El grupo El Corte Inglés-Hipercor ha aumentado sus beneficios todos los años sin excepción. En el último balance presentado sobre la actividad del 2005, aparecen 611,46 millones de euros de ganancia. Todo para una familia. Este poder económico, como tradicionalmente ocurre en nuestro sistema capitalista, no queda reducido al ámbito de la empresa sino que, […]
El grupo El Corte Inglés-Hipercor ha aumentado sus beneficios todos los años sin excepción. En el último balance presentado sobre la actividad del 2005, aparecen 611,46 millones de euros de ganancia. Todo para una familia. Este poder económico, como tradicionalmente ocurre en nuestro sistema capitalista, no queda reducido al ámbito de la empresa sino que, por ejemplo, extiende sus garras a otro negocio como el de los medios de comunicación, donde ni tú ni yo seguramente hayamos visto o leído en la vida algo que vaya en contra de El Corte Inglés, de sus prácticas mafiosas o de la explotación a la que somete a sus trabajadores. La empresa parece un gigante invencible que fija precios, financia su propio dinero, domina a sus trabajadores y crece, crece sin parar.
En lo profundo de todo este mundo de mercancías e ilusión que vende la empresa nos encontramos los trabajadores. Empleados, vendedores, reponedores, cajeras, limpiadoras, vigilantes, subcontratas, transportistas, etc. Todos trabajamos por un salario en el mismo centro de trabajo. Vivimos de ese salario aunque nos cuesta llegar a fin de mes. Tenemos intereses comunes más allá de que a la salida nos decimos «hasta luego» y no nos vemos hasta el día siguiente, aunque muchas veces no nos damos ni cuenta. En el piso, en la calle, en el bar… tenemos nuestras preocupaciones pero cuando entramos a trabajar es diferente. Aquí somos uno más, y tus problemas no pintan nada porque hay que trabajar.
Nos tratan como una mercancía más, nos compran a cambio de un dinero, nos mueven a donde nos necesitan y a los que consideran que sobran…a la calle. Se dedican a calcular sus beneficios reduciendo personal, aumentando nuestras funciones, manteniendo nuestros salarios estancados, precarizando nuestras condiciones laborales, etc. Todo esto (nos repiten) en nuestro beneficio, ya que si la empresa va bien entonces «ganamos todos». Pero cada vez somos menos, cobramos poco y trabajamos más.
Los trabajadores de la empresa cobran 600-700 euros según el convenio de comercio y grandes almacenes. Las subcontratas cobran por lo general menos, tienen diferentes convenios (limpieza, seguridad, etc.) o directamente están sin convenio (servicios auxiliares). Otros están en negro cobrando una miseria por jornadas de 12 horas (transportistas).
Arriba de nuestras cabezas se encuentra un entramado de mandos, jefes y «sindicalistas profesionales» de FASGA y FETICO. Este auténtico ejército de guardianes de la empresa está sobredimensionado en relación a la plantilla. No es casualidad. Es una estrategia utilizada en las grandes empresas del sector (Walt-Mart, por ejemplo) para mantener sometidos y vigilados a los trabajadores. Son los ojos y oídos de la empresa, con la inestimable ayuda, por supuesto, del dispositivo de «cámaras de seguridad» implantado por todo el centro con el pretexto de los robos.
Existe además un sistema de incentivos que aparecen en las nóminas como «complemento personal», utilizado por la empresa para mantener de su lado a los jefes, para financiar a los mangantes de los «sindicatos» amarillos y también, más sutilmente, para aumentar la competencia entre los trabajadores (intentando dividirnos). Así podemos encontrarnos con nóminas de 6.000 euros que nos demuestran adónde va a parar una parte de los beneficios que la empresa consigue al exprimirnos.
Prefieren mantener toda esta estructura antes que aumentar nuestros salarios. Por lo tanto, el objetivo de El Corte Inglés no es «mejorar nuestra calidad de vida» sino mejorar la de sus dueños y cómplices a costa de nosotros, los trabajadores. Así funciona el capitalismo en todo el mundo. Como el león que, para sobrevivir, se come a las cebras.
¿Ye lo que hai? ¿Cómo nos preparamos para enfrentar estos ataques? ¿Cómo avanzamos en nuestras condiciones de trabajo? La representación sindical en la empresa (CCOO, UGT) a nivel estatal es reducida. Esto obviamente se debe a que la represión se ha cebado en los compañeros que luchan por construir una alternativa que intente resolver los problemas de los trabajadores desde una perspectiva de clase. A pesar de esto hay una tendencia al aumento en votos e influencia. Por ejemplo en nuestro centro de trabajo pasadas las últimas elecciones nos encontramos con una representación de CCOO que ha conseguido el respaldo de muchos trabajadores. Consideramos muy positivo este resultado que refleja por un lado el trabajo paciente de los compañeros y por otro el deseo de cambio de una parte importante de la plantilla. Pero… ¿sólo debemos esperar a que haya una representación mayor que nos permita conseguir mejoras? Esto sería un grave error por dos cuestiones: 1- Dejaríamos de lado otras formas de lucha relegando todo para conseguir la ansiada mayoría sindical. 2- Nuestros triunfos no dependen exclusivamente de que tengamos esa mayoría.
Por supuesto que las elecciones sindicales son una parte importante en la lucha de los trabajadores por sus intereses. Pero sólo una parte. Incluso consiguiendo un porcentaje elevado de representación en una empresa. ¿Cómo avanzamos construyendo y manteniendo la estructura sindical frente a la represión patronal? ¿Cómo enfrentarse con los sindicatos amarillos, a su estructura, a su gran poder económico y coercitivo?
Los que escribimos este texto que tienes entre las manos somos un grupo de trabajadoras y trabajadores conscientes de que la lucha es el único camino. Ya que el camino es duro, tratamos de implicar a más compañeros y compañeras, estén sindicados o no, pertenezcan a la empresa o sean de las subcontratas … para participar elaborando y repartiendo panfletos, pegando carteles, buscando apoyo económico, debatiendo propuestas, compartiendo experiencias… con el objetivo siempre presente de fortalecer el sindicalismo de clase y en definitiva, de generar alternativas. Ese es el camino. No inventamos nada nuevo. Queremos aportar nuestro granito de arena para recuperar las mejores tradiciones de lucha de nuestra clase.
La empresa no descansará ni un segundo para mantenernos explotados, sometidos y callados. Por lo tanto estamos obligados a hacer lo mismo para defender lo nuestro, para decir basta de persecuciones, basta de mentiras, de chantaje y de explotación. La única lucha que se pierde es la que se abandona.
¡EMPLEOS FIJOS Y SALARIOS DIGNOS YA!
¡POR LA LIBERTAD SINDICAL!
¡POR UN SINDICALISMO DE CLASE, ASAMBLEARIO Y COMBATIVO!
¡LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO! ¡ORGANÍZATE Y LUCHA!
Trabajadores de Hipercor (Salesas) (Oviedo).
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