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Entrevista a la investigadora cubana María del Carmen Barcia, premio Ciencias Sociales en el 2003

«Escribo para ser comprendida por todos»

Fuentes: Bohemia

  La 19 Feria Internacional del Libro trae al lector una abarcadora y agradable manera de acercarse a la obra de una de las personalidades a la que está dedicada: María del Carmen Barcia, Doctora en Ciencias Históricas y profesora titular de la Universidad de La Habana. Presentaciones de cinco títulos de su autoría, evidencian […]

 

La 19 Feria Internacional del Libro trae al lector una abarcadora y agradable manera de acercarse a la obra de una de las personalidades a la que está dedicada: María del Carmen Barcia, Doctora en Ciencias Históricas y profesora titular de la Universidad de La Habana.

Presentaciones de cinco títulos de su autoría, evidencian el detallado modo en que esta investigadora, Premio Nacional de Ciencias Sociales 2003, ha incursionado en la historia social, lo cual brinda la posibilidad de introducirse en particularidades del siglo XIX cubano, como la esclavitud. E igualmente, en las elites y capas populares, los inmigrantes españoles, negros y mestizos en el período de 1880 a 1930.

La simultánea labor como profesora e investigadora de la también catedrática de la Casa de Altos Estudios Fernando Ortiz, se pone igualmente de manifiesto en el diálogo con esta sencilla y tratable persona que en los atareados días que precedieron a la Feria, encontró momento para dialogar con BOHEMIA.

Usted ha estudiado profundamente la esclavitud en Cuba, la plantación esclavista, la abolición de la trata negrera. Todo esto lo asocio con otros escritos suyos como Acerca del surgimiento y la nacionalidad en Cuba (1986). O sea, aprecio cómo análisis particulares van a derivar en la nacionalidad cubana, la lucha por su independencia

-Cuando comencé a trabajar en el Departamento de Historia de Cuba, antes lo había hecho en el de Historia General, escogí como línea de investigación la esclavitud, pues podía enlazarse con mis estudios anteriores sobre el llamado periodo clásico, es decir, el grecorromano. Hice mi doctorado sobre ese tema y el resultado se publicó en un libro titulado Burguesía esclavista y abolición, trabajo que me permitió analizar las mentalidades de los más ricos y poderosos exponentes de la sociedad criolla y sus conductas en torno a la conservación del sistema esclavista. La actuación de esta clase, incluidos sus intelectuales, como Saco o Delmonte, no fue unívoca en sus proyecciones ante la política colonial, pero, desde luego, esos estudios siempre permiten tener elementos para entender la forma en que se inició el proceso que llevó a la construcción de la nación cubana y también de las limitaciones sociales y clasistas que éste tuvo.

En su amplia bibliografía, otros análisis se refieren a la política económica de España en Cuba

-De España he tenido que estudiar e investigar bastante, lo hice para Elites y grupos de presión en Cuba, también para mis estudios sobre la emigración española. La historia de Cuba, en su etapa colonial, no puede entenderse sin la relación con su metrópoli, y esto resulta válido no solo para la historia política o económica, sino también para la social.

Usted publica en 1992, en Sevilla, Surgimiento y evolución del criollo. ¿Me podría hablar de sus características, dónde empieza y termina su existencia?

– Fueron los portugueses los que acuñaron el término. Criollo es el nacido en este otro mundo, a diferencia del llegado desde la península española primero, o desde África después. Solo cuando los territorios comenzaron a particularizar sus diferencias, el criollo se precisará y diferenciará en uno de Cuba, otro de Puerto Rico, o de Colombia, etcétera. Más tarde se hablará de cubanos, portorriqueños, colombianos o mexicanos. El término criollo tiene que ver con la formación de la identidad, con las diferencias… y por lo tanto ha evolucionado a través del tiempo.

¿Qué me puede decir sobre el método de investigación por usted utilizado en temas como la familia en Cuba?

-El método de investigación sobre la familia no difiere del usado para otras temáticas de historia social, porque no se trata de reproducir a una familia genealógicamente, sino de estudiar la sociedad, las relaciones de género, la construcción de redes, desde esa perspectiva. La investigación en los archivos resulta esencial para abordar este tema, pues los protocolos, los testamentos, las cartas familiares, los procesos judiciales, las inscripciones de matrimonio y defunción, las de bautismo, son fuentes esenciales para su estudio. También la legislación de cada época.

¿Cuál ha sido su experiencia con los alumnos, qué significado ha tenido, así como la relación entre enseñar e investigar?

-No son dos profesiones independientes, todo profesor universitario tiene que ser un investigador, es la única forma de tener una docencia de ese nivel académico. Comencé a enseñar muy joven, me gusta el aula, me interesa contrastar los resultados de mi trabajo investigativo con oyentes interesados y preparados, y en ese plano ubico a mis alumnos. Disfruto extraordinariamente de mi trato con ellos, dentro y fuera del aula, y me gusta pensar que ésta es una relación recíproca.

Usted ha recibido numerosos premios y galardones en su vida profesional…

-Nunca he pensado, ni pienso, en obtener premios, aunque, desde luego, resulta agradable. Con frecuencia imagino que otros y otras los merecen porque han trabajado tanto como yo y, sin embargo, no los han recibido. En esos casos trato de tomarlos también en su nombre.

¿Entonces cómo valora el hecho de que la 19 Feria Internacional del Libro rinda a usted homenaje especial?

-El reconocimiento de dedicarme esta Feria me sorprendió, y confieso que me asusta un poco la presencia en el espacio público, aunque no tanto la relación con la gente, cuestión que me resulta fácil.

¿A qué libros suyos los lectores tienen acceso en la Feria?

-Se presentan cinco títulos: Los ilustres apellidos: negros en La Habana colonial, premio de la crítica este año, publicado por la editorial Boloña en 2009; una edición revisada y actualizada de La Otra familia: parientes, redes y descendencia de los esclavos en Cuba, premio Casa de las Américas 2003; Capas Populares en Cuba, 1880-1930, editado por la Fundación Fernando Ortiz, y agotado rápidamente; Una sociedad en crisis: la Habana a finales del siglo XIX; así como un libro que recoge artículos dispersos en diferentes revistas: Mujeres al margen de la historia.

El Premio Casa es uno de los galardones literarios más importantes de Latinoamérica

-Ese premio me sorprendió agradablemente y ha hecho que me exija más desde entonces.

Al serle entregado a usted el Premio Nacional de Ciencias Sociales 2003, se significó la presencia en su obra de la ética profesional que debe guiar el trabajo científico, su compromiso con la verdad, con su país y con su pueblo

-No puedo decirte como me ven otros, pero sí como me asumo. Trabajo mucho, con gran rigor académico y una profunda conciencia del significado de mi profesión. Escribo para ser comprendida por todos y no solo por mis colegas. Siento la necesidad de trasladar a mis estudiantes lo que he aprendido e investigado, tanto desde el punto de vista teórico como empírico, es algo así como adelantarlos en el camino que deben seguir, pues espero que ellos sean mejores que yo. Nunca me he permitido poner a mi familia en un segundo plano, la construí, día a día, con un profundo amor. Mi compañero, que ya no me acompaña, mis hijas y mis nietos -hembra y varón-, son el mejor premio que la vida me dio.

Fuente: http://www.bohemia.cu/2010/02/11/cultura/maria-del-carmen.html