Uno de los principales indicadores de analfabetismo moral es la evasión fiscal, aunque sea legal. Tiene gracia que quien apoya los paraísos fiscales nos dé lecciones de responsabilidad fiscal. La banca, a través del fariseísmo financiero, esté logrando sustituir las becas por préstamos, y ello la honre más y le dé más credibilidad. El capitalismo […]
Uno de los principales indicadores de analfabetismo moral es la evasión fiscal, aunque sea legal. Tiene gracia que quien apoya los paraísos fiscales nos dé lecciones de responsabilidad fiscal. La banca, a través del fariseísmo financiero, esté logrando sustituir las becas por préstamos, y ello la honre más y le dé más credibilidad.
El capitalismo es un sistema moralmente analfabeto, lo que no sería nada extraordinario si no fuera porque hay un deseo compulsivo de engreimiento, de superioridad moral que no existe, aunque se revista de ‘responsabilidad social’ o quizá por ello precisamente, otorgándose a sí mismo epítetos amables: Rico, bueno; pobre, malo. «En verdad, la bondad que se mira a sí misma en el espejo se convierte en piedra. Y una buena acción que se otorga a sí misma epítetos amables se convierte en fuente de maldición». (El Profeta, Jalil Gibrán, 1923).
Uno de los principales indicadores de analfabetismo moral es la evasión fiscal, aunque sea legal. La negativa irresponsable a contribuir al bien común. La avaricia, la usura, la especulación y demás prácticas bancarias y financieras para eludir la responsabilidad institucional respecto al bienestar social.
La ignorancia es la felicidad, decían algunos. La ignorancia moral es la felicidad capitalista, podemos decir ahora. En la era de la información hay enormes desiertos de conocimiento, pese a las apariencias. La ignorancia también es muy atrevida… y muy machista. Así, por ejemplo, se disfraza de ‘responsabilidad social corporativa’ (RSC) y de ‘generación de conocimiento’ el asalto de la banca privada a la universidad pública (proceso de Bolonia).
En este asalto se encuentran iniciativas ignorantes y patriarcales como el proyecto U-Ranking 2016 (www.u-ranking.es) de universidades españolas que patrocina la Fundación BBVA como parte de su estrategia de RSC y que elabora el equipo valenciano de investigadores del IVIE (compuesto por 10 personas, entre las que sólo hay 1 mujer), asesorado por un Comité de Expertos (donde sólo hay 3 mujeres entre los 16 expertos). Además del apoyo de 4 mujeres en «tareas de documentación, edición y comunicación». La principal novedad de este ranking respecto al año anterior, que resaltan los propios autores, es el incremento de universidades privadas en el estudio, de 11 a 13 de las 34 que existen (aunque sólo 32 están activas durante el último año académico). Sin duda una gran novedad, que el terreno de la educación pública vaya siendo comido poco a poco por la universidad privada, ¡toda una conquista!
Tiene gracia que quien apoya los paraísos fiscales nos dé lecciones de responsabilidad fiscal [1] . Tiene gracia que quien financia la industria armamentística nos dé lecciones de moralidad social [2]. Tiene gracia que quien paga indemnizaciones millonarias a sus altos ejecutivos nos dé lecciones de ética empresarial [3]. Tiene gracia que quien contribuyó a la burbuja inmobiliaria ignorando sus efectos o censurando las reflexiones críticas sobre el sistema bancario [4] nos dé lecciones de cómo generar conocimiento. Tiene gracia que quien promueve la caridad y la filantropía (en detrimento de los derechos) nos dé lecciones de ética cívica.
La desmesura, caradura y fariseísmo de la banca llega a límites insospechados. Veamos otro caso del BBVA. En 2012 obtuvo unos beneficios de 1.676 millones de euros y, sin embargo, la declaración de impuestos le salió negativa, a devolver, concretamente recibió 781 millones de euros de las arcas públicas. Por el contrario, a través de su Fundación, se atreven a ningunear a los investigadores con una precaria convocatoria para investigadores, innovadores y creadores cuya aportación máxima total (incluyendo IVA y descontando después los impuestos correspondientes) asciende a 4,5 millones. Es decir, ni un 0,6% de lo que les devolvió Hacienda en 2012. Sin mencionar el hecho de que el triste ciudadano tributa dos veces por su mismo dinero. Y lo más gracioso es que incluyen la cláusula siguiente: «La adecuada justificación de la cantidad solicitada será un elemento significativo en el proceso de evaluación». Parece que se les ha olvidado aquella cita bíblica que denuncia a los fariseos por exigir a otros lo que ellos no cumplían ni de refilón (Mt 23: 4). El fariseísmo financiero significa lo siguiente: Cumple tú lo que yo no cumplo. Paga tú lo que yo no pago. Justifica tú lo que yo no justifico.
Tiene gracia que la banca, a través del fariseísmo financiero, esté logrando sustituir las becas por préstamos, y ello la honre más y le dé más credibilidad. En su infinita bondad te conceden «un año adicional para que puedas buscar empleo antes de empezar a devolver el préstamo» (según reza la publicidad de CaixaBank en una oferta exclusiva para la Universidad de Extremadura). ¡Qué chollazo! ¡Qué chollazo si ‘buscar empleo’ no fuera cada vez más una experiencia religiosa, extrasensorial, extraterrestre! ¡No van a descansar hasta que los bebés se endeuden, como titulares de derecho, para comprar piruletas y pañales y pagarse la guardería!
Sorprende también la unanimidad de los juristas al reconocer que la creación y tenencia de una empresa opaca es legal. Que lo que sería ilegal o fraudulento sería el tipo de uso que se haga de ella. Sin embargo, parecería extraño que la fabricación y tenencia de un Kalashnikov fuera disociada de su uso militar. Por el contrario, una estancia de investigación en una universidad extranjera o una solicitud de financiación de material electrónico para fines educativos se miran con lupa, no vaya a ser que la gota de agua se caiga del fondo del vaso. Lo mismo pasa con la adjudicación y control milimétrico de ayudas a los más necesitados, como las pensiones no contributivas, que hay que solicitar y renovar cada año, no vaya a ser que la anciana viuda de turno se esté dando la vida padre a costa del erario público, sin haber cotizado nunca, ¡hay que ponerse serio!
En resumen: Al pez pequeño se le trata como potencial culpable de fraude y se le niegan hasta sus derechos legítimos, y en cambio, al pez grande se le presupone honradez y se le da carta blanca para todo lo que quiera bajo la etiqueta de que ‘es legal’. Por no hablar de las abusivas medidas de seguridad en aeropuertos y demás (la mala acción de unos pocos redunda en la calificación y tratamiento como delincuente y terrorista plenipotencial de todos). O la seguridad en los supermercados, persiguiendo a la clientela por los pasillos, presuponiendo que vas a robar porque ya han prejuzgado que eres culpable por tu apariencia física.
Me temo que el problema no es la legalidad, sino la ‘legalidad aparente’ y la discriminación de trato por clase social, y eso sí que es ilegal. La Justicia será ciega, pero sus instituciones ven perfectamente, y así lo reconocía el 21/10/2014 Carlos Lesmes, Presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ: «El modelo de enjuiciamiento criminal está pensado para el robagallinas, no para el gran defraudador».
Notas:
[1] Mercedes Serraller (2014). «¿Por qué pagas más impuestos que Apple?» Ver los capítulos 5 y 10, concretamente las páginas 75 y 159, sobre el BBVA.
[2] Ver las web www.bbvasinarmas.org y www.bancalimpia.com
[3] Dos de las mayores indemnizaciones pagadas en España han sido en el BBVA a José Ignacio Goirigolzarri y Ángel Cano (El Español, 30/03/2016, disponible en www.elespanol.com/economia/20160329/113238977_0.html).
[4] Es el caso de Carlos Fernández Liria, profesor de filosofía en la UCM. Aquí su ponencia de 25/07/2006 censurada por la Fundación BBVA: www.rebelion.org/noticia.php?id=79287
Juan Agustin Franco Martínez. Profesor en la Facultad de Empresariales y Turismo de la Universidad de Extremadura
Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?Fariseismo-financiero-El-asalto-de