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Nos deja el caricaturista argentino

Fontanarrosa

Fuentes: Rebelión

Fontanarrosa no es familia de la Pantera Rosa, es uno de los mas geniales dibujantes y creadores de historietas del que tenemos el enorme dolor de anunciar su muerte.

Publico a continuación una comunicación de mi amigo Miguel D. Mena y luego enseguida una pequeña reflexión que le envio:

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Por Miguel D. Mena

Uno se descuida y las noticias te desploman. Fontanarrosa, el caricaturista argentino, se murió. Lo leí el martes pasado, en un locutorio en Barcelona. Después de ese nombre se desatan los fantasmas, los amigos, las hélices oxidadas del pasado. El primero es José Mercader, también caricaturista, cómplice de de tantas aventuras, cronopio mayor en un Santo Domingo que se me quedó como un marcador de libros. Mercader marcador, qué cosas. Algunos de mis amigos se recordarán de «Cachivache», del que sólo salieron dos números y que tantos dolores de cabeza habrá generado aquí y allá. Creo, modestia aparte, que fue la mejor revista ilustrada de los 80, a Mercader sean dadas las gracias. Digo dolor de cabeza y aún cosas peores. ¡Hasta una profesora de la UASD me quemó dos veces en «Historia Universal» porque habíamos publicado unos panties en la portada de un Cachivache! ¡Y yo que pensaba conseguirme algún cum laude por lo menos! En fin, que a veces uno se desea demasiadas pendejadas que también al fin no resuelven nada. La cuestión que Fontanarrosa y su personaje «Boogie el aceitoso» fue uno de los pilares de esa ilusión de dos números. Duro, anti todo, con Boogie gozamos y nos fuimos en banda. A nuestra sociedad le hace falta comprender la importancia de los boogies, ahora que hasta los chinos andan con pedazos de héroes en las metaleras y ni Luperón ni Duarte ni Sánchez ni Mella se salvan. Ay, qué país, donde si no te metes a evangélico tienes que comprarte una casa a 50 años de plazo o tienes que buscarte algún Premio Nacional de lo que sea, lo importante es el premio…
Pues nada, cariño a todos, salud en un sábado donde me apresto a subir 46 peldaños.
Ahh, y estas líneas de cariño y de todo van para Mercader, en sus alturas quebecuás, cerca de los esquimales y de los esquimalitos..

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Miguel,

Hacía ya un tiempito que estaba en la expectativa y con el miedo de recibir esta inminente noticia del Negro Fontanarrosa, ya que supe que estaba muy mal enfermo.

Te agradezco lo escrito aunque creo, que Fontanarrosa es una especie de guía y genio incomparable. Lo mas lamentable de todo eso , es que su obra no se conozca mas allá del círculo de interesados escudriñadores y de su país.

Leyendo la colección de los Inodoros Pereyra, mas de una vez me pregunté si debía seguir haciendo caricaturas o dedicarme por entero al comic, que de hecho podría satisfacer mis locuras de dibujos y literatura al mismo tiempo; y aunque sabiendo, que cierto, que la creación es infinita… al ver esa produccion tanto de Inodoro, como Boogie, me pregunté también mas de una vez , ¿hay posibilidad de hacer otra cosa?

Lo que me fascinaba de Fontanarrosa era ese atrevimiento mas alla de lo que fuera publicable o lo correctamente aceptable en la sociedad. Hubo en mi una total identificación con él y no niego que hasta una fuerte influencia en un pequeño comic que hice sobre Reagan.

Ya con Quino sobrepasamos muchas cosas en cuanto a aceptación; pero Quino es un caballero de la pluma, al igual que Mordillo, con sus pequeñas diabluras que no pueden romper el pudor sino mas bien comprenderse la complicidad de tales atrevimientos.

Con Fontanarrosa no, el Negro es el mas libre y atrevido de los dibujantes argentinos, comparable con ninguno mas que con él mismo. Sus textos van mas alla de la simple literatura, son genialidades.

Por eso creo que fuimos mas que privilegiados de habernos topado con ese material en la librería La Trinitaria en Santo Domingo y también inevitable que pirateáramos (promocionáramos diríamos nosotros) al Boogie en Kachivache en uno de los dos números producidos. Y cierto, era esa nuestra intención, de compartir el Boogie con nuestros amigos, no comercializarlo ya que de los 1,000 ejemplares impresos, no vendimos ni 5 revistas y regalamos la mayoría, lo que en efecto contribuyó a la descontinuación de la producción. Algunos, por su excesivo feminismo, no entendieron absolutamente nada y calificaron al Boogie como una »bestia», sin ver que detrás de ese personaje se escondía el prototipo ideal de sátira a los mercenarios. Con Boogie se da ese fenómeno de que cada tira leída quedaba grabada, por la originalidad y genialidad. Y estoy de acuerdo contigo, con respecto a Kachivache, y no podía ser de otra forma, contaba con gente un tanto fantanarrosa como el Colombo, Luis Diaz, Nadal, René Rodriguez, José Rodriguez, Ramón Tejada…y Miguel D. Mena. Con trabajos como el de Josep Renau, Palomo…

Hoy, el mundo de la historieta está de luto con la partida del Negro, como cariñosamente se le conocía y como yo le conocí en Cuba a través del Turco Salomón.

Le favoreció al Negro haber nacido en Argentina, en Rosario,para poder expresarse con toda sus magnitudes por la existencia alli de numerosas revistas de humor (Hortensia, Satiricón), por haber un público abierto y reconocedor del talento de tantos dibujantes que van desde Oski, Breccia, Lino Palacio (o Flax, creador de Don Fulgencio,Avivato, Doña Ramona), Broccoli, Lorenzo »lolo» Amengual, Geno Díaz, Limura, Cognigni, Caloi, Garicochea, Quino, Mordillo, Nine, Kike, Crist, Rep y muchos otros.

En Clarín, Fontanarrosa publicaba una viñeta diaria, ventaja sobre muchos dibujantes latinoamericanos donde sus directores, grandes »defensores de la libertad de expresión», sólo publicaban pendejadas prefabricadas en Estados Unidos, con sus patos Donald incluidos.

Abrazos