Greenpeace dio a conocer hoy dos informes en los que se aportan datos que demuestran los riesgos del llenado del pantano de Itoiz y su relación directa con los últimos movimientos sísmicos, y se propone su vaciado inmediato. El primer estudio, elaborado por el geólogo García Sansegundo de la Universidad de Oviedo considera probado que […]
Greenpeace dio a conocer hoy dos informes en los que se aportan datos que demuestran los riesgos del llenado del pantano de Itoiz y su relación directa con los últimos movimientos sísmicos, y se propone su vaciado inmediato. El primer estudio, elaborado por el geólogo García Sansegundo de la Universidad de Oviedo considera probado que el llenado del pantano es la causa de los terremotos en la zona.
El segundo informe ha sido redactado por el profesor de la Universidad de Zaragoza, Antonio Casas y hace referencia a la inestabilidad del terreno en el que se ubica la presa y que ya ha originado los primeros deslizamientos de tierra en la ladera izquierda. Según Casas, esta inestabilidad unida a la posiblidad de nuevos seísmos en la zona pone en serio peligro la estabilidad de la presa y puede traer consecuencias catastróficas que incluirían inundaciones aguas abajo y efecto tsunami aguas arriba.
El informe elaborado por el geólogo de la Universidad de Oviedo, García Sansegundo, constata la existencia bajo el embalse de una importante falla situada a dos kilómetros de profundidad que conecta con las aguas del embalse, «y al hacer variar las condiciones de presión esa falla o ese cabalgamiento se puede haber movido». Sansegundo demuestra además una relación temporal entre la sismicidad y el llenado del embalse.
Por su parte, Antonio Casas asegura en su estudio que los deslizamientos en la ladera izquierda del embalse ya han empezado y advierte que si continúan provocarán graves alteraciones en la estabilidad de la presa de consecuencias catastróficas.
Según Casas «ante un vaciado catastrófico las poblaciones situadas aguas abajo serían las primeras barridas del mapa pues eso produciría subidas del agua en el río Irati de metros o decenas de metros en algunos casos».
Las consecuencias afectaría también a la población de Betelu, la única situada aguas arriba «porque la caída de grandes deslizamientos sobre el vaso daría lugar a una ola, a un tsunami en pequeño» que podría arrasar el lugar. Casas considera inadmisible el riesgo al que se está sometiendo a la población. y asegura que «si el embalse se sigue llenando va a haber catástrofe. Con lo cual la única solución ahora mismo es dejar de llenarlo».