Era el año 1965 cuando por primera vez tuve la oportunidad de conocer a «Cachencho», a través de la presentaciones itinerantes que realizaba el «Teatro del Pueblo», por los barrios populares de Santiago. El teatro del pueblo era una instancia cultural promovida por el Partido Comunista chileno, como una forma de producir un acercamiento mayor […]
Era el año 1965 cuando por primera vez tuve la oportunidad de conocer a «Cachencho», a través de la presentaciones itinerantes que realizaba el «Teatro del Pueblo», por los barrios populares de Santiago. El teatro del pueblo era una instancia cultural promovida por el Partido Comunista chileno, como una forma de producir un acercamiento mayor con los sectores populares, en donde no solo estuviera inserta la denuncia o el discurso político sino también el acceso a la cultura, y en este caso específico a través del teatro popular.
Luego con el pasar de los años nos topamos con Fernando Gallardo, en las oficinas de la Discoteca del Cantar Popular (DICAP), allí en la calle Sazie 1738, donde cada cierto tiempo solía aparecer para cobrar algunos pesos por concepto de derechos de autor ,de su disco de canciones infantiles conocido con el título de «Cachencho en la playa», y que era consecuencia de su trabajo en la televisión chilena.
Una de las cosas que siempre me impacto de este obrero de la cultura popular, era la inmensidad de su sencillez, el gran vozarrón que tenía, su aire bonachón y su gran capacidad actoral, logrando ser uno de los profesionales más destacados dentro de la actividad teatral chilena. Y por cierto también me impacto su compromiso con el proceso de cambios que vivía el país, cuando Chile había comenzado a construir su propio destino su sueño posible, cuando el gobierno de la Unidad Popular era encabezado por la figura inmortal del presidente Salvador Allende.
El pasado 18 de septiembre conocimos la triste noticias de su fallecimiento, producto de un cáncer gástrico que le fue detectado el año 2001 y del cual no se pudo recuperar. El deceso de Fernando se ha producido en los momentos en que se encontraba preparando la obra «Jueves y Viernes», con la cual se ganó el premio del Fondart, y que al margen de su partida se estrenara en noviembre próximo en la capital chilena.
Para el actor y dirigente del Partido Comunista, Gastón Quezada la figura de Fernando Gallardo «va a ser siempre recordada por su trabajo en el teatro popular, por el personaje que él creó que es el Cachencho, que lo generó para el mundo infantil durante el gobierno de la Unidad Popular. Además, no va a dejar nunca la retina de todos los chilenos por su creación de Sancho Panza en la obra «El hombre de la Mancha».
El PC, como diversas organizaciones sociales y políticas, junto con la llegada de la primavera y la celebración de las fiestas patrias chilenas, le rindió un homenaje al destacado actor, por su importante aporte al desarrollo cultural chileno y principalmente «porque nunca dejo de entregar su sabiduría a las nuevas generaciones de actores».
Fernando Gallardo no sólo dejo un gran legado en el teatro nacional chileno, sino que también dentro de los militantes del Partido Comunista, donde fue un gran luchador contra la dictadura. Como dicen aquellos que lo conocieron: «Fernando luchó hasta el final con su enfermedad, así como por nuestro compañeros que en el régimen militar eran buscados. El actor no dejó nunca de luchar contra el régimen militar.
En declaraciones para la prensa local, en sus funerales militantes del PC expresarón que el actor «trabajó en la clandestinidad a pesar que era un hombre público. Fue un gran actor también dentro de la lucha clandestina. Tenemos un gran recuerdo de él. Cumplió un papel muy relevante, pués jugó un papel muy significativo en trasladar compañeros hacia la Argentina, salvando así sus vidas, burlando con gran astucia los aparatos represivos de la dictadura».
El actor nacional Aníbal Reyna, quien estuvo hasta los últimos minutos de vida de Gallardo sólo tuvo palabras para expresar que después de despedir los restos del actor «vamos a salir todos un poco más humanos y más hermanos, porque hemos sufrido justo la pérdida de un gran luchador social y de un gran actor».
Fernando Gallardo, en 1981 después de un allanamiento a su casa, fue detenido y torturado por los aparatos represivos de la CNI y luego tuvo que salir al exilio a la República Democrática Alemana (RDA). Regresó a Chile en 1987 y en una primera etapa le costó reinsertarse profesionalmente, desempeñando diversos tipos de actividad para poder sobrevivir.
El actor y también dramaturgo, participó en diversas películas nacionales, innumerables piezas de teatro en Chile, RDA y otros países, también obtuvo reconocimientos a su labor profesional obteniendo premios como al mejor actor. También participó en diversos programas de la televisión chilena, siempre jugando un papel destacado. En definitiva un trabajador incansable de la cultura, trascendiendo hacia lo más importante, su pueblo que siempre amo.