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Foro Internacional sobre el espacio público y la lucha en contra de la segregación en Bogotá

Fuentes: Rebelión

Durante el segundo Foro Internacional de Espacio Público ‘Mejores espacios, mejores ciudades’, que se ha llevado a cabo los días 30 y 31 de julio, la secretaria del Hábitat de la Alcaldía Mayor de Bogotá habló sobre la importancia de la generación de espacio público en el modelo de ciudad para Bogotá en los próximos […]

Durante el segundo Foro Internacional de Espacio Público ‘Mejores espacios, mejores ciudades’, que se ha llevado a cabo los días 30 y 31 de julio, la secretaria del Hábitat de la Alcaldía Mayor de Bogotá habló sobre la importancia de la generación de espacio público en el modelo de ciudad para Bogotá en los próximos años. Maldonado explicó que actualmente el 70% de la ciudad crece en proyectos de densificación (construcción hacia arriba) y conjuntos cerrados, que han generado carencias de espacios públicos, principalmente en zonas periféricas de la ciudad.

«La mayor carencia de espacio público en Bogotá se encuentra en la periferia, y eso significa que en esas zonas, donde se ubica la población más vulnerable, hay desigualdad», afirmó la secretaria y agregó que hay posibilidades de revertir esa realidad si se discuten públicamente las normas y los instrumentos para gestionar espacios públicos como parques y equipamientos. «La edificabilidad no debe ser gratuita, debe estar condicionada al aporte de suelo para espacio público y para vivienda de interés prioritario dirigida a la población más vulnerable», precisó (1). Gerardo Ardila, Secretario general de Planeación de la Alcaldía mayor de Bogotá ha enfocado su intervención sobre la «defensa de lo público como eje para buscar una relación responsable entre áreas construidas y espacio público».

Gerardo Ardila, experto reconocido internacionalmente, desde hace más de una década fue Director del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia (ha sido miembro de comités y procesos internacionales como la Iniciativa de Berna para la Migración Internacional y la construcción del Informe de Desarrollo Humano Mundial 2009) – ha destacado la importancia de la lucha en contra de la pobreza y de la segregación, agregando que «la norma no es suficiente para generar espacio público, por eso hay que construir ciudad en una relación directa con el territorio, desde el cuerpo de la interrelación entre seres humanos y naturaleza, en la defensa de las posibilidades de lo público, encima de los intereses de los particulares».

Por su parte Fernando Carrion, catedrático ecuatoriano de FLACSO-Quito, ha subrayado que «el espacio público es una relación social, detrás del espacio público está la política, la cultura, la economía, la historia che no podemos borrar. Es un espacio de confrontación social con diferentes actores donde las mujeres y los niños siempre fueron excluidos. Nuestra óptica no es producir ciudad desde el mercado neoliberal. Desde lo social, el espacio público cobra otro sentido, es territorializacion, es un espacio de mayor intensidad que tiene la infraestructura en la ciudad. El espacio público organiza la vida colectiva. Hay que hablar de la POLIS de la política donde se construye la ciudadanía, la ciudad es el lugar donde se construye la primera forma de participación que es la ciudadanía, con elementos de derechos y de deberes ante la comunidad política y el derecho a la ciudad come concepto político que resalta el experto marxista Harvey. Hay que devolver a la ciudad, la POLIS. Por eso consideramos el espacio público como un lugar significativo, UN LUGAR COMUN, donde se construye el pensamiento cívico (de civitas- ciudad) el espíritu de la ciudad».

Entre los expositores que intervinieron se encuentran: Subsecretario Alejandro Nieto, Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. México D. F.; Fernando Viviescas, arquitecto-Urbanista de la Universidad Nacional de Colombia; Skye Duncan, Diseñador Urbano Senior en la oficina de Diseño Urbano del Departamento de Planeación de la ciudad de Nueva York; María Mercedes Maldonado, Secretaria de Hábitat de Bogotá; Fernando Carrión MENA, Presidente de la Organización Latinoamericana y Caribeña de Centros Históricos y académico en el Departamento en Estudios Políticos de la FLACSO, Ecuador; Gerardo Ardila Calderón, Secretario Distrital de Planeación. Blanca Inés Durán Hernández, Directora del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público de Bogotá; Miguel Y. Mayorga, Arquitecto por la Universidad Nacional de Colombia y ETSA Universitat Rovira i Virgili (Reus). Magister y Doctor en Proyectación Urbanistica por la universidad Politécnica de Cataluña y Augusto Barrera, Ex-Alcalde del Distrito Metropolitano de Quito (2).

Entrevista a Gerardo Ardila sobre el derecho a la ciudad

Yo he conversado personalmente el pasado 24 de julio con el Sr. Gerardo Ardila, Secretario general de Planeación de la Alcaldía mayor de Bogotá y brazo derecho del Alcalde Petro, que ha firmado la carta abierta a Naciones Unidas, juntos a 74 personalidades del mundo académico y de la sociedad civil con relación al tema de los niños/as en situación de calle y de los sectores populares (3).

La entrevista se ha enfocado sobre el tema de la segregación de los niños/as y adolescentes de las periferias y me ha anticipado que pronto lanzara la propuesta de que se acabe con los estratos, por considerarlo un mecanismo inconveniente en la actualidad, puesto que la estratificación había nacido hace 30 años para definir subsidios que ya hoy están en extinción. Argumentó que para entrega de subsidios se puede tener en cuenta el catastro, información que puede ser base para los subsidios, puesto que la estratificación presenta la dificultad de que «cuando mejora una zona sube el estrato y la gente pierde el subsidio. Y mejorar el sector no significa que mejore el ingreso. Por esa razón acabo de regresar después una gira a Europa, visitando Barcelona y Roma donde me he encontrado con el Ministerio del Trabajo italiano» (4).

Roberto Lippi, experto de la ONU-Hábitat, dijo que Colombia es el único país que conoce con una estratificación social para el enfoque de subsidios. Que en los demás países el sistema de subsidios se diferencia teniendo en cuenta la persona, no la zona donde está ubicada su casa. Expuso que la clasificación que se hace con los estratos genera inequidad y segregación. En consecuencia, su postura es de respaldo a la iniciativa del Gobierno de Bogotá, dejando sobre la mesa el anuncio de que Planeación Nacional también evalúa esa iniciativa de acabar con los estratos. Lippi sostiene que la estratificación genera problemas como que los pobres estén juntos y todos los ricos estén juntos en las ciudades; lo cual genera un estigma social sobre la zona donde vive la gente.

Alberto Croce destaca liderazgo Alcalde Petro en Latinoamérica

El alcalde de Bogotá Gustavo Petro viajó a Lima, Perú, para participar del Foro Político sobre Desarrollo de la Unión Europea en aras de fomentar el diálogo en temas comunes a las dos regiones. Este foro realizado el pasado 27 de junio, fue un espacio de diálogo e interacción de organizaciones sociales y autoridades locales, con representantes de la Comisión Europea sobre temas relacionados con políticas, programas e iniciativas sobre Desarrollo y Cooperación de la Unión Europea. Fernando García, subdirector de Asuntos Internacionales, aseguró que el foro reunió a diferentes autoridades locales de otras ciudades de la región, actores de la sociedad civil y a representantes de la Unión Europea. «La idea es contribuir en la definición de un marco de cooperación para el desarrollo entre Europa y las ciudades y municipios latinoamericanos», dijo. «El rol del Alcalde fundamentalmente es intentar que se defina una posición conjunta entre las tres redes más grandes de América Latina como son Mercociudades, Flacma y Redcisur», aseguró.

La Mesa de Articulación a través de su Proyecto Regional tiene como misión el fortalecimiento de las capacidades políticas de las OSC y la instalación efectiva de ambientes social, político y jurídico favorables para su desarrollo y sustentabilidad. En este contexto las OSC latinoamericanas vienen trabajando en la construcción de nuevos espacios de incidencia política que implica la promoción de formas de convivencia social donde las voces ciudadanas sean reconocidas y legitimadas como actores políticos relevantes y en las que se fomente una articulación virtuosa con las políticas públicas. Este es un desafío que se podrá conseguir siempre y cuando la búsqueda de mejores marcos normativos y la consolidación de mecanismos de financiamientos sustentables sean acompañados por procesos deliberativos amplios.

Alberto Croce – coordinador de las redes latinoamericanas LATINDADD, SES, Actoria juvenil, Campaña de Educación, ha declarado al Observatorio sobre Latinoamérica SELVAS: «Petro habló sobre el lugar nuevo de las ciudades en ALC. Presentó a América Latina como la región «de las grandes ciudades», superando a Europa y a los EEUU y habló de los desafíos que tenían las ciudades para la calidad humana de la gente. Entre las conclusiones del foro hay nuevas agendas – y otras que siguen: Recursos naturales y ambiente. Ciudades como ejes articuladores de territorios. Trabajo decente, acceso a mercados y políticas sociales específicas. Reducción de las desigualdades y nuevo pacto social redistributivo. Integración regional y agenda global. En qué debemos capacitarnos: formarnos en pensamiento estratégico. Hay que repensar las relaciones con el Estado pero, también las relaciones con la sociedad», concluye Alberto Croce en la entrevista con Morsolin Cristiano. Aumenta la segregación en Bogotá

Gracias a índices de análisis depurados y confiables diseñados por investigadores en estadística de la Universidad Nacional de Colombia se obtuvo un panorama específico sobre la segregación espacial en la Capital colombiana. Se tiende a creer que todas las familias de un mismo barrio o sector tienen las mismas condiciones socioeconómicas; en este sentido, las encuestas acuden a indicadores que generalizan sobre este tema, lo que no permite ver la realidad de forma más detallada. Un grupo interdisciplinario de investigadores de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá desarrolló nuevos índices de análisis basados en los entornos económicos y en las condiciones propias de cada hogar. Estos fueron incluidos en el más reciente estudio «Segregación Socioeconómica en el Espacio Urbano de Bogotá, D.C.», liderado por la Alcaldía Distrital en septiembre de 2013. Se destacan dos indicadores estadísticos en particular: el de segregación residencial socioeconómica (SRS), que incluye variables como ingreso y gastos de los hogares, costos en educación y pago de servicios públicos. Y el índice de segregación de acceso socioeconómico (SAS), que incluye variables como área total de vías, de andenes y de parques. Para su construcción se tuvieron en cuenta los resultados de la encuesta multipropósito realizada en el año 2011 e información adicional de catastro y servicios públicos domiciliarios. Se hicieron encuestas en 16.500 hogares de la capital, distribuidos en toda la ciudad, y se compararon los resultados obtenidos en el año 2007 con los del actual estudio. Los datos concluyeron que los habitantes del Distrito lograron, en los últimos años, mayor acceso a bienes públicos (colegios, parques y hospitales) sobre todo en algunas localidades. Esto incidió en una mejor calidad de vida. Pero según el profesor Luis Alberto López, director de la investigación, se observa que la segregación aumentó entre los años 2007 y 2011 de 0,25 puntos a 0,3. Esto se explica, principalmente, por las variables económicas. De acuerdo con estos datos se estableció que las localidades menos segregadas son Teusaquillo, Usaquén, Engativá, Fontibón y Suba. Sin embargo, a los expertos les preocupa que en la ciudad siga aumentando este fenómeno. La brecha es latente en los barrios en donde hay menos lugar para la convivencia de personas de distintos estratos socioeconómicos. «Muestra de ello es que la segregación residencial socioeconómica aumentó en 9% en los estratos altos, mientras que en los bajos se mantiene en el 2%», destaca López. En los extremos están las localidades de Ciudad Bolívar, donde hay más segregación, y Chapinero, donde hay menos. «En esta última, hay una tendencia a una mayor ‘mezcla’ de condiciones sociales», señala el docente.

López manifiesta que los indicadores de segregación que se proponen para el año 2013 tienen como propósito adicional «crear una línea base que, a futuro, sirva para determinar cómo está la ciudad frente a un conjunto de variables que son esenciales para mirar si la dinámica urbana busca una distribución espacial menos segmentada». De forma adicional a los índices propuestos, en el estudio se incluyeron los modelos de econometría espacial, que sirvieron para evaluar el impacto en los hogares de aspectos como el avalúo de los predios y los gastos de sostenimiento. López dice: «Bogotá está bastante segregada por el ingreso económico. Para sustentar esto, se evaluaron en forma multivariada los índices de cada sector (el cruce de varios indicadores) y buscamos incluir un indicador común que midiera efectivamente las diferencias entre una localidad y otra, y entre estratos. Para esto se utilizó el índice de la varianza efectiva (IVE)». Un ejemplo para entender el indicador basado en el IVE es que localidades como Usme tienen características bastante homogéneas por su alta segregación, muy parecidas a las variables estudiadas y encontradas en la variabilidad total de la ciudad. Se halló, además, que este indicador es mayor frente a una localidad como Usaquén, en donde conviven clases sociales más variadas. López añade que es la segunda vez que en Bogotá se trabaja en esta dirección (construcción de índices de segregación), y se espera que la Administración Distrital piense hacia dónde debe direccionar la ciudad con el apoyo de este tipo de estudios y resultados.

En las ciudades colombianas, y en particular en Bogotá, la estratificación ha sido un elemento segregacionista por excelencia, promovido desde las mismas entidades oficiales y organismos del Estado. El profesor López considera que deben establecerse políticas públicas que promuevan escenarios de encuentro de grupos sociales en donde las brechas socioeconómicas se reduzcan. Agrega que la Alcaldía debe propiciar condiciones que le permitan a un colectivo adecuarse a cualquier espacio, «aunque es importante anotar que la segregación nunca desaparecerá». Jorge Iván González, experto en indicadores de desarrollo de la U.N., asegura: «Uno de los puntos centrales de la segregación es el imaginario social; a la gente le da pena decir dónde vive, no da la dirección porque la localidad se convierte en un mecanismo endógeno de discriminación». Esto hace que se convierta en un lastre para las personas, al que se le suman otras dificultades como la movilidad social, el acceso a bienes y servicios y el aumento de la desigualdad en los ingresos. Un buen futuro para Bogotá, según los investigadores, significaría mejorar los equipamientos, las vías y los parques; además, que las escuelas tengan la misma calidad en todas las localidades. Proponen que a medida que haya construcciones y desarrollos urbanísticos nuevos, se busque incluir a diferentes sectores de la población en un mismo espacio. Solo así se puede luchar contra la segregación (5).

Nueva publicación sobre el derecho a la ciudad

Existe segregación cuando se concentra en un mismo lugar gente con las mismas características, ya sean por condiciones sociales, económicas, religiosas, de género, etc. Cuando existe mezcla social la segregación disminuye. La segregación tiene mucha dificultades y consecuencias como la movilidad social y aumenta las brechas en la capacidad de ingreso. Si hay malas escuelas en los barrios pobres, los resultados de los estudiantes no serán buenos, es decir, su competitividad es menor comparada con la que tienen los menores con alta calidad en la educación. Lo ideal de la no segregación es que los niños ricos y pobres estudien en el mismo lugar.

«Toda la parte sur-occidental de la ciudad, como Bosa, Ciudad Bolívar y Rafael Uribe son casos complejos donde la segregación es muy marcada; son zonas muy deprimidas, sin salud, educación, servicios insuficientes, etc., que pueden disminuir su nivel de segregación con el acceso a nuevos equipamientos, vías y el mejoramiento de las viviendas, lo cual aumentaría el nivel de calidad de vida».

Así lo aseguró el Secretario Distrital de Planeación SDP, Gerardo Ardila, durante su intervención en el Seminario «Bogotá, una ciudad que lucha contra la segregación», realizado el pasado 14 de agosto de 2013 en el Auditorio Huitaca de la Alcaldía Mayor de Bogotá, con la participación especial del famoso sociólogo francés Didier Lapeyronnie, docente de la Universidad de la Sorbonne-Paris IV, experto a nivel mundial de las banlieu de Paris.

Sobre este seminario y proceso he escrito el artículo «Capitales de la región andina luchan en contra de la segregación», artículo publicado por el portal de la Organización de los Estado Americanos OEA, septiembre 2013 (6), que es parte de mi nueva publicación «El rescate del derecho a la ciudad en la explosión de los movimientos sociales urbanos. Perspectivas de los niños/as, adolescentes y jóvenes de los sectores populares de Latinoamérica» – Observatorio SELVAS Editor, Bogotá, 2014, donde se encuentra una importante entrevista a Sergio Paulo Pinheiro – Ministro de Derechos Humanos del Presidente Cardoso de Brasil y actualmente Relator ONU sobre Siria.

Paula Nurit Shabel, Profesora de enseñanza media y superior en Ciencias Antropológicas, Universidad de Buenos Aires, en el prólogo de la nueva publicación de Morsolin subraya que «En tiempos de mundial las geografías internacionales parecieras estallar por los aires. El capital globalizado se concentra momentáneamente en un lugar del mundo mientras los sujetos que habitan el espacio popular urbano que lo recibe, hoy en el hermano país del Brasil, sufre ese sobre-explotación al tiempo que ensaya estrategias de visibilización del conflicto en su lucha por el pan, el trabajo y la vivienda. Este libro de Cristiano Morsolin es parte de aquella lucha diaria por una ciudad digna de ser vivida.

Para empezar, porque el escrito es un llamado al internacionalismo activista, que el propio autor pone en práctica. Sus palabras son un reflejo de las variedades y posibilidades del género humano para organizarse y batallar, levantarse, discutir y seguir intentando construir un mundo más justo desde los propios epicentros de la inequidad, que son las ciudades latinoamericanas. Con un estilo fiel a sí mismo, este hombre de múltiples pertenencias, escribe con una curiosidad que proviene del respeto y admiración a la variabilidad humana, a las formas en las que los pueblos han hecho sus caminos. Él quiere aprender de todo y quiere compartirlo después. Para eso parecieran estar hechos sus libros, para transmitirle al mundo que América Latina se está moviendo, que los pueblos se crean y recrean en cada presente que les toca vivir, que aprenden a leer su contexto y a transformarlo con herramientas que provienen de todos los lados y todos los tiempos.

La lectura del libro pasa del análisis de la vida urbana en Quito al caso de Bogotá, a las experiencias de Paraguay y México. Se escuchan las voces de los jóvenes de Brasil al lado de las de Argentina y todos los países parecen de repente más cerca. Su mirada está del lado de acá, pero no pierde ni por un instante de vista las relaciones que esta tierra tiene con el otro lado. Las marcas históricas de la conquista, los años de opresión, los organismos internacionales con sus ataduras, pero también las conexiones entre intelectuales y organizaciones que se apoyan unas a otras desde el otro lado del océano con el objetivo común de forjar una realidad mejor, tal como se muestra hoy mismo en este evento.

El rescate del derecho a la ciudad es también una manifestación geográfica de las resistencias urbanas. Allí donde muchos dibujan un lugar vacío en el mapa de la ciudad, o dejan un espacio en blanco o lo pintan de gris, él lo llena de colores, de vidas que están allí actuando en esos márgenes de la urbanidad modelo. Le pone nombre a esos silencios territoriales que se llaman villa, asentamiento, rancho, favela y derrumba el cliché de la violencia como única relación social posible en esos espacios. Cristiano hace el esfuerzo por ir a ver eso que muchos paisajes quieren ocultar, lo registra, lo vive, lo vuelve propio y luego sale a contarlo, viene aquí a compartirlo, de las periferias a los centros de estudio concibiendo a la geografía como una estrategia posible de visibilización y transformación.

Este libro es, al mismo tiempo, una práctica militante. Su lucha es epistemológica y también material porque viene acompañado de una serie de acciones de Morsolin en esta línea, como la Carta Abierta a Naciones Unidas sobre la situación de los niños en situación de calle firmada por 74 expertos de la academia y la sociedad civil, motorizada por el autor. En cuanto a la disputa por el saber, el libro pone en práctica todas las herramientas de recolección de datos posibles como entrevistas, trabajo de campo, análisis periodístico, notas de opinión, etc. porque la metodología de construcción de conocimiento también es una batalla que se da en esta obra. Necesitamos herramientas nuevas para enfrentar nuevos problemas y por eso Cristiano realiza un quiebre disciplinar y combina en cada uno de sus artículos las más variadas disciplinas sociales. Él mismo está en los bordes de todas ellas saltando de un lado a otro, demostrando que la realidad es más compleja que una categorización científica. Por eso se apoya en todos los referentes posibles, incluye escritos de varios colegas, cita sociólogos, antropólogos, geógrafos, periodistas, pedagogos y, sobre todo, actores de la realidad social, niños, niñas y jóvenes que construyen su conocimiento en la calle, en la vereda, en su trabajo, peleando contra las mafias y los paramilitares, contra la criminalización de la pobreza.

Así, las perspectivas de los niños y niñas, adolescentes y jóvenes de América Latina se revelan en el libro como protagonistas de la urbanidad que viven, son ellos mismos sujetos políticos que disputan poder tanto en manifestaciones públicas como en rutinas cotidianas. Estos sujetos de su propia historia construyen sentidos alternativos a los dominantes y desafían la lógica naturalizada del espacio social al servicio del capital. Desde los movimientos sociales y las organizaciones políticas de la región estos niños, niñas y jóvenes se piensan solos y colectivizados con los adultos en su lucha por la transformación de las condiciones materiales de su existencia, que el libro denomina sabiamente el derecho a la ciudad. Esto es el derecho a la tierra como vivienda, a andar por la calle, a habitar el espacio público y a construir más de estos espacios en todas las urbes, a trabajar en ellas dignamente, a ser objeto de protección del Estado y sujeto de derecho y acción en la propia vida, concluye Paula Nurit Shabel.

El experto Harvey analiza la relación entre el concepto de Derecho a la Ciudad y los movimientos sociales urbanos destacando que: «los movimientos sociales urbanos son una parte vital de la lucha anticapitalista. Y en el grado que los movimientos sociales comienzan a pensar no solo en las luchas particulares como la anti-gentrificación, o luchas en torno a la educación, a la salud, a los espacios públicos, y etc. El grado en que los movimientos urbanos comienzan a pensar la ciudad como un todo, me parece que llega a un potencial movimiento que puede ser una parte vital de cualquier lucha anti-capitalista, y entonces ellos mismos comienzan a demandar tipos diferentes de ciudades, ciudades no dominadas por el capital, y tampoco dominadas por la búsqueda de lucros, pero dominadas por la búsqueda a la creación de un ambiente que sea abierto a actividades creativas y placenteras. (..) Yo creo que es muy importante para la Izquierda darse cuenta de este proceso, de que estos movimientos urbanos tienen un gran potencial de Revolución Urbana. Yo pienso que lo que hemos visto en los últimos años es una revuelta global contra lo que está ocurriendo en las principales las ciudades del mundo. Y cuanto más la Izquierda vea eso, en lugar de hablar de «trabajadores del mundo uníos», sería «ciudadanos urbanos del mundo uníos» en torno de un concepto diferente de urbanización. Me gustaría que la izquierda pusiese más atención en estos levantamientos» (7).

Ese es un desafío todavía pendiente en Bogotá pero hay importantes avances con el alcalde progresista Gustavo Petro (8).

NOTAS

[1] http://www.habitatbogota.gov.co/sdht/index.php?option=com_content&view=article&id=818:qhay-que-reivindicar-el-espacio-publico-en-bogotaq-maria-mercedes-maldonado-&catid=35:noticias-principales

[2] Conoce más información en: http://forointernacional.dadep.gov.co/

[3] http://www.bogota.gov.co/Internacional/ii-foro-internacional-de-espacio-publico

[4] http://www.voltairenet.org/article175698.html

[5] http://diversidadenmovimiento.wordpress.com/2014/07/24/morsolin-entrevista-vice-alcalde-de-bogota-gerardo-ardila-sobre-el-derecho-a-la-ciudad/

[6] Lea el artículo completo en UN Periódico n.º 170  http://www.unperiodico.unal.edu.co/dper/article/aumenta-la-segregacion-en-bogota.html .

[7] http://socialprotectionet.org/content/capitales-de-la-region-andina-luchan-en-contra-de-la-segregacion-argenpressinfo

[8] http://derechoalaciudadflacso.wordpress.com/2014/01/28/el-derecho-a-la-ciudad-y-la-revolucion-urbana-anti-capitalista-entrevista-con-david-harvey-en-quito/
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