El día 5 de octubre 2004, el ministro de defensa, Bono, afirmó sobre los militares españoles: «nadie está pensando que regresen de nuevo a Irak. Esa es mi posición firme y la del Gobierno. No hay cambio de criterio». Bono hizo las declaraciones después de la decisión de la OTAN de ampliar su involucración en […]
El día 5 de octubre 2004, el ministro de defensa, Bono, afirmó sobre los militares españoles: «nadie está pensando que regresen de nuevo a Irak. Esa es mi posición firme y la del Gobierno. No hay cambio de criterio». Bono hizo las declaraciones después de la decisión de la OTAN de ampliar su involucración en Irak, más específicamente en la formación de un nuevo ejército iraquí.
Palabra es palabra, deben pensar el ministro de defensa Bono y el presidente de gobierno Zapatero, aunque pagar a otros para hacer el trabajo ‘sucio’, no parece constituir ningún problema. En la última cumbre de los ministros de defensa de la OTAN (9 y 10 de junio), se supo que la OTAN ha contratado a civiles para la protección de un centro de formación militar. De esta forma, el Estado español como contribuyente de la OTAN, paga a mercenarios en Irak.
Desde junio 2004, la OTAN se encargó de la formación del nuevo ejército iraquí y para ello dispone de militares (no españoles) en Irak y en otros países de la región, como Jordania. Como parte de esta asistencia militar se construye una academia militar (Training, Education and Doctrine Centre, TEDC) para la formación de oficiales iraquíes de medio y alto rango. Este centro se construye en Ar-Rustamyah, (cerca de Bagdad pero fuera de la zona ‘internacional’) y para su protección la OTAN contrató una empresa privada. Contratar a civiles para la protección de unas instalaciones militares, en un país en ocupación/conflicto sin ninguna duda se puede catalogar como hacer uso de mercenarios.
Cabe recordar que desde diciembre 1989 existe una convención internacional de NNUU ‘CONTRA EL RECLUTAMIENTO, LA UTILIZACIÓN, LA FINANCIACIÓN Y EL ENTRENAMIENTO DE MERCENARIOS’. La Convención entró en vigor en octubre 2001. Los firmantes son sobre todo estados mal-llamados ‘subdesarrollados’. Curiosamente, la mayoría de los estados participantes en la última invasión y ocupación de Irak, EEUU, el Reino Unido, Australia y el Estado Español no lo firmaron. En el momento de entrar en vigor, de los estados europeos (supuestos defensores de los ‘altos valores’), sólo figuran Italia (ratificado) y Alemania (firmado).
La OTAN también debe temer algo, porque según el ministro de defensa de Holanda, el Secretario General encargó a los asesores jurídicos elaborar un informe sobre el asunto.