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Estafa

Fuentes: Rebelión

Nadie sabe mejor que un tutor/a de 4º de la ESO lo que cuesta que titulen determinados alumnos/as. Rescatar a aquellos «objetores escolares» que han ido repitiendo curso en un país donde el fracaso escolar supera al 30%, es muy importante. Porque se les recupera para la formación, para la vida laboral y para la […]

Nadie sabe mejor que un tutor/a de 4º de la ESO lo que cuesta que titulen determinados alumnos/as. Rescatar a aquellos «objetores escolares» que han ido repitiendo curso en un país donde el fracaso escolar supera al 30%, es muy importante. Porque se les recupera para la formación, para la vida laboral y para la ciudadanía. Me refiero a esos alumnos que recobran la autoestima y las ganas de estudiar y que cuando titulan se les abre un nuevo horizonte. Los menos irán a bachillerato y la mayoría iban a los ciclos de grado medio.

Pues bien, me estoy encontrado a muchos de esos alumnos/as que lograron acabar la ESO que no han sido admitidos en los ciclos y se ven condenados a quedarse en casa o en un banco del parque, a la espera de probar suerte el curso próximo. La razón es la gran diferencia que hay entre oferta y demanda en la formación profesional, como consecuencia de la crisis y del elevado paro.

Las cifras agregadas son muy altas en la comunidad de Madrid (CAM). Según los sindicatos, sólo en la capital se han quedado sin poder cursar un ciclo de grado medio 1.085 alumnos y deben ser un par de miles en toda la CAM. Las solicitudes para ciclos superiores han aumentado un 27% y no hay plaza para 4.700 personas. El déficit en plazas de PCPI, supera las 900 y muchos chavales irán directos a la estadística del fracaso escolar. En total, unas 8000 personas sin plaza. Pero no es sólo una cuestión cuantitativa: cada caso que se dé es un escándalo y para el afectado, al que le animábamos a continuar estudios, una estafa.

Está claro que el gobierno regional ignora el paro que afecta a 463.300 trabajadores madrileños y no le interesa la formación profesional reglada. Con este panorama, los absurdos debates (tarima, autoridad…) no son más que maniobras de diversión para continuar con el descarado intento de degradación de la educación pública. Las explicaciones de la administración de esta gigantesca imprevisión no son nada convincentes. La pregunta es ¿quién asume la responsabilidad política de dejar a miles de personas jóvenes y menos jóvenes que están en paro sin la oportunidad de aprovechar la crisis para volver a estudiar y mejorar su cualificación profesional?

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.