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Entrevista a Rafael Díaz-Salazar sobre su libro Educación y cambio ecosocial (II)

«Frente a las escuelas neoliberales, sean públicas o privadas, propugno un modelo de escuelas para el cambio ecosocial»

Fuentes: Papeles de relaciones ecosociales y cambio global

Nuestro entrevistado es profesor de Sociología y Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense. Realizó con Francisco Fernández Buey su tesis doctoral sobre Antonio Gramsci. Ha publicado libros sobre la persistencia de la clase obrera, los trabajadores precarios, el pensamiento político de Gramsci, la izquierda y el cristianismo, los movimientos […]

Nuestro entrevistado es profesor de Sociología y Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense. Realizó con Francisco Fernández Buey su tesis doctoral sobre Antonio Gramsci. Ha publicado libros sobre la persistencia de la clase obrera, los trabajadores precarios, el pensamiento político de Gramsci, la izquierda y el cristianismo, los movimientos sociales altermundistas, la laicidad, las desigualdades internacionales. En los últimos años está investigando sobre ciudadanía democrática y educación.

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SLA: Las cuatro citas iniciales marcan mucho el contenido de tu libro, te señalaba. La primera es de Octavio Paz. La has comentado ya. La segunda es de Donatella della Porta y Mario Diani: «Cuanto más intensa sea la socialización en una determinada visión del mudo, más impetuosa será la acción». Esa socialización intensa, ¿no puede conllevar mirar sólo a través de unos determinados ojos-visión?

RDS: La educación ha de socializar en el pensamiento crítico y dialéctico y en el diálogo intercultural para evitar cualquier tipo de fanatismo. También ha de ser un ámbito de deliberación sobre el tipo de vida personal y social que deseamos. La educación de los deseos y las pasiones morales es fundamental.  

SLA: La tercera es de Naomi Klein: «La tarea consiste fundamentalmente en articular, no solo un conjunto alternativo de propuestas políticas, sino una visión alternativa del mundo que rivalice con la que late en el corazón mismo de la crisis ecológico». ¿Por qué rivalice?. ¿No puede ocurrir que estés exigiendo a la educación más de lo que ella puede darnos?

RDS: El capitalismo también es un modo de producción de cultura que formatea aspiraciones y objetivos vitales. A través del currículum escolar convierte en naturales las formas de organización social dominante. Son muy interesantes los estudios sobre el currículum oculto, sobre lo que se enseña y lo que se deja de enseñar en las escuelas, las familias, los medios de comunicación, etc. Vivimos en una sociedad de ciegos ante la catástrofe social y ecológica. Necesitamos escuelas del despertar y de iniciación al activismo ecosocial. Hay una obsesión con la innovación didáctica que sirve para no afrontar el gran tema: de qué se habla en las escuelas y en las familias, cómo los conocimientos que se difunden sirven para el cambio ecosocial o para la reproducción de este mundo roto en el que vivimos.  

SLA: La cuarta cita es del Papa Francisco: «La educación será ineficaz, y sus esfuerzos serán estériles si no procura también difundir un nuevo paradigma acerca del ser humano, la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza». ¿Ese nuevo paradigma, seguramente el cristianismo, no es algo antiguo?. ¿No citas en demasía al Papa Francisco? Parece que lo consideres un pensador de primera magnitud, un Sócrates cristiano del siglo XXI.

RDS: El nuevo paradigma, que recibe aportaciones del cristianismo, es la ecología integral y crítica del capitalismo. No es un intelectual, sino una personalidad de relevancia mundial que está desarrollando una crítica muy interesante al sistema capitalista, que propugna una ecología de liberación desde la perspectiva de los empobrecidos del Sur y que es un buen aliado de los movimientos sociales populares. Evo Morales, Naomi Klein, Vandana Shiva, Löwy, Ramonet, entre otros, comparten este diagnóstico. Santiago Alba Rico, un intelectual de Podemos, ha escrito que este Papa es comunista y anticlerical. He querido explorar en dos apartados las aportaciones que realiza a una educación ecologista y anticapitalista. Sólo un izquierdismo ignorante y torpe, que desconoce lo que se requiere para construir contrahegemonía en el sistema-mundo, puede despreciar lo que el discurso socioeconómico y ecologista de este Papa significa para la construcción de alternativas. Afortunadamente tú eres un marxista inteligente y recordarás lo que escribió e hizo Togliatti en el ámbito de las relaciones de la izquierda con el mundo cristiano. Y lo que escribió Paco Fernández Buey sobre esta cuestión. 

SLA: Lo recuerdo y gracias por el cumplido. Una sorpresa: en el libro citas a Marx en una sola ocasión. ¿Por qué?

RDS: Conozco mucho más la obra de Gramsci que la de Marx. Del primero he leído las obras completas y del segundo sólo seis libros. Hay que escribir de lo que se conoce bien. Me parece que para la educación Gramsci es más relevante que Marx. 

SLA: ¿No hay mucho humanismo y muy escasa lucha de clases en tu exposición?

RDS: Planteo desde el principio que la educación es fundamental en la reproducción de la dominación de la clase capitalista y sus aliados. Por eso, formulo propuestas para una educación contrahegemónica que empodere a las clases subalternas. Frente a las escuelas neoliberales, sean públicas o privadas, propugno un modelo de escuelas para el cambio ecosocial. 

SLA: Sabrás disculparme por la pregunta: ¿has escrito un libro cristiano básicamente para cristianos con la finalidad de convencer a ciudadanos laicos abiertos a esta concepción?

RDS: He escrito un libro laico desde la convicción de que la laicidad es el marco para el diálogo intercultural entre personas que tienen convicciones, religiones e ideologías diversas. Convendría que se conociera el «Jesús para ateos» de Passolini, Ernst Bloch, Milan Machovec, Simone Weil, tan querida por nuestro común maestro Paco Fernández Buey. Recuerda la importancia que tuvo para él el estudio de la vida y la obra de Bartolomé de Las Casas, aquel gran cristiano. Propugno una fecundación de la educación desde las sabidurías ecológicas y exploro las aportaciones de una de ellas, la del Evangelio de Jesús de Nazaret. No es la única ni la mejor, pero se puede aprender mucho de ella, independientemente de que se sea cristiano, agnóstico o ateo. 

SLA: Por cierto, ya que estamos en este punto, ¿qué es para ti el cristianismo? ¿Una religión, una concepción del mundo, una forma de vivir, un programa para la acción?

RDS: Existen muchos tipos de cristianismos y muchas formas de concebirlo: como religión, como mensaje moral y social, como antropología, etc. Personalmente considero que el cristianismo del Evangelio es una religión de liberación que posee una gran potencialidad para el cambio ecosocial. Actualmente es una de las principales inspiraciones que alientan la lucha de millones de activistas en todo el mundo, especialmente en los movimientos del ecologismo de los pobres. Boaventura de Sousa Santos y Terry Eagleton, dos de los principales intelectuales de la izquierda altermundista, han escrito con lucidez sobre esta cuestión. Te recomiendo sus libros Si Dios fuese un activista de los derechos humanos y Razón, fe y revolución

SLA: Tomo notas de ambos. Hablas en ocasiones de materialismo asociado al consumismo del capitalismo y dejas en buen estado el concepto de materialismo. ¿No sería mejor hablar de economicismo? Muchos materialistas son muy austeros. Jorge Riechmann, por ejemplo, al que citas muchas veces en el libro, sería un ejemplo.

RDS: Hay diversos tipos de materialismos y, desde luego, mi perspectiva está en las antípodas del espiritualismo que se despreocupa de las condiciones materiales para una vida digna. Me centro en el materialismo capitalista y su sistema de alienación. El capitalismo educa a los sujetos para que tengan como objetivo vital la obtención del máximo nivel de bienes materiales, de consumo y de confort. Por eso, la afirmación ecologista «vivir mejor con menos», que debe guiar los proyectos educativos, es radicalmente anticapitalista. No creo que el aumento constante del bienestar material deba ser el objetivo de nuestra sociedad. Prefiero el paradigma del buen vivir

SLA: Hablas en alguna ocasión, lo has hecho en esta entrevista, de escuelas públicas, concertadas y privadas. ¿Estás de acuerdo con los conciertos con escuelas privadas?

RDS: La Fundación que edita esta revista tiene escuelas propias que están concertadas. Su presidente ha escrito una reflexión muy interesante para legitimar la existencia de un tipo de escuelas de iniciativa privada que prestan un servicio público. Comparto la posición de la FUHEM. Para mí, lo fundamental para garantizar la justicia escolar es una potente red de escuela pública auspiciada por el Estado. Ahora bien, lo público no se puede identificar con lo estatal. Defiendo la legitimidad de escuelas cuyo titular no es el Estado y que estén vinculadas a iniciativas de innovación escolar y a proyectos educativos inspirados en culturas de transformación personal y social. Recuerda que la Institución Libre de Enseñanza, la Escuela Moderna de Ferrer i Guardia, las Escuelas del Ave María de Andrés Manjón y muchas escuelas nuevas en Europa eran lo que denominas privadas. Ellas han sido fundamentales en la innovación educativa y siguen siendo fuente de inspiración. Otra cosa es la concepción neoliberal del derecho a la educación, a la que me opongo rotundamente. Creo que la fórmula de conciertos sometidos a condiciones muy precisas puede contribuir a la renovación de la educación. Existen en la muy laica Francia. 

SLA: ¿Debe enseñarse la religión y las religiones en la escuela pública? ¿En asignatura aparte o como parte de otras asignaturas como historia, filosofía, etc?

RDS: Estoy en contra de la enseñanza confesional de las religiones en las escuelas. También me opongo a quienes rechazan cualquier tipo de enseñanza de las religiones. La sociología de la religión o la filosofía de la religión están presentes en las Universidades públicas y a nadie se le ocurre suprimirlas. Defiendo una asignatura no confesional sobre el hecho religioso y las religiones que sea común para todos los estudiantes, con un temario y un profesorado independientes de las iglesias. No se puede entender el mundo actual, las culturas y la política internacional sin conocer las religiones. Para el diálogo intercultural e interreligioso con los inmigrantes es una enseñanza fundamental. 

SLA: Citas en muchas ocasiones en el libro a un amigo y maestro común, Francisco Fernández Buey. Ya has hablado de él en esta conversación pero permíteme insistir. ¿Qué representa para ti el autor de Leyendo a Gramsci?

Una de las personas que más me ha influido en mi vida. Un verdadero maestro. Además de su pensamiento sobre numerosas cuestiones, aprendí de él lo que llamaba la ‘poliética’: la honestidad moral y su vínculo con el compromiso político. También su talante de «insumiso discreto». 

¿Cuál es su principal legado en tu opinión?

RDS: La inteligencia y la acción puesta al servicio de los «de abajo»: los humillados y empobrecidos del mundo por el sistema capitalista y su dinámica ecocida. Destaco su análisis de la crisis de civilización que atravesamos y su concepción de la ecología política de la pobreza. 

Pues también coincidimos en lo que acabas de señalar. Gracias, muchas gracias querido y admirado Rafael.

Primera parte de la entrevista.

 

Fuente: Papeles de relaciones ecosociales y cambio global nº 134, invierno de 2016. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.