Cientos de personas se amotinaron en el circuito urbano de Valencia, tras pagar 420 euros y comprobar que sus entradas no se correspondían con asiento alguno o se trataba de localidades desde las que no se veían los coches de F-1. «Estudiaremos cada reclamación y les intentaremos reubicar en otro lado si es que, como […]
Cientos de personas se amotinaron en el circuito urbano de Valencia, tras pagar 420 euros y comprobar que sus entradas no se correspondían con asiento alguno o se trataba de localidades desde las que no se veían los coches de F-1.
«Estudiaremos cada reclamación y les intentaremos reubicar en otro lado si es que, como parece, no se ve», decían ayer desde la organización del GP de Valencia.
Por otro lado, los realizadores de televisión tienen dificultades para encontrar tomas en las que no se vea un edificio en ruinas, una fachada desconchada o la parte más industrial del puerto lleno de grúas. El polvo y el mal olor inundan gran parte del circuito, algo que pudieron comprobar la alcaldesa Rita Barberá y el presidente Francisco Camps en su paseo por las instalaciones.
«Hemos llegado a la grada y cuál no ha sido nuestro estupor cuando hemos comprobado que nos habían vendido entradas de localidades que no existían», denunció im esèctador. En la grada nadie les atendía, en la oficina de coordinación de Valmor Sports, la empresa creada única y exclusivamente para organizar este GP, no querían saber nada. «Lo primero que nos dijeron fue que había mucha picaresca y que podría tratarse de entradas falsificadas por los reventas. Es indignante», decía otro.
Casi todos los que reclamaban habían adquirido la entrada tres meses atrás en El Corte Inglés junto con el tren o avión y el hotel. Desde El Corte Inglés aseguraban que «tenían los teléfonos colapsados por las quejas».
Además de no verse la pista, no hay ninguna pantalla para seguir la carrera y los tiempo. «Se han intentado lavar las manos hasta que nos hemos amotinado en esta oficina. Entre nosotros hay un abogado que habla de estafa por el importe de las entradas y dice que demandará a los organizadores».
Además, el fracaso del Gran Premio, tras la multimillonaria cifra desembolsada por el gobierno valenciano (del PP), puede ser absoluto si como se prevee no se alcanza ni la mitad del aforo.