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Euskadi acogió a más de 180.000 exiliados españoles entre 1991 y 2001

Fuentes: Gara

Entre 1991 y 2001 Euskal Herria acogió a más de 180.000 exiliados del Estado español que huían de la presión del «nacionalismo obligatorio» impuesto por los sucesivos gobiernos del PSOE y el PP. La afirmación puede resultar extraña. En realidad, es absurda. Pero a ella se llega siguiendo los criterios aplicados por el Foro Ermua […]

Entre 1991 y 2001 Euskal Herria acogió a más de 180.000 exiliados del Estado español que huían de la presión del «nacionalismo obligatorio» impuesto por los sucesivos gobiernos del PSOE y el PP. La afirmación puede resultar extraña. En realidad, es absurda. Pero a ella se llega siguiendo los criterios aplicados por el Foro Ermua en su presentación de las Comisiones de la Diáspora Democrática Vasca.

El pasado sábado el Foro Ermua presentó en Madrid la campaña «En Euskadi, no estamos todos». Su base es que «durante la etapa democrática, tras la muerte de Franco, miles de vascos ­383.700 según la cifra aportada sin soporte documental o estadístico alguno­ han abandonado su tierra por la presión del terrorismo, ejercido por ETA, y del nacionalismo impuesto con la utilización desleal de todos los resortes del poder autonómico». Estas 383.700 personas constituyen la «nueva diáspora democrática de los vascos que no se identifican con el nacionalismo y que dura ya tres décadas».

En la mesa del acto celebrado en Madrid figuraban como representantes de esta Diáspora Democrática Fernando Savater, Mapi de las Heras, Mikel Buesa, Mikel Azurmendi y José María Calleja. Tras ellos, en lugar central, la «exiliada» Loyola de Palacio, en cuya biografía oficial consta que nació en Madrid y ha sido senadora y diputada por Segovia. Su relación con Euskal Herria se limita a lazos familiares, algún veraneo y un súbito interés por intentar hacerle sombra a María San Gil.

No cabe negar que ha habido personas que han tenido que marcharse de Euskal Herria por la presión y la amenaza que ETA ejercía sobre ellas. Algunas otras han podido también sentirse incómodas con la situación política vasca. Pero la cifra de 383.700 exiliados que han tenido que dejar este país «por miedo y asco» ­en palabras de Savater­ carece de fundamento alguno.

Flujos migratorios normales

Se trata, bien a las claras, de una manipulación del número de personas que en los últimos veinticinco años han dejado la Comunidad Autónoma Vasca, la mayor parte de ellos por motivos económicos. Basta observar las tablas del Instituto Vasco de Estadística ­que durante años dirigió el sociólogo Paco Llera, que fue quien en julio de 2002 puso en circulación la patraña de los 200.000 «exiliados»­ para comprobar que se trata de flujos migratorios similares a los que muestran otras zonas industrializadas que durante los años 60 y 70 recibieron muchísima mano de obra llegada de comunidades empobrecidas del Estado español, y que con la crisis y las reconversiones de los 80 observaron cómo muchos de estos in- migrantes volvían a sus comunidades de origen e incluso personas nacidas en Euskal Herria debían emigrar en busca de un trabajo.

Así puede comprobarse, por ejemplo, en el amplio y completo estudio realizado por Juan Manuel Romero Valiente, de la sección de Geografía de la Universidad de Huelva, para el Instituto Nacional de Estadística, dependiente del Ministerio español de Economía. En él se recogen los saldos migratorios entre provincias que se van dando desde 1960 hasta el 2001, año en el que, por cierto, es Madrid la que más habitantes pierde, seguida es este caso por la provincia de Barcelona.

La otra cara

Los portavoces del Foro Ermua, o si se prefiere de las Comisiones de la Diáspora Democrática Vasca, ofrecieron una cifra, no demostrada, sobre las personas que han dejado en las últimas décadas Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Pero, vayamos a los datos oficiales. El Eustat recoge la estadística de entre 1991 y 2001. En esos años, han salido de la CAV a otras comunidades autónomas un total de 173.448 personas. Pero en el mismo periodo, llegaron a la CAV desde otras comunidades 152.892. Con la particularidad añadida de que en los años 2000 y 2001 el saldo migratorio se invierte con respecto a las últimas décadas y la CAV recibe 9639 personas más que las que se marchan.

Si a estas cifras unimos los datos que ofrece el instituto de estadística de Nafarroa, podremos comprobar que a lo largo de la década de los 90 y en los primeros años de la actual salieron de Hego Euskal Herria más de 190.000 personas hacia el Estado español, mientras que más de 180.000 llegaron a nuestro país desde allí.

La pregunta que cabría hacer a las llamadas Comisiones de la Diáspora Democrática Vasca es de qué huían todas esas personas que acudieron a Hego Euskal Herria desde «todas las regiones de España» que ­como dicen­ a ellos les acogieron haciéndoles «partícipes del calor y la fuerza de unas costumbres y tradiciones que revelan la vigencia de esta cultura común y secular que nos aúna». ¿Buscaban acaso la protección de un régimen en el que reina «la arbitrariedad», «el clientelismo, el nepotismo y todas las formas de corrupción apoyadas directa o indirectamente por el terrorismo?».

Apoyo mediático a una falsedad

En 2002 ya pudo comprobarse como la afirmación del miembro del Foro Ermua Paco Llera de que 200.000 vascas y vascos se habían exiliado para escapar del nacionalismo vasco se convirtió para la mayor parte de los medios de comunicación españoles en una «verdad revelada» que no precisaba demostración porque coincidía con sus intereses políticos.

Lo mismo ha sucedido en esta ocasión, aunque con el atenuante de que da la impresión de que el Foro Ermua ha perdido apoyos. Sus afirmaciones en torno a los 383.700 «exiliados» apenas tuvieron reflejo en la prensa editada en Euskal Herria, ni siquiera en la del Grupo Vocento, y fueron totalmente ignoradas por «El País».

Sin embargo, las Comisiones de la Diáspora Vasca Democrática encontraron el apoyo de «Abc» y el impulso entusiasta de «La Razón»y «El Mundo», que llegó a dedicarle su principal editorial del domingo. ¿No les hizo dudar que 383.700 personas son el 21,3% del censo de la CAV? ¿No les importó la falsedad del dato?