Durante los primeros 6 meses de 2016 Cuba ha recibido a más de dos millones de visitantes. En épocas anteriores, sólo los periodistas, escritores o personas públicas, divulgaban sus impresiones en artículos de prensa, crónicas de viajes o entrevistas. Pero en la actual era de la información prácticamente cualquier persona puede dar a conocer sus […]
Durante los primeros 6 meses de 2016 Cuba ha recibido a más de dos millones de visitantes.
En épocas anteriores, sólo los periodistas, escritores o personas públicas, divulgaban sus impresiones en artículos de prensa, crónicas de viajes o entrevistas.
Pero en la actual era de la información prácticamente cualquier persona puede dar a conocer sus opiniones, ya sea escribiendo a un medio de prensa digital o utilizando las redes sociales o un «blog» personal, si lo posee.
En el caso de los que visitan Cuba, destino de moda por múltiples razones, son muchos los que dejan constancia de sus impresiones.
Curiosa unanimidad
Y resulta que en ese gran cúmulo de comentarios sobresale una curiosa unanimidad. No importa si el comentario es de complacencia o de disgusto de lo experimentado en su visita y tampoco si aprueban o no el régimen político imperante en Cuba. Todos los comentarios, aunque pueden divergir en muchos aspectos, tienen algo en común: la alabanza al pueblo cubano.
Realmente es impresionante el conjunto de cualidades que atribuyen a las personas que conocieron en Cuba: acogedoras, alegres, solidarias, desinteresadas, educadas, inteligentes, emprendedoras, ingeniosas, resistentes y hasta cariñosas.
Y si sorprendente es la diversidad de los visitantes que escriben estos calificativos, también hay una gran variedad entre las personas que causaron esta impresión: funcionarios gubernamentales, profesionales (ejerciendo su profesión o no), artistas, trabajadores de distintos sectores (incluyendo cuentapropistas), estudiantes, amas de casa, personas de la tercera edad y niños. Y todos con independencia de sus convicciones políticas o religiosas.
Esta curiosa unanimidad debe responder a una realidad. ¿A qué se debe? ¿Se puede hablar de un excepcionalismo cubano? No lo creo.
Aunque la historia de Cuba ha tenido sus particularidades, ella no ha sido inherentemente diferente a la de otras naciones de América Latina y el Caribe. Tampoco Cuba posee un «destino manifiesto» que debe imponer. Y finalmente los cubanos no se consideran superiores a ningún otro pueblo.
La verdadera causa es la Revolución Cubana, que ha erigido un conjunto de principios, reglas, normas, valores, cualidades e ideales que han conformado la vida social y espiritual de varias generaciones de cubanos.
Como señaló el Líder de la Revolución, Fidel Castro, en el Acto Central en Conmemoración del XX Aniversario del Ataque al Cuartel Moncada:
«Pero el pueblo no había recibido sólo los beneficios de las leyes revolucionarias. Había conquistado ante todo y por primera vez en la historia de nuestra patria, el sentido pleno de su propia dignidad, la conciencia de su poder y de su inmensa energía. Por primera vez el obrero, el campesino, el estudiante, las capas más humildes del pueblo, ascendían a lugares cimeros de la vida nacional. El poder revolucionario era su poder, el Estado era su Estado, el soldado era su soldado porque él mismo se convirtió en soldado, el rifle su rifle, el cañón su cañón, el tanque su tanque, la autoridad su autoridad, porque él era la autoridad. Ningún ser humano volvería jamás a sufrir humillación por el color de su piel; ninguna mujer tendría que prostituirse para ganarse el pan; ningún ciudadano tendría que pedir limosna; ningún anciano quedaría en el desamparo; ningún hombre sin trabajo; ningún enfermo sin asistencia; ningún niño sin escuela; ningunos ojos sin saber leer; ninguna mano sin saber escribir.
Lo que la Revolución significó desde el primer instante para el decoro del hombre, lo que significó en el orden moral fue tanto o más que lo que significaron los beneficios materiales. [1]
Ésta última aseveración sobre el valor supremo de este logro de la Revolución se enlaza con lo afirmado por José Martí en su célebre discurso «Con todos y para el bien de todos»:
«Porque si en las cosas de mi patria me fuera dado preferir un bien a todos los demás, un bien fundamental que de todos los del país fuera base y principio, y sin el que los demás bienes serían falaces e inseguros, ese sería el bien que yo prefiriera: yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.» [2]
Moral socialista
Ese conjunto de principios, reglas, normas, valores, cualidades e ideales que ha establecido la Revolución Cubana constituye la moral socialista, ya que está indisolublemente ligado al establecimiento de un nuevo orden social.
Como dijo Fidel en el discurso citado anteriormente:
«Cuando contemplamos el panorama convulso que reina en los países capitalistas y en casi todos los pueblos de América Latina, no podemos menos que meditar en el extraordinario avance que significó para nuestro país, en el orden moral, la abolición radical del sistema capitalista de producción y de toda forma de explotación del hombre por el hombre, con su secuela de vicios, de corrupción, injusticia y mezquino egoísmo que aparta a los hombres de todo sentimiento de solidaridad humana.
…
La solidez granítica de la Revolución Cubana surge de su propio carácter socialista, que ha traído a nuestro pueblo un inmenso caudal de equidad y justicia.» [1]
La Ética de Fidel Castro
Y si se considera que la moral pensada es la ética, entonces se puede afirmar que el pensamiento del Líder de la Revolución Cubana constituye lo que podemos denominar como la Ética de Fidel Castro.
La Ética de Fidel Castro se distingue por ser el producto no sólo del pensamiento sino también del quehacer de su autor.
Su carácter profundamente humanista, no sólo en los conceptos sino también en la acción, ha sido demostrado en múltiples ocasiones:
Desde el trato humano que recibieron los prisioneros durante la lucha revolucionaria:
«En ningún caso, jamás, ¡jamás!, nuestros combatientes revolucionarios acudieron a la violencia física; jamás nuestros combatientes revolucionarios acudieron a la tortura. Ningún ejército fue más generoso, ningún ejército fue más cuidadoso, posiblemente, que lo que lo fue nuestro Ejército Rebelde en el tratamiento a los prisioneros, en los interrogatorios. Y aquel principio no tuvo nunca una sola excepción.» [3]
Hasta la infinita delicadeza con las personas más humildes, como se puso de manifiesto el 24 de diciembre de 1959 cuando Fidel celebró la nochebuena con los carboneros de la ciénaga de Zapata, tal como relata Antonio Núñez Jiménez:
«La relación directa con este pueblo de carboneros que le demuestran una cercanía casi familiar y una comprensión de sus sentimientos, azuzan tal alegría en Fidel que nos conmueve a todos. Pienso que al tocar Fidel en el mismísimo fondo de sus pueblos, al reunirse con estos hombres, mujeres y niños para festejar la Nochebuena, muestra su profundo amor por los humildes, que lo hermana a Martí.» [4]
El campo de acción de ésta Ética de Fidel Castro rebasa el ámbito nacional y alcanza valores universales, como se puede constatar en su concepto de Revolución:
«Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.» [5]
En reflexiones más recientes, Fidel ha abordado su preocupación por el destino de la especie humana, alertando sobre los peligros más inminentes para la humanidad que son producto del accionar irracional de los hombres: las armas nucleares y el cambio climático. [6-12]
El mayor logro de la Revolución Cubana
Volviendo al inicio de este artículo, ese conjunto de cualidades de los habitantes de esta isla, que causa tan favorable impresión en la mayoría de los visitantes, no es otra cosa quedignidad, y es el resultado de la Moral Socialista y la Ética de Fidel Castro.
Pero ese logro supremo de la Revolución se encuentra amenazado, no sólo por los intentos, por nuevas vías, de restauración capitalista, sino también por concepciones estrechas de la modernidad y la prosperidad, y por valoraciones desacertadas de la necesidad y la provisionalidad.
Recordar este logro de la Revolución Cubana en el año del 90 aniversario de su principal artífice no constituye un regalo, es un homenaje.
El regalo es comprometer nuestra inteligencia y nuestra acción a preservarlo.
Referencias:
[1] Fidel Castro Ruz, Discurso Pronunciado en el Acto Central en Conmemoración del XX Aniversario del Ataque al Cuartel Moncada, Santiago de Cuba, 26 de julio de 1973. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1973/esp/f260773e.html
[2] José Martí, Discurso «Con todos y para el bien de todos» pronunciado en Tampa, Estados Unidos de América, el 26 de noviembre de 1891. http://www.biblioteca.org.ar/libros/726.pdf
[3] Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz, en el Acto Conmemorativo del X Aniversario de la creación del MININT, La Habana, 6 de junio de 1971. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1971/esp/f060671e.html
[4] Antonio Núñez Jiménez, «En Marcha con Fidel», Editorial Letras Cubanas, 1982.
[5] Fidel Castro Ruz, Discurso Pronunciado en la Tribuna Abierta de la juventud, los estudiantes y los trabajadores por el Día Internacional de los Trabajadores, La Habana, 1ro de mayo de 2000. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html
[6] Fidel Castro Ruz, «El derecho de la humanidad a existir», 27 de diciembre de 2009. http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2009/12/27/el-derecho-de-la-humanidad-a-existir/
[7] Fidel Castro Ruz, «Los peligros que nos amenazan», 7 de marzo de 2010. http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2010/03/08/los-peligros-que-nos-amenazan/
[8] Fidel Castro Ruz, «El Invierno Nuclear», 23 agosto de 2010. http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2010/08/23/el-invierno-nuclear/
[9] Fidel Castro Ruz, «El Invierno Nuclear y la Paz», 21 de septiembre de 2010. http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2010/09/21/el-invierno-nuclear-y-la-paz/
[10] Fidel Castro Ruz, «Las armas nucleares y la supervivencia del Homo Sapiens», 7-8 de octubre de 2010. http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2010/10/07/las-armas-nucleares-y-la-supervivencia-del-homo-sapiens/
[11] Fidel Castro Ruz, «La marcha hacia el abismo», 5 de enero de 2012. http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2012/01/05/la-marcha-hacia-el-abismo/
[12] Fidel Castro Ruz, «Los caminos que conducen al desastre», 21 de marzo de 2012. http://www.cubadebate.cu/reflexiones-fidel/2012/03/21/los-caminos-que-conducen-al-desastre/