Era el 28 de enero de 1853, en la calle Paula, en La Habana, Cuba, Leonor Pérez daba a luz a José Julián Martí Pérez, un cubano que desde su temprana juventud, haría de la mayor de las Antillas, epicentro de su pasión por la independencia y la libertad.
El amor a la Patria, el deber, la sabiduría, la sensibilidad humana y la justicia social que funden el pensamiento universal de José Martí Pérez, lo hacen inmortal ante los desafíos actuales de la humanidad, de construir un mundo mejor y más equitativo para todos.
A 168 años de su natalicio, recordamos a ese ser humano que defendía a su pueblo con el puño y la letra,por la obra de su vida, por su ejemplo y sus enseñanzas, su prédica, su modo de decir y de hacer que, como sagrado legado, forman parte de nuestra doctrina revolucionaria con una extraordinaria fuerza de presencia.
El Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara, durante un discurso que pronunció en la conmemoración del natalicio de José Martí, el 28 de enero de 1960, expreso:
“Martí fue el mentor directo de nuestra Revolución, el hombre a cuya palabra había que recurrir siempre para dar la interpretación justa de los fenómenos históricos que estábamos viviendo, y el hombre cuya palabra y cuyo ejemplo había que recordar cada vez que se quisiera decir o hacer algo transcendente en esta Patria…”
y agrego: «… sus ideas están incorporadas a nuestra lucha y son nuestro lema, son nuestra bandera de combate”.
El líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, fue leal a la doctrina del Apóstol y ello se puede constatar fácilmente con solo disponerse a recorrer, con el detenimiento necesario, no solo el curso de su pensamiento desde los días del Moncada hasta la fecha, sino también, el proceso de todas sus actividades políticas y revolucionarias.
“Traigo en el corazón las doctrinas del Maestro”, con esta frase electrizante, Fidel le hizo saber al tribunal que le juzgaba por haber dirigido las acciones del 26 de julio de 1953 que José Martí era el verdadero autor intelectual de aquellos hechos, y que su generación no permitiría que el Apóstol muriera en el año de su centenario, y que de ser preciso, ofrendarían sus vidas él y todos sus compañeros de lucha en magnífico desagravio junto a su tumba.
Fidel se nos asemeja a Martí cuando percibimos su inmensa capacidad como estadista político, su destreza en hacer en cada momento y en cada lugar lo más oportuno, sin adelantarse ni quedarse por detrás de lo que permite la conciencia política de las masas , su total compresión de que en la unidad está la fuerza, su convicción profunda de que trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras, su capacidad de convertir los reverses en victorias, su habilidad como educador político, colosal cultura, optimismo en la victoria, visión universal, humanismo, compañerismo, ética, sensibilidad, visión aguda de los males del capitalismo y profunda vocación social.
Nuestro pueblo, lleva muy arraigado el legado de Martí y Fidel, ¿Cómo no ser solidarios?, ¿Cómo no ser éticos?, ¿Cómo no amar a nuestra patria?, ¿cómo no luchar contra la maldad del monstruo imperialista?
Pero se puede y se debe honrar a Martí en la forma en que él querría que se le hiciera, cuando decía a pleno pulmón: “La mejor manera de decir, es hacer.”
Por eso la Brigada médica cubana en Gambia fieles a Fidel y Martí seguimos el camino que ambos líderes, mentores de nuestra revolución nos enseñaron, nos inculcaron, nos formaron como ciudadanos dignos, capaces de crear, desarrollar y preservar la nación cubana, nuestros principios y valores, pues sin rectitud moral y honradez no es posible ser un buen patriota.
Hoy por nuestras propias convicciones, nuestra ética y nuestra pasión por hacer y hacerlo bien, estamos en esta tierra africana, al lado de este pueblo que necesita de nuestro altruismo, bondad y solidaridad para salvar muchas vidas, restaurar la salud, aliviar sufrimientos, y gritar al igual que Martí: » Patria es Humanidad».
María Inés Álvarez Garay. Profesora y colaboradora de la Brigada Médica Cubana