Galicia amaneció arde por los cuatro costados y más de cinco mil bomberos respaldados por pobladores luchan por extinguir las llamas que han causado tres muertos y amenazan zonas pobladas. La situación se torna dramática, los vecinos de la zona no durmieron anoche, mientras se registran cerca de un centenar de fuegos, más de 60 […]
Galicia amaneció arde por los cuatro costados y más de cinco mil bomberos respaldados por pobladores luchan por extinguir las llamas que han causado tres muertos y amenazan zonas pobladas.
La situación se torna dramática, los vecinos de la zona no durmieron anoche, mientras se registran cerca de un centenar de fuegos, más de 60 sin controlar, para lo cual parecen resultar insuficientes los 40 medios aéreos y los 250 carros bomba que se utilizan para sofocarlos.
También conspiran contra su extinción los fuertes vientos del noroeste que soplan con más intensidad de lo acostumbrado.
La víspera se reunió la Comisión Interministerial de lucha contra Incendios para examinar la grave situación en esa y otras comunidades, donde miles de personas han sido evacuadas.
La Xunta de Galicia, gobierno regional, solicitó ayuda al ejecutivo español ante la furia de las llamas que han consumido miles de hectáreas.
Mientras, el ejército también coopera junto a la guardia civil en la extinción de los fuegos más violentos.
La última víctima mortal se registró la noche del domingo, un voluntario de 74 años de edad que colaboraba con los bomberos. Con anterioridad dos mujeres fallecieron carbonizadas dentro de un automóvil.
Por el momento, los fuegos más intensos tienen lugar en la provincia de Pontevedra, donde el gobierno declaró la alarma 2.
Mientras, en la alerta 1, que indica riesgos para las viviendas y zonas pobladas, se dictó en Pontevedra para Cotobade, Redondelas, Pazos de Borbén y Soutamaior, así como en los de Muros y Ames, en A Coruña.
Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ratificó a la administración gallega que tiene a su disposición los medios del estado para afrontar los siniestros.
Paralelamente, en Girona la situación amaneció bajo contro, a pesar de los fuertes vientos, pero allí también realizaron evacuaciones de poblaciones para evitar males mayores.
Hasta el momento, en Galicia han sido detenidas cinco personas sospechosas de ser los pirómanos, tres ayer y dos hoy, pero dos fueron puestas en libertad.
Las autoridades consideran que la mayoría de los fuegos son provocados, aunque carecen de evidencias, y por ello este año se endurecieron la leyes para quienes los desatan.
Las penas pueden ser superiores a los 10 años de cárcel y se prohíbe la siembra de los terrenos afectados hasta después de 30 años.
También se pretende evitar que se use la quema con cualquier tipo de propósito, entre ellos el de despejar terrenos para luego proceder a las construcciones.