. Criminalización, judicialización, prisión política. Pero también muertos asesinados. El más reciente el caso de Pablo Marchant, que se filtró a la prensa en un primer momento como si se tratara de su hijo Ernesto Llaitul.

La CAM como organización Mapuche Autonomista, desde sus inicios siempre ha sufrido la persecución política, la violencia estructural y política por parte del Estado, su institucionalidad y sus agentes. Esta violencia está en el actual ordenamiento político jurídico institucional y cultural en contra del Pueblo Mapuche movilizado. Es la militarización, la criminalización, la judicialización con prisión política y el asesinato de nuestros Weichafe lo que evidencia claramente esta violencia por parte del Estado chileno.

El caso de Pablo Marchant grafica claramente esta realidad de violencia, tanto estatal como de los grupos paramilitares al servicio de las forestales que operan impunemente en el Wallmapu, ya que en su asesinato cruel están comprometidos agentes del Estado y miembros de las mafias que operan amparados en la institucionalidad opresora y de lo cual hacen vista gorda los fiscales antimapuche, policías y autoridades.

Medios de comunicación hegemónica han difundido recientemente una entrevista de la madre de Pablo Marchant afirmando que la CAM obstruye la exhumación de su hijo para realizar una autopsia. ¿Qué nos puede decir al respecto?

Resulta necesario comprender de dónde viene esta contradicción ya que son los medios de prensa hegemónicos los que más han difundido la entrevista de la lagmien Miriam, madre de Pablo, con el objetivo de generar una desavenencia y controversia con la postura de la CAM. De hecho, se ha llegado a afirmar que la CAM obstruye la exhumación, en circunstancias que lo que realmente se sostiene son los planteamientos políticos-estratégicos, así como de la reafirmación de nuestros principios y líneas basados en el Mapuche Kimun y el Mapuche Rakiduam. Hay por tanto una coherencia absoluta de parte de la comunidad aludida, de nuestra orgánica y de la vocería que hemos sustentado antes, durante y seguiremos afirmando con el objeto de avanzar en esta lucha de liberación, y en donde los aspectos culturales y espirituales resultan ser la esencia de nuestras convicciones y definiciones y frente a lo cual no transaremos porque esta lucha resultará definitiva; se trata de la reconstrucción de la Nación Mapuche.

Se ha pretendido generar una polémica y posterior división entre quienes luchamos por la justicia. A nuestro juicio, creemos que la institucionalidad ha ido cooptando a ciertos sectores que se acoplaron a la demanda de justicia que exige la familia, quienes han influido en la idea de que los mecanismos van por el lado de las mismas instituciones que son responsables de la opresión y represión hacia nuestra lucha por el territorio y la autonomía. De hecho, buscar justicia en la fiscalía antimapuche y los tribunales racistas en donde opera la policía y los militares criminales resulta una quimera, es un contrasentido. Para nosotros, la vía siempre debió ser el emplazamiento y establecer mecanismos alternativos en donde nuestro pueblo organizado tuviera incidencia. Ser parte del discurso oficial demonizador en base a mentiras y montajes también resulta un contrasentido, y golpear a los caídos en momentos de desventaja también nos resulta una afrenta. Sin embargo, comprendemos el dolor y la impotencia, pero nunca aceptaremos la transgresión a nuestra línea y a los principios sobre los cuales se ha pagado con sangre, sudor y lágrimas de parte de nuestra gente para recuperar la dignidad arrebatada por siglos. La lucha mapuche por la reconstrucción nacional es la dignidad misma, es una lucha justa y hermosa de la cual jamás renegaremos y tenemos el convencimiento de que Toño (Pablo Marchant) está con nosotros allá desde el Wenu Mapu, y está presente en cada acción y actitud de rebeldía y de resistencia por seguir siendo Pueblo Nación Mapuche.

Estamos absolutamente claros que los medios de comunicación cumplen una definida función al servicio de los poderosos; de la prensa burguesa ni hablar, su odio hacia lo mapuche los sitúa en siglos pasados, de los medios supuestamente independientes y progresistas, concluimos que se han vendido, más bien se prostituyen al mejor postor. Así se debe comprender la entrevista que ha pretendido crear no solo confusión sino una postura anti CAM teñida de racismo y desprecio hacia la orgánica y nuestra lucha. Hace rato que Radio Biobío viene cumpliendo este triste papel, en donde «ciertos periodistas» responden a los requerimientos de los sectores fascistas o se hacen parte de ciertas operaciones de inteligencia que tienen como objetivo desacreditar la lucha más consecuente con los valores y principios autonomistas que llevamos adelante los Weichafe de la CAM.

Extraer el cuerpo de Toñito y dejarlo en un cementerio común es una estocada al corazón de nuestra causa, se crean las condiciones para una nueva incursión-ocupación de los predios recuperados. Se pretende un golpe al control territorial y una afrenta a nuestra espiritualidad. Pero no se debe soslayar el hecho y la convicción de que fue el Weichafe quien definió quedar junto a los pu lonko y así fue entregado en el ELUWUN junto a cientos y miles de Mapuche Autonomistas.

¿Es el Pueblo Nación Mapuche una nación oprimida, un pueblo oprimido?

Sí. Desde el momento en que el Estado chileno y argentino arremetieron militarmente contra nuestro pueblo y sufrimos una derrota temporal, producto de la cual hemos sido despojados de más del 95% de nuestro territorio ancestral y nuestra gente fue arreduccionada y sometida vía manu militari a un sistema colonial y racista que nos dejó en la realidad de ser un pueblo pobre, desarticulado, en sobrevivencia y en resistencia, pero con el derecho de asumir la rebelión frente a tanta injusticia. Es por lo mismo que hemos levantado propuestas por la Liberación Nacional Mapuche.

¿Qué similitudes y diferencias existen con otros pueblos oprimidos como el Palestino?

Todos los pueblos oprimidos del mundo compartimos una situación específica: somos oprimidos para beneficios de una clase dominante que, a su vez, utiliza diversos actores nacionales e internacionales  para sostener dicha opresión. Esta estructura de la opresión es histórica y se ha ido actualizando hasta nuestros días por la necesidad del capital de amplificarse a todos los rincones del mundo.

Asimismo, la similitud está en base a un gran paradigma que es la Autodeterminación de los Pueblos, lo cual nos sitúa en la lucha y solidaridad con aquellos que creen y trabajan por las soberanías y las autonomías con sus distintas expresiones, de acuerdo a sus identidades y manifestaciones culturales. Aquellos que luchan como la CAM con una propuesta de Liberación Nacional de los pueblos. Por lo mismo es que nuestra lucha tiene mucha sintonía con la lucha del pueblo kurdo, catalán, vasco, y la que se lleva actualmente en el Líbano y especialmente la del Pueblo Palestino, hacia quienes manifestamos nuestra solidaridad y acompañamiento en su resistencia contra el sionismo israelí.

¿Cuál es la importancia de la solidaridad internacional para con el pueblo mapuche?

Nos resulta fundamental, sobre todo porque acá nos sentimos y estamos más desamparados que antes, por un lado, por la voltereta y traición a la Causa Mapuche de los seudo izquierdistas y progresistas (que jamás han estado en la lucha de nuestro pueblo). En este sentido hemos de afirmar que el abanico de nuestros enemigos y adversarios políticos se ha ampliado, así como los detractores y críticos de la causa mapuche autonomista. Considerando que en Chile el racismo es una realidad que invade prácticamente a toda la sociedad chilena, más el rol de los medios de comunicación denostando y desperfilando la causa mapuche, es que hemos de comprender que es en el exterior donde podemos ser más valorados, si se observa con más objetividad lo que realmente sucede en esta confrontación histórica. Por lo anterior es que agradecemos la posibilidad de poder expresarnos en esta entrevista dando nuestra visión de los hechos y la realidad de un conflicto histórico.

¿Piensa que es importante la presencia y observación de organismos de DD.HH. en los procesos judiciales en marcha, la prisión política mapuche y en concreto en su caso?

También nos resulta fundamental, porque seguimos afirmando que nosotros y las comunidades tenemos la razón en este conflicto histórico, en el cual estamos en absoluta desventaja. Es como la lucha entre David contra Goliat, en donde hemos de sufrir las consecuencias de seguir resistiendo.

Existe en Chile una vulneración de todos los derechos fundamentales de los pueblos originarios. Este país es el más atrasado en esta materia, no solo en lo que dice relación con los derechos constitucionales y políticos, sino cuando del avance del movimiento mapuche en lucha se trata y se agudizan las contradicciones el Estado asume con mayor fuerza la represión y los abusos contra nuestra gente, lo que es una constante (violación de los DDHH) en todos los ámbitos, con policías y militares represores, con tribunales racistas y con autoridades condescendientes que terminan siendo funcionales al sistema.

La necesidad de observadores internacionales de Derechos Humanos es fundamental en materia de los derechos políticos territoriales, en el ámbito de la criminalización de la causa mapuche, del derecho al debido proceso y a la vulneración de los derechos culturales como pueblo originario.

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El Pueblo Nación Mapuche es conocido a nivel internacional como un pueblo guerrero, así la figura de LAUTARO, Leftraru, está en la retina de los grandes héroes de las causas justas en el mundo. De hecho, el genio militar de este gran adalid es estudiado en las grandes academias militares europeas. Sin embargo, la contribución de este gran Weichafe debe ser entendida como la resistencia de todo un pueblo que cohesionado y de forma unitaria supo mantener un tipo de sociedad, una cosmovisión con diversos elementos culturales e idiosincráticos que caracterizan a un Pueblo digno, que ha mantenido en alto los mejores valores de la humanidad, sobre todo en cuanto al respeto y reconocimiento del vínculo insondable del hombre con la tierra. Legado que recogemos hoy los mapuche que queremos seguir existiendo, por lo cual debemos liberarnos de la opresión y de las injusticias que aún sufrimos del sistema de dominación. Esa ha sido nuestra historia, esa es la impronta de nuestra realidad antes, ahora y siempre; razón por la cual los Weichafe debemos resistir y seguir en la senda del Weichan Mapuche y ser un aporte en este gran proceso por la reconstrucción de la Nación Mapuche. De ahí el sentido de la autoconvocatoria a la gente consciente y solidaria para acompañar en este proceso de lucha y dar sentido y vida a nuestro grito de guerra y consigna política Amulepe Taiñ Weichan! Marrichiweu!! Weuwaiñ!!

Fuente: https://vocesenlucha.com/2024/10/16/entrevista-preso-politico-mapuche-hector-llaitul/