A pesar de la lluvia y el frío, más de un centenar de personas hicieron sentir ayer su voz de protesta frente al Centro Hispano Paraguayo en Madrid ante la presencia de Federico Franco, a quien consideran golpista y no reconocen como presidente del Paraguay. Además, como otra medida de protesta, se entregó al Gobierno […]
A pesar de la lluvia y el frío, más de un centenar de personas hicieron sentir ayer su voz de protesta frente al Centro Hispano Paraguayo en Madrid ante la presencia de Federico Franco, a quien consideran golpista y no reconocen como presidente del Paraguay. Además, como otra medida de protesta, se entregó al Gobierno español de Mariano Rajoy una carta, firmada por importantes personalidades políticas, sociales y culturales tanto de Europa como de Latinoamérica, en repudio por recibirle en visita oficial legitimando así un gobierno que surge tras un juicio político en el que no se respetó el debido proceso que garantiza el funcionamiento de toda sociedad democrática.1
Entre los asistentes al acto de repudio se encontraban representantes de organizaciones de paraguayos/as radicadas en Madrid, conjuntamente con organizaciones españolas y latinoamericanas.
Federico Franco se encontraba reunido con la colectividad paraguaya en el local del Centro Hispano Paraguayo, centrando su discurso en las «bondades de su corto gobierno». En un momento del encuentro, ante una pregunta sobre la soberanía territorial paraguaya formulada por un ciudadano paraguayo, el canciller José Félix Fernández Estigarribia aseveró que 185 países del mundo ya reconocieron al gobierno de Federico Franco, a lo que la gente murmuró: «mentira». Acto seguido, una ciudadana paraguaya se puso de pie para increparle diciéndole: «¡mentira! usted es un golpista que usurpó el poder sobre la muerte de 17 paraguayos. En nombre de las viudas, los huérfanos y las madres de las víctimas de Curuguaty. ¡Justicia! ¡justicia!».
Simultáneamente, varias personas en la sala se levantaron con carteles de protesta. Ante esta situación, las fuerzas oficiales de seguridad españolas obligaron a los mismos a abandonar la sala. No obstante, siguieron las preguntas incómodas de personas que también iban abandonando la sala.
Mientras, en la calle se encontraban numerosos activistas de diferentes países latinoamericanos, en varios grupos, que se sumaron a la protesta. Las principales reivindicaciones demandadas fueron: la defensa de la democracia, el esclarecimiento de la masacre de Curuguaty ante la falta de imparcialidad e independencia en el proceso de investigación, el cese de los asesinatos de líderes campesinos e indígenas, la no criminalización de la lucha por la tierra y los acuerdos poco transparentes con las multinacionales como Río Tinto Alcan y Monsanto.
Al finalizar el encuentro, Federico Franco y sus acompañantes tuvieron que salir huyendo bajo fuertes medidas de seguridad, llegando incluso a pedirse refuerzos de la Policía Nacional, que intentó amedrentar a los manifestantes requiriéndoles su documentación.
Los manifestantes consideran que la invitación de Rajoy a Franco no sólo es «la legitimación de un gobierno de origen antidemocrático, sino también el desconocimiento de las decisiones autónomas de procesos regionales democráticos, que ante la destitución ilegítima del presidente Fernando Lugo, suspendieron al gobierno de Paraguay como miembro».
Además de la carta de repudio publicada en diversos medios de comunicación, se hizo una campaña de recogida de firmas por Avaaz, llegando casi al millar en pocos días. También el Grupo Parlamentario Bloque Nacionalista Galego (BNG) se hizo eco de las demandas de la colectividad paraguaya a través de una interpelación por escrito al Gobierno español presentada en el Congreso de los Diputados.2
De esta manera se transmitió tanto al gobierno español como al golpista paraguayo un mensaje claro y contundente en defensa de la democracia y los derechos humanos.
Notas:
1 Ver: http://www.ccprcentre.org/state-reporting/latest-concluding-observations/