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España, un país de constitución débil (V)

Fuentes: Rebelión

Es urgente, es vital, es imprescindible, en estas horas difíciles para el español de la calle, para el español que hace cola en la oficina del paro, para el español que puede hacerla en breve, administrar a nuestra débil Constitución un nuevo reConstituyente. Marchando el nº 5: Según el artículo 35.1 de la Constitución española: […]

Es urgente, es vital, es imprescindible, en estas horas difíciles para el español de la calle, para el español que hace cola en la oficina del paro, para el español que puede hacerla en breve, administrar a nuestra débil Constitución un nuevo reConstituyente.

Marchando el nº 5:

Según el artículo 35.1 de la Constitución española:

«Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.»

Este artículo no se cumple en varios de sus puntos.

Según podemos comprobar en la realidad, no todos los españoles tienen el deber de trabajar , empezando por la casa real, la nobleza, el personal religioso, muchos políticos (comisionistas o no) y un funcionario que conozco yo. A pesar de ello, muy a pesar de ello, estas personas a las que me refiero, sí que perciben el salario que correspondería a un trabajo, y a un trabajo muy bien pagado. Con dinero público.

Apunte sobre la nobleza, ya sé que no son muchos (no llega a 3.000 según Wikipedia) y que la simple palabra nos retrotrae a tiempos muy lejanos y a reivindicaciones aparentemente superadas, pero la nobleza de una persona no es algo heredable, la nobleza de una persona es la que se desprende de sus actos, no de sus títulos. Normalmente, la mayoría son rentistas sin ocupación conocida. Quede dicho que no tienen una asignación proveniente del erario público, pero es que solo eso faltaba.

No todos los españoles tiene derecho al trabajo . Al menos eso se desprende de las últimas cifras de desempleo. En números redondos (rojos pero redondos) uno de cada cinco españoles no puede ejercer este derecho. Y, según las grandes líneas de los presupuestos del estado para 2.011, la cosa no parece que vaya a experimentar grandes cambios a corto plazo. El gobierno estima un descenso del paro en un punto porcentual para finales del 2.011, es decir, que calculan la tasa de desempleo en algo más del 18% para entonces.

A la vista de esta imposibilidad de cumplir con este derecho básico, el pequeño detalle de elegir libremente la profesión o el oficio queda en eso, en pequeño detalle sin importancia. Estoy seguro de que casi cualquiera de los parados españoles aceptaría de buen grado trabajar en lo que sea.

No todos los españoles tienen derecho a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia . La adoración por el beneficio inmediato, en detrimento del beneficio futuro y duradero, que practican mayoritariamente los empresarios españoles, reforzada con el exceso de oferta de mano de obra, parece abonar el terreno para la proliferación desmedida de salarios de setecientos euros netos. Ni que decir tiene que si, por ley tuviera el empresario que someter a razón porcentual de sus beneficios los salarios de sus trabajadores, muchos de ellos tendrían que cambiar radicalmente su política de salarios, que en la actualidad es marcadamente tendente al esclavismo. Pero esto sería atentar contra los principios mismos del sistema capitalista en que se basan. La ley de la oferta y la demanda, que tan desaprensivamente aprovechan, dejaría de ser lo que es para ser un poco más humana. Y, como todo el mundo sabe, es legendaria la inhumanidad del capitalismo.

«…Sin que en ningún caso pueda existir discriminación por razón de sexo [en la remuneración]» Esto es algo que tampoco se cumple ni aunque lo recete la Constitución. En España la diferencia de salarios entre hombres y mujeres varía según circunstancias y características, pero medido en conjunto alcanza una diferencia del 35% en favor de los hombres. Sin más comentarios.

Sobre otros derechos relacionados con el empleo que también resultan de difícil cumplimiento en estos días:

En el artículo 40.1 se puede leer que » [los poderes públicos] realizarán una política orientada al pleno empleo «. Viendo la evolución de las cifras de paro en España, cualquiera diría que la política realizada por los poderes públicos está orientada al pleno desempleo. Si comparamos los efectos de esta política en los derechos de los trabajadores y en los de los empresarios, el distanciamiento es considerable. Los trabajadores han ido perdiendo terreno (y empleo, y salario, y poder adquisitivo…) y los empresarios han ido ganándolo (y rentabilidad media por hora de trabajo, y más manga ancha a la hora de «ajustar plantilla»…)

Dice el artículo 28.2 que «se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses». Se reconoce. Se re-co-no-ce.

Pero todavía hay algunos que se esfuerzan en obedecer oscuros intereses cuyo objetivo pasa bien lejos de respetar la Constitución. Todavía hay algunos que no pueden reprimir ramalazos de dictaduras pasadas (o no tan pasadas, por lo que se ve) y andan empeñados en que la Constitución quede nuevamente en el más absoluto de los ridículos. Los unos intentando engañar a los trabajadores sobre el éxito de que ejerzan su derecho a la huelga, lo que equivale a decir «te va a dar igual»; y los otros clamando decimonónicamente contra la existencia misma de uno de los más fundamentales derechos de protesta que puede ejercer (todavía hoy) un trabajador. Lo más grande es que todos estos personajes son favorables a la huelga en tanto que, según dicen ellos, la huelga la harán los trabajadores contra el gobierno de Zapatero; mientras que por otro lado son contrarios a ella por naturaleza. Lo que parecen no querer saber, es que la huelga no se hace contra , sino que se hace en favor de los trabajadores, para defenderlos de las políticas de derechas que están acabando con unos derechos que ha costado decenios conseguir. Por sus declaraciones les conoceréis:

Díaz Ferrán que «no hay ambiente de huelga».

Esperanza Aguirre «impone por decreto» los servicios.

Cristóbal Montoro que «hay que anular de una vez por todas las huelgas generales».

Cristóbal Montoro que «la huelga general me parece una figura decimonónica»

Mariano Rajoy que «la huelga me parece lamentable».

Jesús María Terciado que «no hay ambiente de huelga» (obsérvese la repetición de la consigna sectaria).

El PP «propone la restricción del derecho de huelga»

¿Respetarán ustedes la Constitución o no?

Y que todavía haya obreros que votan a esta gente… (suspiro)

Oiganme bien, díazferránes, esperanzasaguírres, cristobalmontóros, marianorajóys, jesusmariaterciádos:

¡Se reconoce el derecho a la huelga!

El poder de la Constitución les obliga

¡Se reconoce el derecho a la huelga!

El poder de la Constitución les obliga

No desprecien su mandato aunque no sea el mejor

¡Se reconoce el derecho a la huelga!

Es la Constitución misma quien se lo manda

¡Se reconoce el derecho a la huelga!

La Constitución se lo manda

Los Derechos de los Trabajadores se lo mandan

¡Se reconoce el derecho a la huelga!

Es la Sociedad misma quien se lo manda

(Extracto del diálogo de la película «El Exorcista». Adaptación libre)

Enlace al artículo original: http://impresionesmias.com/2010/09/25/espana-un-pais-de-constitucion-debil-v/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.