El protagonista del lento y complejo ‘Caso Fabra’ ha sido agraciado -y ya van tres veces- con un premio de dos millones de euros en el sorteo del Niño de la lotería. El hecho recuerda sospechosamente a las 50 veces que, en 15 años, la suerte sonrió a la familia de Juan Antonio Roca, el […]
El protagonista del lento y complejo ‘Caso Fabra’ ha sido agraciado -y ya van tres veces- con un premio de dos millones de euros en el sorteo del Niño de la lotería. El hecho recuerda sospechosamente a las 50 veces que, en 15 años, la suerte sonrió a la familia de Juan Antonio Roca, el cerebro de la trama urbanística de corrupción en Marbella. La compra de billetes premiados de lotería es todo un clásico del blanqueo de dinero negro. DIAGONAL repasa la trayectoria del cacique cuya estirpe familiar lleva un siglo anclada en el poder en Castellón.
El sorteo del Niño de la lotería ha dejado un ganador muy aficionado a ganar dinero: Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón y máximo líder del PP castellonense. Dos millones de euros que han ido a parar al bolsillo del polémico político castellonense, imputado por una posible comisión de varios delitos contra la Administración pública y un posible fraude fiscal.
El particular estilo de Carlos Fabra, abogado y corredor de seguros, le ha llevado a tejer una amplia red clientelar dentro y fuera del Partido Popular en Castellón. El sector empresarial -especialmente de la construcción- ha estado muy ligado a los tejemanejes del presidente de la Diputación en la remodelación radical que ha sufrido Castellón. Su peculiar forma de hacer política incluye a 26 asesores nombrados a dedo -700.000 euros en sueldos- o gastos en 2003 de 165.000 euros en comidas y 26.000 en entradas para los toros. Todo ello a cargo del erario público. Su influencia en la política valenciana ha sido fundamental. En plena carrera por el poder autonómico en 1993, Eduardo Zaplana, cuya influencia se concentraba en la zona de Alicante, comprendió perfectamente que debía contar con el cacique castellonense. La experiencia de Zaplana en el ‘Caso Naseiro’ se convertiría en un interesante espejo para el castellonense.
Sin embargo, años más tarde, Zaplana parte hacia Madrid, al Ministerio de Trabajo del Gobierno de José María Aznar. La persona que, en un principio, era el fiel escudero que protegía la retaguardia política valenciana de Zaplana, Francisco Camps, se rebeló contra el cartagenero, convirtiéndose en su peor enemigo y desencadenando una fraticida guerra interna entre campistas y zaplanistas. Y en esta guerra el eterno cacique de las gafas oscuras tuvo un papel clave accediendo finalmente a apoyar la hegemonía campista que el nuevo presidente autonómico reclamaba frente al cada vez más alejado portavoz del grupo parlamentario popular en el Congreso.
Apoyo del partido
Pero significativamente, Fabra, que está siendo investigado por el uso electoral de censos de extranjeros en las últimas elecciones municipales del 27-M, a las cuales el imputado se presentaba contradiciendo así el «código ético» del PP, ha contado con el apoyo de ambos en relación a sus numerosos problemas con la justicia. «Tengo la seguridad» -afirmaba Zaplana en 2004- «de que cuando acabe el proceso, sea de forma inmediata o posteriormente, con la tramitación de la querella, la honorabilidad del señor Fabra quedará fuera de toda duda». «Le conozco bien y sé que será así», añadía. Por su parte, Camps afirmaba que el político imputado «tiene todo el respaldo personal y político de todo el Gobierno y del PP». Hasta le organizó una cena de homenaje.
La carrera política de Fabra al frente del PP de Castellón ha ido en paralelo a un sospechoso enriquecimiento personal. Desde que accedió al cargo en 1995, ha multiplicado por siete el valor de su patrimonio. También multiplicó por 11 el número de sus acciones en bolsa: de 696 a 7.910. La Agencia Tributaria detectó 600.000 euros no justificados por Fabra y la jueza sumó esta investigación a la causa abierta en 2003 contra el líder del PP por el empresario Vicente Vilar. Éste acusó a Fabra de cobrarle cantidades millonarias a cambio de agilizar las gestiones políticas para obtener la autorización de productos fitosanitarios.
Fabra es administrador único de Carmacas S.L., una empresa de consultoría, creada en agosto de 2004 para la asesoría laboral y la formación y prevención de riesgos laborales. Por su parte, Vilar es propietario de Naranjax, un fabricante formulador de productos fitosanitarios. En junio de 1998, las esposas de Fabra y Vilar -María Amparo Fernández y Montserrat Vives, respectivamente (ésta última separada de Vilar desde abril de 2003)- crean Artemis 2000, que paga, en agosto de 2000, 8.300.000 pesetas (49.884 euros) a la consultoría de Fabra en concepto de distintas asesorías, según Vilar. Asimismo, Artemis 2000 cede en exclusiva la distribución de sus productos (la gestión de las autorizaciones) a Naranjax.
Otro empresario, Manuel Ruiz, declaró que pagó 11 millones de las antiguas pesetas en una bolsa de plástico para que Fabra agilizase las autorizaciones de los productos fitosanitarios. Ruiz aseguró que el pago causó efecto desbloqueando así las licencias en Madrid. El empresario Ginés Márquez, testigo del ‘Caso Fabra’, declaró que el presidente de la Diputación participó en una cena en la que se trató sobre la venta de la firma Naranjax, S.L. contradiciendo así la versión de Fabra según la cual nunca ha «participado en nada de Naranjax».
Altos cargos del PP
El ‘Caso Fabra’ ha salpicado de lleno a dos ex altos cargos del PP que han sido imputadas por la Audiencia de Castellón. Se trata de la ex directora general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y actual directora general de Familia, Infancia y Voluntariado en el Ayuntamiento de Madrid, Dolores Flores, y la ex directora general de Calidad Ambiental de la Generalitat Valenciana y subsecretaria de la Consellería de Bienestar Social hasta junio del 2007, Pilar Máñez. Ambas deberán declarar en los juzgados sobre presuntos delitos contra la Administración pública. Esteban González Pons, conseller de Camps, declaró desde su despacho en condición de testigo. La magistrada suspendió la declaración del ex jefe de gabinete de Aznar, Alfredo Timermans, al no ser éste encontrado por la policía en su domicilio madrileño -un medio de Prisa lo localizó en Nueva York-.
En el juzgado de instrucción nº1 de Nules también han testificado por escrito Juan Posada (ex ministro de Agricultura), Celia Villalobos (ex ministra de Sanidad) y Miguel Ángel Arias Cañete (ex ministro de Agricultura). El ex ministro de Ciencia y Tecnología y actual coordinador electoral del PP, Juan Costa, tuvo que desplazarse hasta el juzgado. El empresario Vicente Vilar amenazó con aportar datos sobre la financiación ilegal del partido implicando además al entonces subdelegado del Gobierno en Castellón, Vicente Sánchez Peral, y al diputado del PP Miguel Prim. La juez Lourdes Novarques se convirtió hace un mes en la séptima magistrada que, en cuatro años, abandona el ‘Caso Fabra’. Cuando el cacique se sienta en el banquillo, la justicia se hace lenta, flexible, amable.
Los Fabra: un siglo en el poder
Carlos Fabra ha sido considerado por muchos como un auténtico cacique del siglo XXI. Porque de la mayor parte del siglo XX ya lo fueron sus antepasados. Y es que los Fabra han sido los caciques de Castellón desde principios del siglo pasado. Victorino Fabra Gil fallecía en 1907 siendo presidente de la Diputación. Antes de morir tres sobrinos suyos fueron presidentes de la Diputación: Victorino, Hipólito y Plácido. El primero de los sobrinos dejará a su hijo Luis Fabra Sanz la Diputación como herencia que luego pasará a manos de Carlos Fabra Andrés. El hijo de éste, Carlos Fabra Carreras ocupará la presidencia de la Diputación en 1987 hasta nuestros días. Todo un siglo en el poder.