Bancos, empresas de seguros y partidos políticos en campaña electoral remiten cartas en el formato tradicional. También lo hacía Pablo de Tarso a las primeras comunidades cristianas. Con estos antecedentes, apuntados en las primeras páginas, el sindicalista Antonio Pérez Collado (El Picazo, Cuenca, 1953) acaba de publicar un libro -«Cartas desde más abajo»- que comenzará […]
Bancos, empresas de seguros y partidos políticos en campaña electoral remiten cartas en el formato tradicional. También lo hacía Pablo de Tarso a las primeras comunidades cristianas. Con estos antecedentes, apuntados en las primeras páginas, el sindicalista Antonio Pérez Collado (El Picazo, Cuenca, 1953) acaba de publicar un libro -«Cartas desde más abajo»- que comenzará a presentarse en público el próximo mes de septiembre. Integrado por una veintena de misivas abiertas, el texto de 105 páginas nace de la indignación de la gente de a pie (entre ellos, Pérez Collado) frente a «las injusticias y el expolio de los de arriba». La indignación es el catalizador del libro, el elemento motriz, ya que el autor no se compara con «todas esas figuras de la curia, la realeza, la ciencia o la literatura que han dejado ingentes y maravillosos manojos de cartas». Son destinatarios de los escritos Felipe González, Cristóbal Montoro, Fátima Báñez, los Reyes Magos, José Ignacio Gorigolzarri, un obrero de clase media, un lector de buena voluntad, los idólatras de izquierdas y de derechas, y los libertarios demócratas y nacionalistas, entre otros.
Antonio Pérez Collado ha trabajado en la factoría de Ford en Almussafes (Valencia) desde su apertura en octubre de 1976 hasta su próxima jubilación, en el mes de agosto. Desempeñó la responsabilidad de secretario general de la CGT en el País Valenciano y en Ford, militancia anarcosindicalista que mantiene hoy. Colabora actualmente en Radio Klara, forma parte del consejo editorial de la revista Libre Pensamiento y es activista y miembro fundador del Ateneo Libertario Al Margen, inaugurado hace tres décadas en Valencia. Pérez Collado adquirió conciencia libertaria en los primeros tiempos de la Ford, trabajando en almacenes y recambios. Entonces entró en contacto con los trabajadores que se organizaban en asambleas, con delegados revocables, y ponían en práctica la autogestión. «Era la gente que luchaba, antes de que se produjeran las primeras elecciones sindicales», recuerda el activista.
El libro ha visto la luz en mayo de 2017 en una corta edición lanzada por la editorial Círculo Rojo. Al autor se le ocurrían las cartas cuando el gobernador del Banco de España desde 2012, Luis María Linde, quien percibía 185.000 euros en el cargo, pedía «moderación salarial» a los trabajadores (su antecesor, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, fue imputado el pasado mes de febrero en la Audiencia Nacional por la salida a bolsa de Bankia). O cuando se dirigió a una sucursal de Bankia, y encontró bloqueada la cuenta de 400 euros del Ateneo Libertario Al Margen. También cuando escuchaba a cualquiera de los dirigentes de la patronal decir que el objetivo es cobrar menos y trabajar más. Y al presidente de Ford-España, quien afirmaba querer mucho a sus empleados. El sindicalista remitió las cartas en papel o correo electrónico, y en una segunda fase las hizo públicas. En algunos casos -Bankia o Ford- le respondieron, aunque siempre de forma protocolaria y a través de subalternos. Así, el jefe de recursos humanos de la multinacional estadounidense en Valencia le dejó caer que, si tanto era su desagrado, otra gente «mataría por entrar en esta empresa, que genera mucho empleo».
Al director de la planta de Ford en Almussafes, Antonio Adés, le recuerda al abandonar el cargo en 2015, tras 15 años al frente de la compañía, que dirigió las riendas «con mano de hierro». Además de la eliminación de derechos, en esta etapa «culminó un proceso de discriminación absoluta en lo sindical y represión a cualquier disidencia». La carta también menciona la «larga y feliz convivencia o connivencia con los representantes de la UGT, que no sólo han tenido todos los privilegios que han deseado para ellos, sino que han podido contratar a un centenar largo de parientes directos». Fue el portavoz de UGT en Ford quien anunció ayer la contratación de 160 personas en la fábrica de Almussafes para aumentar la producción entre el verano y finales de 2017. Perez Collado sostiene que en la filial española de la multinacional de Detroit ha aumentado el miedo y menguado la conciencia de clase, en comparación con décadas anteriores.
Critica que los empleados jóvenes entren a la factoría en condiciones mucho peores y con nóminas sustancialmente inferiores. Además pone como ejemplo las numerosas horas extraordinarias (obligatorias), a las que se agregan ritmos mucho más duros en la cadena y la proliferación de enfermedades profesionales. «Se dan casos de un trato despótico en la cadena de montaje por parte de encargados y mandos intermedios; en los años 70 y 80 esto podía suceder, pero había una clara respuesta», destaca el activista. En 2016 la multinacional Ford obtuvo unos beneficios netos de 4.600 millones de dólares.
En la misiva dirigida al expresidente del Gobierno, Felipe González, le reprocha el uso del lenguaje en unas declaraciones realizadas durante un almuerzo organizado por la Asociación para la Defensa de la Transición (abril de 2013). «Hay una crisis institucional que galopa hacia la anarquía», decía el titular. El texto agregaba el calificativo «disolvente» a la apelación ácrata. Además de recomendarle la lectura de los clásicos del anarquismo, Antonio Pérez Collado señala al dirigente del PSOE la «traición» a las ilusiones de millones de españoles: el mantenimiento del país en la estructura de la OTAN, la «salvaje» reconversión industrial, las privatizaciones del sector público, el GAL y las reformas laborales. Y así, hasta la participación como consejero en la empresa Gas Natural, de la que se retiró después de afirmar que se aburría, y haberse embolsado más de 500.000 euros durante cuatro años y medio en el cargo.
Otras veces las cartas proceden de experiencias personales. Como la remitida al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, después que la Agencia Tributaria le reclamara 70 euros por un error involuntario del autor del libro. El incidente no sólo le supuso enfrentarse a colas, citaciones, cartas y trámites burocráticos, sino también asumir las noticias que circulaban esos días sobre paraísos fiscales y corrupción. La carta que el autor le dirigió a Fátima Báñez, en mayo de 2016, fue la respuesta a otra de la «supuesta» ministra de Empleo y Seguridad Social, en la que anunciaba una subida del 0,25% en las pensiones (un «generoso incremento», de dos euros netos). Antonio Pérez afirma que iniciativas más plausibles habría sido la renta básica, la jornada de 35 horas semanales, la jubilación a los 60 años o la prohibición de las horas extraordinarias. Le informa además a la ministra de los 2.642 millones de euros de beneficio logrados por el BBVA en 2015, un 0,9% más que el año anterior.
¿En qué estado de salud se hallan actualmente los movimientos sociales? ¿Es cierto -como sostienen numerosos activistas- que en los últimos tiempos se ha producido un repliegue de la calle? «Yo siempre veo algún brote de esperanza», matiza Pérez Collado, «pero tras la implosión del 15-M hemos perdido terreno». «No hemos recuperado el ambiente de los años 70». En aquella época no eran tan frecuentes las críticas del ciudadano a una huelga, sólo porque coincidiera con un «puente»; el rechazo de los trabajadores autóctonos a la población inmigrante o la falta de conciencia de clase. «Hoy muchos trabajadores piensan como el enemigo».
¿Y en cuanto al anarcosindicalismo? «Nada a contracorriente, pero aguanta; aunque nos falta ser una referencia más clara para la gente; además hemos mejorado en la cuestión de las rencillas familiares». Destaca Antonio Pérez Collado que la CGT recibe a trabajadores frustrados con los sindicatos tradicionales, «pero aún son pocos los que vienen; otros se han marchado a sindicatos a la izquierda de Comisiones Obreras y UGT». En este proceso observa un inconveniente, la dispersión de fuerzas. En cuanto al movimiento libertario, constata la eclosión de nuevas editoriales, ateneos, casas Okupas y grupos que, con una u otra denominación, despliegan prácticas libertarias.
Los líderes sindicales han alargado durante los años su mandato. Ignacio Fernández Toxo ha anunciado que no se presentará a una próxima reelección, después de permanecer al frente de Comisiones Obreras desde 2008. Josep Maria Álvarez sustituyó a Cándido Méndez como secretario general de UGT, después que éste dirigiera el sindicato durante 22 años. Con los escritos pretendió algo «casi imposible», aclara el autor de «Cartas desde más abajo». Quiso «quitar la careta a las burocracias de los dos sindicatos amamantados por el poder político y empresarial». Dudaba además, que los viejos mentores Nicolás Redondo y Marcelino Camacho «lograsen nunca tanta unanimidad entre las castas rivales». Otro de los textos tiene como destinataria a Nerea, niña llevada por sus padres a un mitin de Pablo Iglesias en Valencia y que también se acercó a saludar al dirigente de Podemos. A la vista de la evolución del citado partido, opina Pérez Collado, «es como si tus abuelos hubieran llevado a los papás a un acto de aclamación de Felipe González».
En otra de las cartas, a un obrero de clase media, lamenta la renuncia a la identidad proletaria «por parte de los currantes y sus familias; no digamos ya si el sujeto es un funcionario o un técnico». Se trata del sexto libro del autor, después de otros como «Queridas cadenas» (2001), «De la ilusión a la indignación» (2012) y «Votar o decidir» (2014). Cierra «Cartas desde más abajo» un epílogo «tuitero», lo que evidencia que también él ha sucumbido ante el llamado progreso, ironiza. Así, «Mola un montón ser clase media, aunque no tengas donde caerte muerto. Es uno de los milagros neoliberales: que el obrero piense como el amo»; «¿Hacen falta tantos estudios que nos digan que somos más pobres y que tenemos menos derechos desde que empezaron con los recortes y las reformas?»; o también, «Explicado crudamente, la Fiesta de la Democracia consiste en que tú votas a unos políticos un día y ellos deciden por ti durante cuatro años».
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.