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Fidel o Trump: Socialismo o barbarie

Fuentes: Rebelión

«Después de las elecciones en los Estados Unidos el mundo se ha convertido en un lugar peligroso, ya que las chispas comenzaron a volar en todas direcciones encendiendo el odio y el miedo. Lo hemos visto en la última década en Europa con nuevos inmigrantes y ahora vemos en los EE.UU. que los supremacistas blancos […]

«Después de las elecciones en los Estados Unidos el mundo se ha convertido en un lugar peligroso, ya que las chispas comenzaron a volar en todas direcciones encendiendo el odio y el miedo. Lo hemos visto en la última década en Europa con nuevos inmigrantes y ahora vemos en los EE.UU. que los supremacistas blancos comienzan a catalogar la victoria de Trump como una victoria de la «raza blanca» mientras pintan esvásticas en las paredes«
(Samah Salaime)

 «Revolucionario hasta la médula, [Fidel] liberó a su pueblo de la opresión y de la cultura gringa que lo asfixiaba, expropió y nacionalizó todo lo que antes era de cuatro magnates subordinados a la mafia norteamericana, y ejerció el internacionalismo con la misma potencia que antes había desarrollado para derrotar al tirano«
(Carlos Aznárez)

Creo que nunca la famosa dicotomía que expresara tan magistralmente Rosa Luxemburgo ha tenido plasmación práctica y real de forma tan clara y contundente. Hace pocos días, se nos iba el gran artífice de la Revolución Cubana, el Comandante Fidel Castro, justo pocas semanas después de que los estadounidenses eligieran a su nuevo inquilino para la Casa Blanca, Donald Trump. Pensamos que ambos representan con absoluta fidelidad los dos extremos que la célebre pensadora marxista invocara en su famosa expresión. Fidel fue un símbolo, un referente mundial contra la injusticia y la explotación, mientras que Trump es sólo un subproducto de la perversa sociedad capitalista fría, criminal y calculadora que arrasa pueblos, sociedades y culturas. Mientras Fidel es parte de la memoria colectiva de Cuba, de América Latina y de todos los pueblos del mundo que han tenido que luchar contra un sistema opresor, Donald Trump representa justamente a ese sistema. Y así, mientras Fidel condujo a su pueblo por la senda de la justicia social y se entregó en la lucha por la ayuda y la cooperación con otros pueblos hermanos, la isla y su líder se convirtieron en objetivo enfermizo de Washington, que proyectó toda una campaña de chantajes, sabotajes y bloqueos para asfixiar la economía de la isla, y revertir las conquistas sociales de la revolución.

Mientras Fidel es Humanidad, y un referente ético y moral para muchas generaciones, Donald Trump es sólo un ególatra ignorante metido a político, al que le tendrán que enmendar constantemente la plana, y sacar las castañas del fuego después de sus constantes meteduras de pata. Mientras a Donald Trump se lo dieron todo hecho, sólo ha tenido que administrarlo, Fidel no sólo conquistó para su pueblo la libertad y la dignidad, sin renunciar a sus principios, sino que además obligó al más poderoso imperio del planeta a reconocer el fracaso de su política de hostigamiento hacia Cuba, y a reconducir las relaciones diplomáticas, ante la presión de la comunidad internacional. Y mientras Fidel sirve de referencia y modelo para todos los líderes revolucionarios del mundo, y para todos los procesos de emancipación y de soberanía, Donald Trump es únicamente modelo para las organizaciones racistas, supremacistas, xenófobas y fascistas en general, a tenor de los apoyos que ha suscitado su elección como Presidente tanto dentro como fuera de su país. Porque mientras Fidel conseguía todas estas cosas para su pueblo, ¿qué hacía Donald Trump? Pues administrar la fortuna de su padre, llevar una vida lujosa y excéntrica, expandir su holding inmobiliario, pasearse por diversas series televisivas, y protagonizar un reallity show donde lo que más le gustaba era decirle a los concursantes: «¡Despedido!». Ese es todo su currículum.

Mientras Fidel ofrecía su colaboración y la de su pueblo incluso al enemigo opresor, Washington ensayaba y erraba en diversas formas de asesinar al líder cubano. Donald Trump acaba de manifestar que volverá a dicha política de hostigamiento hacia la Revolución Cubana. La barbarie del imperialismo no puede permitir que a poco más de 100 km. de sus costas exista un pequeño pueblo que haya demostrado al mundo que se pueden hacer otras políticas, y mientras Trump aumentaba su fortuna personal, Fidel se encargaba de erradicar el hambre y el analfabetismo entre su pueblo, y mientras el Gobierno del que ahora Trump es titular se esforzaba en intentar invadir, sabotear y bloquear la economía cubana, y en desatar toda su ira mediante campañas mediáticas de ámbito mundial empeñadas en desprestigiar la revolución cubana, Fidel consagraba su modelo político y social en eliminar las desigualdades, y en universalizar los servicios públicos ligados a los derechos humanos más básicos. Mientras los médicos cubanos son ejemplo mundial de solidaridad y de cooperación, Trump manifestó durante su campaña electoral que eliminará el incipiente sistema sanitario que Obama creó durante su mandato. Socialismo o barbarie.

Y con respecto al gravísimo problema del cambio climático, Fidel se interesó en grado sumo por dicho fenómeno, estudiando y contribuyendo en lo que pudo en concienciar sobre la gravedad del mismo y la necesidad de actuar. Trump, sin embargo, con su estilo necio y arrogante, argumenta que el cambio climático es un cuento chino, y que está dispuesto a deshacer todo lo andado. Sólo el socialismo que germinó en Cuba será capaz de trazar otro camino de producción y de consumo que nos aleje de la barbarie capitalista responsable de aniquilar el planeta, y todos sus seres vivos, incluyendo a la propia especie humana. Por el contrario, actitudes temerarias como las de Trump serán las responsables de conducirnos al abismo y al precipicio climático. Cuando pasen cientos de años, los libros de historia hablarán de Fidel, de sus hazañas, de su valentía, de su tenacidad y de su inteligencia, mientras que posiblemente, el nombre de Trump ni se mencione. Normal: Fidel fue un gigante, y Trump es un fantoche. Fidel es Socialismo, Trump es barbarie. En resumen, mientras Fidel sembró en su pueblo las semillas de la dignidad, de la rebelión, de la valentía, de la tenacidad, de la soberanía, de la humanidad, de la cooperación, del internacionalismo y del socialismo, todas estas palabras ni siquiera tendrán significado para Trump, que desde su tremenda pequeñez se atreve a criticar la inconmensurable y gigantesca obra de Fidel.

A Fidel lo aclamaban por las calles en su paseo triunfal después de derrocar a la dictadura de Batista, mientras que a Trump le han abucheado, y nada más conocerse su pírrica victoria electoral, una marea humana se echó a las calles bajo el eslogan «Not My President!». Y de cara al futuro, lo más probable es que Cuba siga siendo una isla revolucionaria, socialista y antiimperialista, que marque el rumbo y el camino a todos los pueblos que quieran emanciparse del yugo colonial, mientras que los Estados Unidos de Trump seguirán representando el nefasto imperio lleno de indecencia y de agresividad política, responsable del declive espiritual, social, económico y ecológico que representa el capitalismo a escala planetaria. Las diferencias, pues, son abismales, Fidel creó lo más cercano al paraíso en la tierra, Trump contribuirá a crear aún un infierno capitalista más brutal. Socialismo o barbarie: Fidel o Trump. Ustedes…¿eligen?

Blog del autor: http://rafaelsilva.over-blog.es

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.