Es casi la obligada pregunta que me hacen los colegas y amigos latinoamericanos, europeos y algún estadounidense, la mayoría de ellos con buenos niveles de información producida en sus países y que estos amigos compran el producto que venden esas multinacionales de las noticias. Es la matriz de opinión que utilizan los medios masivos de […]
Es casi la obligada pregunta que me hacen los colegas y amigos latinoamericanos, europeos y algún estadounidense, la mayoría de ellos con buenos niveles de información producida en sus países y que estos amigos compran el producto que venden esas multinacionales de las noticias. Es la matriz de opinión que utilizan los medios masivos de información en Estados Unidos, Europa y América Latina desde hace muchos años, para señalar que en Cuba hay una dictadura, no hay democracia, se violan los derechos humanos, no hay elecciones o son manipuladas, que hay un solo partido político y no otros.
Ese mensaje desinformativo, es el argumento que ha utilizado Estados Unidos, todos estos años para mantener el bloqueo económico contra la irredenta isla y el que utilizó el ultraderechista español José Aznar, para imponer durante algunos años una política discriminatoria de la Unión Europea, contra Cuba, política que afortunadamente ya ha sido eliminada.
Pero veamos que se entiende por democracia en una y otra orilla. En nuestros países de América, incluyendo los Estados Unidos, se consideran democráticos porque el electorado, que milita en uno u otro Partido ya de derecha, centro o izquierda, vota por un candidato que ellos no escogen, la gran mayoría del padrón electoral no tiene candidato ni milita en Partidos alguno, los candidatos obligatoriamente son los escogidos por las directivas de sus Partidos generalmente lo que mayor nivel económico tienen. Los recursos financieros que emplean en sus campañas son descomunales, imposibilitando a los sectores mayoritarios y desposeído aspirar. Las últimas elecciones en Estados Unidos para Presidente superaron los 3,000 mil millones de dólares.
Mientras para obtener un escaño en el Senado o en Cámara, el gasto no baja de los 2 a 3 millones de dólares. ¿En que se invierten?. Ese dinero se invierte en campañas publicitarias, en distribuir un miserable mercado en los barrios pobres a cambio del voto; en la compra de votos el mismo día de las elecciones, o en la promesa de que al ganar los comicios trabajaran en leyes que beneficien a la sociedad, toda una gran falsedad, mientras que los candidatos y más cercanos colabradores se apropian de parte de los dineros que recaudan.
A la clase media y líderes de partidos rivales cuando van a segunda vuelta, los compran con promesas de nombrarlos en cargos gubernamentales, generalmente a embajadas y cargos menores en el sector público y así lo suman a su lado. Los partido políticos hegemónicos en cada uno de estos países no tienen mayores diferencias en el programa de Gobierno, todos desde la década del 80 hasta nuestros días, mantienen el modelo neoliberal que ha provocado el empobrecimiento de sus pueblos y llevó y lleva a arruinar su industria, al empresariado nacional medio, pequeño y al campesinado.
La realidad es que legislan y gobiernan para favorecer a las grandes empresas nacionales y trasnacionales, el presidente Mauricio Macri, el ex presidente y hoy senador Álvaro Uribe en Colombia, Sebastián Piñera en Chile, son ejemplos vivo de esa política «democrática» y el senador estadounidense por la Florida, Marco Rubio, recibió de la Asociación del Rifle, cerca de 6 millones de dólares, todo para que en el senado defienda la política de ventas de armas.
Por otra parte, las propuestas y proyectos de programas que proponen los candidatos, la mayoría de ellos, de supuestas políticas sociales, en educación, salud, vivienda, trabajo, cultura y deporte, se quedan solo en propuestas. En Cuba antes de triunfo revolucionario eran famosas las campañas de «agua, camino y escuelas» y luego que eran elegidos, ni agua, ni camino ni escuelas.
O sea en esa parte de la orilla tenemos una democracia que depende del marketing, del dinero que reciba cada candidato y de los aportes de las grandes empresas trasnacionales y nacionales, las que a cambio reciben los beneficios de las licitaciones multimillonarias que debe hacer el Estado y que es administrado y dirigido por el Presidente y el Congreso que resulte electo.
En esta otra orilla, en la democracia cubana, el tema es diferente, Cuba conoció y fue igual víctima de la «democracia representativa» que hoy reina en la mayoría de nuestros países latinoamericanos. La democracia cubana es participativa.
Antes del triunfo de la Revolución habían varios partidos políticos, todos con sus estructuras y nomenclatura de dirección, pero su principal objetivo era de carácter electoral y con diversas tendencias desde la derecha, el centro y la izquierda, estos últimos en general minoritarios y algunos, ilegalizados en tiempos de dictaduras, como el caso del Partido Comunista fundado por Julio Antonio Mella en 1925 durante la dictadura de Gerardo Machado. Legalizado a fines de la década del 30 cuando había asumido el nombre de Partido Socialista Popular (PSP) e ilegalizado por la dictadura luego que se produjo el Asalto al Cuartel Moncada, a pesar de su fuerte crítica a la acción armada moncadista.
El Partido Socialista Popular terminó su accionar como organización luego de celebrada su 8va Conferencia Nacional en el año 1960 cuando se integró a la propuesta de Fidel Castro, de fusionarse en una organización política unitaria y que dio paso a la conformación de la Organización Revolucionaria Integradas (ORI), donde convergieron el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de marzo y el Partido Socialista Popular (PSP).
Dos años más tarde y a propuesta del Comandante Fidel Castro, luego de su discurso el 26 de marzo de 1962 que denunció la existencia de una política sectaria de un sector del PSP en la ORI, se inicia un proceso de selección de ejemplaridad y voluntariedad cuyos candidatos son propuesto desde la base en centros de trabajo, estudiantiles y campesinos, para integrarse al nuevo Partido que tomó el nombre de Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS) y que durante la celebración de su Primer Congreso, queda constituido el 3 de octubre de 1965 el nuevo y actual Partido Comunista de Cuba, cuyo programa, fundamentos ideológico y objetivos, están basado en el pensamiento político antiimperialista de José Martí, Julio Antonio Mella, Antonio Guiteras, Fidel Castro Ruz y el marxismo-leninismo. Este Partido no tiene carácter electoral.
Los partidos políticos antes del triunfo revolucionario, siguiendo las costumbres y normas de una sociedad, que durante sus primeros 30 años de proclamada la independencia estaban prácticamente bajo la tutela de Washington. A partir de la aplicación de la Enmienda Platt, enmienda impuesta por el gobierno de Estados Unidos, al concluir la guerra hispano-cubana-americana y que permitía al Gobierno de los Estados Unidos, prácticamente compartir el gobierno de la isla, intervenir militarmente cuando consideraran que sus intereses estuvieran en peligro y diseñar e imponer disposiciones por los embajadores estadounidenses acreditados en Cuba.
La politiquería caracterizó a la sociedad cubana, los gobierno de turnos, fueran proveniente de cualquiera de los partido, ya fuera el liberal, conservador, demócrata, autentico, o como se denominaban en aquella época, nada hicieron por la salud, educación., cultura, vivienda, agua potable, electricidad del pueblo. La corrupción, el gansterismo y el latrocinio y explotación de los grandes colonos, ganaderos y empresarios criollos eran los que más se beneficiaban, los niveles de analfabetismo, insalubridad, la carencia de viviendas, de caminos, hospitales y escuelas era la realidad de la sociedad cubana.
La entrega al capital extranjero estaba a la orden del día, y en las décadas del 40 y 50 la sociedad cubana sufrió la más humillante formula que se aplicó, al ingresar a Cuba los grandes capo de la mafia estadounidenses que importaron el vicio, la prostitución y el juego, un verdadero lupanar fue lo que hizo Estados Unidos de la isla de Cuba.
Entre 1959 y 1976 Cuba se mantuvo dirigida por un Gobierno Revolucionario, que fue constituido en el mismo mes de enero de 1959 cobijado bajo los procedimientos y fórmulas legales de la Constitución de 1940, que habían sido pisoteados por la dictadura batistiana.
En ese periodo se llevaron a cabo y promulgaron diversas leyes que condujeron muchas de ellas al cumplimiento del programa político económico y social contentivo en el alegato dado a conocer por el líder revolucionario Fidel Castro, durante el juicio que se le siguió en octubre de 1953 por los hechos del asalto al cuartel Moncada y las razones que habían llevado a esos jóvenes a tomar las armas contra la dictadura militar impuesta por Batista y apoyada por Estados Unidos y que tomó el nombre de «La Historia me Absolverá». Las principales leyes fueron entre otras la de la Reforma Agraria, Reforma Urbana, Nacionalización de las empresas de la industria eléctrica, teléfonos, bancos, y refinerías de petróleo, todas ellas en manos de empresas estadounidenses.
Fue ese el detonante, que provocó la ira del Gobierno de los Estados Unidos y los interesados motivos, por lo que, en estos 60 años de revolución triunfante, han desarrollado todo tipo de política contra Cuba, el genocida bloqueo económico, intento de aislar diplomáticamente a la isla y el militar, financiaron, organizaron, entrenaron una brigada con personal cubano radicados en Estados Unidos cuya derrota es mundialmente conocida como «Playa Giron: la primera gran derrota militar de Estados Unidos en América Latina, abril de 1961».
La independencia y soberanía de Cuba no tiene precio porque ha sido conquistada por la sangre de miles de cubanos desde el 10 de octubre de 1868 a enero de 1959, y mantenida gracias a la participación activa de todo el pueblo, con un liderazgo revolucionario encabezado por Fidel Castro, que durante todos estos años de revolución, promovió el desarrollo del país, de una Cuba que dependía del azúcar y que sufría la crueldad del llamado «tiempo muerto», hoy con grandes esfuerzos y pese al bloqueo impuesto por Estados Unidos, se ha convertido en un país, industrializado, con grandes logros científicos técnicos, una avanzada industria biotecnología y diversificación de la agricultura.
Cuba tiene hoy, con carácter gratuito, altos niveles de educación, de salud, deporte y cultura, nada diferente a cualquier país altamente desarrollado y con proyecciones estratégicas en diversos campos de la economía. Con una seguridad ciudadana envidiable, sin la utilización de métodos represivos, como los que se utilizan en Estados Unidos contra las poblaciones negras e indígenas estadounidenses y que decir de la represión y discriminación contra la población de emigrantes; y los brutales actos represivos en Colombia, Honduras, Guatemala, México, Argentina, Perú, Chile, Paraguay y Brasil, donde las violaciones a los derechos humanos y asesinatos a líderes sociales, discriminaciones por género, raza y descendientes de los pueblos originarios, están a la orden del día.
¿Entonces de qué democracia preguntan y nos hablan?. En Cuba celebramos, desde la aprobación de la Constitución de 1976, elecciones para elegir al Parlamento y este al Consejo de Estado y a los diputados nacionales cada 5 años y cada 2 años y medios la elección de los delegados municipales. El 50 por ciento de estos diputados nacionales, provinciales y delegados municipales son propuestos por lo residentes por las zonas donde viven. El otro 50 por ciento son elegidos por sus organizaciones sociales y gremiales. El Partido Comunista no propone ni participa en el evento electoral. Ninguno es financiado por empresa alguna o tampoco requieren financiamiento para ser elegido, solo su ejemplaridad como ciudadano pues no requiere ser militante del Partido pero si y voluntariedad para desempeñar sus funciones, servir al pueblo es su única divisa.
La Asamblea Nacional del Poder Popular cuenta con 602 diputados, es unicameral y se elige un diputado por cada 20,000 habitantes o fracción. De una población de 11,800,000 millones, Cuba cuenta con un padrón electoral de cerca de 9,000.000 millones de ciudadanos en edad de votar. Solo están impedidos los que el sistema judicial haya invalidado dada la gravedad del delito cometido y los que por problemas de salud no estén en condiciones de votar, los diputados pueden ser revocados y por su cargo y actividad como parlamentaria no recibe salario. Recibe el mismo salario que devenga por su centro de trabajo.
Desde el 13 de agosto el proyecto de la nueva Constitución y hasta el 15 de noviembre fue sometida a discusión y debate público, en centros de trabajo, estudiantiles de nivel medio superior, en cooperativas y unidades de producción agropecuarias, en las Fuerzas Armadas y del ministerio del Interior, así también, en las organizaciones sociales y gremiales, entre ellas la Asociación Nacional de Pequeños Agricultores, los Comité de Defensa de la Revolución, la Central de Trabajadores de Cuba y sus 25 sindicato nacionales, hubo una participación de 8 millones 945,mil 521 ciudadanos. Se produjeron 1 millón 706,mil 872 intervenciones de ellas 783,174 fueron propuestas, 666,995 propuestas de modificaciones y 45, mil 548 eliminaciones.
Ahora y en vísperas de la patriótica fecha del 24 de Febrero, fecha de inicio de la guerra de 1895 por la independencia de Cuba, acudiremos a las urnas a dar nuestro voto por la nueva Constitución, discutida y debatido el proyecto por la población cubana cuadra por cuadra, manzana por manzana, centros laborales y cooperativas agropecuarias y por campesinos agrupados en su organización nacional de pequeños agricultores, y por último el debate y aprobación final del proyecto por los parlamentarios, ya reformado y enriquecido, por las propuestas emanadas de la población y de los diputados. El proyecto de Constitución fue presentado a la Comisión Nacional Electoral para ser sometido el próximo 24 de febrero al referendo nacional. Por todo lo arriba expuesto, mi voto es SI.
Tony López R. Periodista, politólogo y analista internacional.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.