Ernesto Che Guevara, Matemáticas & electrónica. Diferentes visiones sobre su relación con estas ciencias Colectivo de autores, Editorial Academia, La Habana, 2018, 148 páginas.
Se trata de un libro publicado por una editorial cubana. No es probable que se edite en España. Si quieren adquirirlo (y les animo a hacerlo) utilicen sus contactos cubanos o piensen en alguna Asociación de amistad cubano-española. No lo busquen en Amazon; no lo encontrarán. Mejor.
En la contraportada del ensayo (muy bien editado por cierto) se afirma: «La Editorial Academia pone a la consideración de sus lectores este libro que recoge aspectos esenciales del pensamiento y la obra del Che relacionados con la Matemática y la Electrónica. Podrán conocer testimonios de gran importancia de colaboradores donde se pone de manifiesto la capacidad visionaria del Che, en su labor como dirigente del Gobierno cubano, en cuanto al estudio y el dominio de dos disciplinas científicas y tecnológicas de carácter estratégico». Asimismo, añaden, «contiene la visión de científicos cubanos que han incorporado el legado del Che en su quehacer profesional, en la cual muestran la situación actual, así como las proyecciones del estudio y la aplicación de la Matemática y la Electrónica en pro del desarrollo socioeconómico de nuestro país».
En lo de visionario, un poco apologético tal vez. No lo son en cambio en general los textos incluidos en el ensayo: «Prólogo», Néstor G. del Prado Arza. 1. «El Che y la matemática», Mireya Vilaseca González. 2. «El Che y las ciencias básicas, estudioso y maestro», Hugo C. Pérez Rojas. 3. «Che, el papel de las matemáticas y las modernas tecnologías para el desarrollo del socialismo en Cuba», Tirso W. Sáenz Sánchez. 4. «Vigencia del pensamiento y la obra del Che relacionados con la matemática y la electrónica», Luis Ramiro Piñero Díaz. 5. «Ernesto Che Guevara, la universidad, la matemática y la electrónica para un desarrollo sostenible incluido», José Luis García Cuevas. 6. Epílogo», Orlando Carnota Lauzán.
Néstor G. del Prado Arza, el autor del prólogo, nos da algunas pistas sobre las finalidades de los editores: «Concebimos el libro como una obra que no fuera muy voluminosa, que tuviera un gran apego a la verdad histórica y que motivase a los jóvenes a seguir investigando sobre su importancia en estos tiempos difíciles y, por tanto, retadores».
Sin quitar valor a ninguna de las aportaciones, les recomiendo el hermoso (el hermosísimo) texto de Mireya Vilaseca González. Su padre, Salvador Vilaseca, fue el profesor de matemáticas de Ernesto Guevara. Su segundo profesor, Hugo C. Pérez Rojas, sigue vivo y es el autor de la segunda de las aportaciones. El autor del epílogo, el Dr. Orlando Carnota Lauzán, fue también compañero de Guevara, «ocupó cargos y cumplió misiones asignadas por el Che, en el entonces Ministerio de Industria».
Un resumen de las consideraciones del prologuista, profesor y director de la Editorial Academia (pp. 11-12):
1. Desde sus investigaciones como médico, Ernesto Guevara [EG] utilizaba la estadística como complemento demostrativo de sus hipótesis.
2. En sus primeras misiones militares, EG concedió gran importancia a la contabilidad y las finanzas y se apoyó en su compañero de lucha Orlando Borrego para aprenderla con rigor.
3. En su paso fugaz como presidente del Banco Nacional de Cuba y, principalmente en su cargo de Ministro de Industria (¡Guevara, recordemos, fue ministro de Industria!), se percató que era necesario estudiar o refrescar las matemáticas para dominarla con el nivel suficiente. De este modo, podía interactuar con los matemáticos profesionales.
4. EG se preparaba -lo hizo realmente- para explicar a sus colaboradores lo que él había aprendido. Para reafirmar el conocimiento y para dar ejemplo al mismo tiempo.
5. Cuando Guevara descubre la potencia de la Investigación de Operaciones y la Programación lineal como herramienta para la optimización de objetivos y procesos, se convirtió en un alumno aventajado y propagador de sus aplicaciones.
6. EG estaba convencido que no se podía construir el socialismo en Cuba sin tener en cuenta y aplicar los avances en ciencia y tecnología. De hecho, en sus viajes como Ministro de Industria, visitó países y fábricas en que la electrónica y la automatización mostraban adelantos significativos.
7. En un marco socialista, EG no estaba preocupado porque la automatización pudiera reducir las oportunidades de trabajo. Si esto ocurría, y no era malo que ocurriese, los trabajadores tendrían más posibilidades de desarrollo profesional y espiritual. Nada que ver con los efectos de la automatización en las sociedades regidas por el modo de producción capitalista.
En el acto de presentación del libro celebrado en el Patio de los Laureles de la Universidad de la Habana el 29 de octubre de 2018. Mireya Vilaseca recordó palabras y explicaciones de su padre, Salvador, el profesor de Matemáticas del Che. Estas por ejemplo:
Yo no conocía al Che antes de ese viaje [junio de 1959]. Conocía de él lo mismo que todos los cubanos, que era un héroe admirado y querido. Fue en la capital egipcia una mañana a las 7:30, que tuve el honor de presentarme al Jefe de la Misión y así conocer al Comandante Guevara personalmente. Ese momento fue muy emocionante para mí y lo recordaré toda la vida… Un día durante el viaje el Che le dijo que quería estudiar matemática superior al regresar a Cuba, fundamentando: «Es que para dominar la ciencia económica hay que saber matemáticas». Le pregunté si sabía matemática superior: «Mira, -explicó- a mí se me ha olvidado todo. En el bachillerato di álgebra, geometría, esas cosas; pero nunca más he vuelto a ver eso». Le contesté que entonces tenía que empezar a repasar. En realidad, yo pensé que su idea sería solo pasajera. Con el trabajo y las responsabilidades que tenía, no creía que pudiera cumplir aquél propósito.
Sobre el por qué del interés de Guevara por las matemáticas, señalaba su profesor:
Él traía a las clases problemas de tipo económico para ver qué fórmulas necesitaban para resolverlos. Recuerdo que una vez trajo un problema relacionado con una fábrica de cigarrillos en una industria habanera, pero no le hallamos solución a partir de una fórmula matemática. Sin embargo, cuando estudiamos programación lineal lo vimos otra vez y lo resolvimos… Se podía resolver por programación lineal.
La despedida (sin total claridad, no podía serlo) de Guevara:
Un día de marzo de ese año 65 el Che me llama y me dice que tenemos que suspender las clases, porque se iba a cortar caña. Le expliqué que también yo iría con mis compañeros del Banco a cortar caña y le pregunté en qué zona él estaría. Me respondió que en el central Morón. Entonces le informé que nosotros íbamos al Central Baraguá y que como estaríamos cerca, trataría de ir a verlo un domingo. Me respondió algo que yo no supe interpretar en aquel momento «Va a ser difícil que nos encontremos», dijo simplemente. Creo que esa fue su despedida porque en efecto no nos encontramos más, y esa vez, con esa llamada telefónica, fue la última vez que escuché su voz. Lo curioso, es que después que desaparece de la vista pública, un día la compañera Aleida March me mandó un recado que el Che le encargaba que buscara cinco libros y que ella quería que se los ayudara a conseguir. Uno de los libros lo puse de mi biblioteca, pues lo tenía; otros tres -yo era entonces Rector de la Universidad de la Habana- me los llevé de allí y aún deben estar apuntados a mi nombre y el quinto texto era el de Programación Lineal que nosotros habíamos dejado por la mitad. Parece que él quiso seguir estudiando aquello, quiso continuar en el empeño…
La portada es muy hermosa, incluidas la forma de las letras del título. También lo son las fotografías incluidas en la edición.
Léanlo. Les gustará. Se interesarán y se emocionarán. No es sólo un libro para científicos o para amantes de Cuba.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.