Entrevista a la cantante y compositora chilena, Ana Tijoux que ha sabido conjugar en sus canciones el hip hop con diversos ritmos y sentires de nuestra América Latina profunda. Su tema «Antipatriarca» se convirtió en un himno para las luchas feministas de todo el planeta y a raíz de la movilización global del pasado 8 Marzo conversamos con ella acerca la importancia de esa jornada: «No podemos pensar un feminismo sin un anticapitalismo, un antiracismo, un antifascismo y sin una lucha de clases», afirma sin medias tintas.
Creo que respondió a una necesidad colectiva, territorial desde los cuerpos de parar. Es muy simbólico el hecho de parar, de congelarse, de hacer un stop, un basta. Esto ha llegado a un punto culmine de violencia que requiere este paro mundial, y responde a esta lógica de violencia que se ha ido perpetuando a lo largo del tiempo. Y a mi cuerpo obviamente también lo interpela, no solamente en términos sociales, sino en términos personales, íntimos e ínfimos, de lo más pequeño a lo más grande. Por eso es tan importante este paro, de todas las mujeres.
-¿Cómo pensar el 8 de marzo, un día que tiene mucha ambigüedad, ya que a veces suele ser un paréntesis o recordatorio meramente simbólico? ¿Crees que hay un vínculo entre neoliberalismo y patriarcado?
Es claro lo que tu dices. Hay una ambigüedad y una contradicción extremadamente fuerte y compleja acá. Porque hay una forma en la cual el feminismo ha ido apareciendo en el mercado, a través de poleras de multi-tienda, como también el mercado ha ido usando esta palabra, quitándole la identidad, la esencia, el ADN y su columna vertebral. El día de la mujer termina siendo un tema simbólico, como el día de los enamorados. Por eso es tan importante pensar un feminismo, un antipatriarcado con otras luchas que son totalmente paralelas y alineadas en esta. No podemos pensar un feminismo sin un anticapitalismo, sin un antiracismo, sin un antifacismo y sin una lucha de clases.
-En el territorio chileno siempre ha habido un protagonismo descollante de las mujeres: desde las machis de las comunidades mapuches, pasando por las obreras, las pobladoras o las lideres estudiantiles, secundaristas y universitarias. Tanto en términos estrictamente políticos, con figuras como Gladys Marin, como con emblemas de la cultura y el arte comprometido, como Gabriela Mistral o Violeta Parra. ¿Cómo ves y sentís este protagonismo constante?
Estamos viviendo en un momento en el cual hay muchas mujeres que han sido más visibles que otras, pero hay una alineación general de muchas compas que están desde distintos lugares de la música, campesinas, secundarias, la compañera Macarena Valdes que fue encontrada colgada y estaba peleando contra una central hidroeléctrica. Hay muchas mujeres de distintos lugares que están empoderándose. Yo creo que siempre nos toca a nosotras volver a empoderarnos de nuestras mujeres. Las mujeres de todas, desde nuestras lecturas, porque este pensamiento sobre feminismo se esta profundizando. Hablo por mí también, a mí siempre me toca corregirme en la palabra, porque lo tenemos tan asimilado en la piel y en la epidermis social, que nos toca volver a cambiar de piel para volver a repensar nuestros cuerpos, quitar nuestra culpa católica. Y esa tarea es bastante infinita, y nos toca multiplicarlo con nuestros hijos y nuestras hijas.
-Y en el caso de Violeta Parra, ¿por qué resulta una referencia para vos?
Porque Violeta también era una mujer extremadamente adelantada a sus tiempos, una mujer que rompía con el cuadro plástico de la mujer sexy, atractiva, callada, de pocas palabras. Al contrario Violeta era de muchas palabras, de mucha profundización, de mucho malestar, que representaba un malestar social. Rompía con esa postal de la dueña de casa, rompía con la postal de lo que se esperaba como mamá, siendo mamá de igual manera. Es una referente para muchas de nosotras, acá se hizo una postal digna respecto del amor burgués hasta la consigna, o lo que tenemos que perpetuar las mujeres, como esta dictadura del cuerpo a la cual tenemos que caber. Desde el ropaje que no nos cabe, desde estas tallas completamente diminutas con la cual con el paso del tiempo una va cambiando y mutando el cuerpo. Una va cambiando. Entonces es muy enriquecedor, es muy oxigenante siempre revisar la obra de una mujer que fue rompiendo todos esos moldes, que nunca estuvo cómoda, y creo que una persona que no esta cómoda en un modelo completamente violento da muy buena espina. Muy mala espina la gente que siempre esta cómoda.
-Una consigna transversal en este paro -con fuerzas conservadoras como la Iglesia jugando en contra en América Latina, y ahora además con un Papa argentino- es el derecho al aborto y la soberanía de las mujeres sobre sus cuerpos. ¿Qué opinión tenés acerca de esta exigencia?
Como mujer el cuerpo es mío, yo no entiendo por qué el Estado tiene que decidir sobre mi cuerpo. Es la violación del Estado a mi cuerpo, es la violación del poder a mi cuerpo, es la violación y la perpetuación de la violencia a mi cuerpo. Y esta violencia ha sido estatizada profundizada en una situación de sumisión con la mujer. Entonces mi opinión es que en mi cuerpo yo decido totalmente y por eso este paro hace hincapié y apunta a los que han sido responsables de esta violencia histórica.
-En Argentina ha habido declaraciones profundamente repudiables de músicos como Gustavo Cordera, e incluso cantantes muy conocidos, como el de la banda El Otro Yo, que han sido denunciados por abuso y violación de jóvenes. ¿Crees que el patriarcado cala hondo también en el mundo de la música? ¿Has sufrido por tu condición de mujer en este tipo de ambientes y lugares?
El patriarcado y el machismo repercute en todas partes y la música no está exenta de eso. Creo que alguna vez escuché algunos comentarios pelotudos. Quizás ahora lo siento de otra forma, más como lo que te decía antes, no en la palabra, a veces en la mirada, o quizás en mujeres que te preguntan en entrevistas: «¿con quién dejas a tus hijos cuando te vas de gira?», y tu te preguntas: «pregúntele eso a los compañeros también, que son papas y se van de gira». Esa cosa de la culpa tan católica, tan crucificadora. Creo que todas la vivimos en lo laboral, en una oficina, las medicas, etc., no existe lugar donde no se viva. Por eso es tan importante ir pensando y hacer de esto una educación popular y permanente.
-Por último, ¿Qué mensaje le darías a las mujeres que salieron a las calles en este 8 de marzo que fue tan importante? ¿Qué anhelos o exigencias te parecen más relevantes para ser levantados como bandera de lucha y visibilización?
Volvería al otro punto: creo que estamos en tiempos álgidos, de violencia mundial, en la cual estamos en una ola de fascismo mundial totalmente democratizado y naturalizado. Ves las noticias y siempre me da la impresión que las luchas,que si bien cada una tiene su peculiaridad, hay cosas que se perpetúan. La violencia tiene una lógica extremadamente matemática. Haría un llamado a todas las compañeras y compañeros que marchen a pensar este feminismo no desde la multi-tienda con la consigna, quitarle un poco ese eslogan publicitario, y profundizar en eso. No se puede pensar un feminismo sin anticapitalismo, sin un antifascismo, sin un antiracismo y sin una lucha de clases. Son luchas que van todas de la mano. Ese sería mi mensaje.
Fuente: https://gramscilatinoamerica.wordpress.com/2017/03/09/ana-tijoux-este-paro-nos-interpela-en-terminos-sociales-y-tambien-intimos/
Os ponemos el vídeo de la canción Antipatriarca de Ana Tijoux que se hizo referencia como el himno de las movilizaciones y el paro mundial de mujeres del pasado 8 Marzo: