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Exhumaciones: Se prohibe

Fuentes: Izaronews

El pasado 7 de noviembre con estas u otras palabras leía en la prensa: «La Audiencia nacional se reúne de urgencia y de forma extraordinaria y decide paralizar la apertura de fosas» (se estaba refiriendo obviamente a las fosas de la Guerra Civil que los magistrados Garzón y Pedraz habían autorizado abrir en veinticinco lugares) […]

El pasado 7 de noviembre con estas u otras palabras leía en la prensa: «La Audiencia nacional se reúne de urgencia y de forma extraordinaria y decide paralizar la apertura de fosas» (se estaba refiriendo obviamente a las fosas de la Guerra Civil que los magistrados Garzón y Pedraz habían autorizado abrir en veinticinco lugares) en respuesta a la petición de la Fiscalía de la Audiencia Nacional que «según fuentes fiscales» sostenía que las diligencias ordenadas por los jueces citados «no son urgentes o inaplazables».

Por lo que se ve que la «urgencia» del caso depende de en que dirección vaya, es decir, si va en la dirección de que los restos de las personas que fueron asesinadas por los fascistas hace más de setenta años sean encontrados y reciban el trato adecuado, «no hay urgencia», por el contrario, «sí hay urgencia» para obstaculizar algo que ya estaba en marcha e iba en la dirección contraria, donde se patentizarían, todavía más, los crímenes fascistas.

A lo que parece, la mencionada Fiscalía defiende su petición de la paralización de las exhumaciones de las fosas comunes de la Guerra Civil y el franquismo argumentando, entre otros extremos, que estas podrían causar «perjuicios irreversibles de difícil reparación a terceros». Se conoce que, ni los asesinados han sufrido «perjuicios», ni sus allegados que han tenido que sufrir durante los largos años de dictadura y después ningún «perjuicio» ni físico ni moral.

Da la sensación de que lo mismo la Fiscalía que la Sala de lo Penal tiene una composición en la que sus miembros provienen de unas familias que efectivamente no sufrieron ninguno de los «perjuicios» antedichos, ellos sabrán porqué.

El juez Garzón que se había declarado competente para investigar los crímenes contra la humanidad cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo por entender que se había producido un delito que encajaba dentro del contexto de Crímenes contra la Humanidad, ha sido, esperemos que de momento, frenado en su labor. En su auto el juez declara extinguida ya la responsabilidad por fallecimientote 35 altos cargos fascistas, empezando por el propio Franco. El magistrado ha pedido también al Ministerio Fiscal que identifiquen al máximo número posible de dirigentes de Falange Española entre el 17 de julio de 1936 hasta el 31 de diciembre de 1951 para que una vez identificados acuerde «lo necesario sobre la imputación y extinción en caso de fallecimiento de su responsabilidad penal». ¡Ahí les puede doler también a algunos!

Por lo que leía hace unos días un alto cargo opinaba que seguir buscando a los desaparecidos era «una búsqueda de restos arqueológicos». A lo que se le contestó que si el mencionado personaje pensaba eso y «cree que alguien que pierde un familiar y lo busca, lo que hace es buscar restos arqueológicos, quiere decir que su sentido de humanidad es muy bajo…lo que se busca son hombres y mujeres asesinados por la dictadura, crímenes de los cuales hay responsables al menos como cómplices». En este sentido, otra voz ha terciado diciendo «entender que buscar a los desaparecidos es un asunto del pasado y que hay que dar vuelta a la página, significa que no han entendido nada de lo que la humanidad ha resuelto hace mucho tiempo…cuando se violan los derechos humanos y el terrorismo de Estado se utiliza como arma para controlar un país, se cometen crímenes contra le humanidad».

El primero de los personajes mencionados en el párrafo anterior también afirmó en ese contexto que esos crímenes no se podían comparar con los de la Alemania nazi, que allí se buscó el «extermino de una raza» lo que aquí no ocurrió. Pero se le contestó diciendo que si bien aquí «no se persiguió a una raza, se buscó exterminar a una franja de la sociedad de izquierda y progresista por su pensamiento y eso es quizá comparable»

Todo lo consignado en los dos últimos párrafos no se refiere a España, faltaría más, sino a Chile, por lo que fiscales y jueces españoles (e incluso los viejos falangistas) pueden respirar tranquilos de conciencia, no va con ellos ¡que va a ir! Ellos son la quinta esencia de la honradez, de la objetividad, de la profesionalidad, del bien hacer,… Por ello, la opinión pública es casi unánime al opinar que el sistema judicial, en general, que tenemos es muy «bueno». Y si no lo crees pregúntalo.