Análisis conjunto de La Haine-Galiza y La Haine-Euskal Herria
Cualquier análisis medianamente riguroso de la jornada electoral que ha trascurrido en Vascongadas, o la CAV si se prefiere y Galiza desemboca en la constatación del triunfo de las derechas en ambas «comunidades» que gusta decir a las y los españolistas. Y decimos «comunidades» porque en el caso vasco, no han sido unas elecciones realizadas en la totalidad de la nación vasca, sino tan solo en tres de sus siete provincias.
Cabría pensar que en el caso galego el PP ha visto reforzadas sus tesis y políticas en las urnas, pero no se puede afirmar tal cosa con tanta alegría. La abstención de nuevo ha rallado altos niveles, lo que habla del hartazgo del pueblo galego de un sistema electoral que entienden es un callejón sin salidas que no resuelve su día a día. Pero más que triunfo de las derechas, cabría pensar en un fracaso de las izquierdas y del nacionalismo. Y afirmamos esto, porque no en vano el PP pese a lograr tres escaños más, ha perdido miles de votos, votos que no han ido a ninguna parte, quizás porque nadie los merezca.
El PSOE y el BNG, han compartido batacazo y sus míseros resultados hablan bien claro de la podredumbre, de dos partidos que hace años se decantaron por el juego electoral, absolutamente lejos de la calle y de las preocupaciones ciudadanas. AGE, el experimento inspirado en la experiencia griega de Sriza, pese a haber entrado en el parlamento galego con 7 diputados no ha cubierto objetivos y queda lejos de los resultados esperados. Con una crisis capitalista galopante y con la evidencia de la necesidad de una Galiza soberana y de izquierdas, mezclar socialdemócratas con supuestos revolucionarios, estatalistas con soberanistas y federalistas ha dado como resultado una falta de referencia en amplios sectores de la sociedad galega, que no se han visto representados por esta izquierda de laboratorio.
En una Galiza minifundista, con mucha presencia aún del cacique y desencantada del juego democrático, en estas condiciones estaba cantada la victoria de la derecha, pese a haber perdido muchísimos miles de votos. Más que un triunfo de la derecha es una derrota de la izquierda y del soberanismo «moderado», que una y otra vez, dejan a la derecha ganar a placer. El PP amplia su mayoría absoluta y sobre todo se amplia el desengaño de mucha gente en Galiza con el actual status político. La abstención habla por sí sólo.
Referirnos a vascongadas o la CAV es referirnos a otro triunfo de la derecha, desgraciadamente. Y es que quien piense que la derecha tan sólo es el PP, se engaña a sí mismo.
El PNV ha logrado una victoria amplia que ni ellos mismo se lo creían hace apenas dos días. Un PNV que no se ha cortado en afirmar que no piensa divorciarse de España y que aplicará políticas liberales y antipopulares desde Ajuria Enea. Las declaraciones de Urkullu en el caso del TAV o el Puerto de Pasaia, así lo demuestran.
Y es en esta crisis capitalista donde el PNV ha logrado esos resultados tan amplios, en una sociedad que también se ha abstenido en un número considerable de personas. Como vemos la realidad galega y vasca no son tan diferentes y es que el PNV y el PP no son muy diferentes en políticas anti populares y de derechas.
EH Bildu si bien ha logrado unos buenos resultados no han llegado a lo esperado y existen varios elementos analizar seriamente como son los resultados en Gipuzkoa, Donostia y determinadas poblaciones importantes vascas.
Quizás sea el momento de que los movimientos populares se pongan las pilas y empiecen a realizar un trabajo cotidiano de concienciación anti capitalista, ecologista, anti-TAV y muchos etcéteras porque la realidad sobre todo la cambia el trabajo de las personas que se organizan en los movimientos populares que para poner un ejemplo práctico, lograron cerrar Lemoiz.
El españolismo se ha dado un monumental batacazo, que no es tanto, porque se prevé un gobierno PNV-PSOE que afirmará el poder español durante mas años al estilo de los gobiernos de Ardanza, tan añorados por el PNV más pragmático. No esta pues en peligro, el status español en la CAV que también va a ser gobernada por una derecha conservadora.
Quien piense que Galiza y Euskadi son muy diferentes, se engaña. En ambas realidades campa a sus anchas la derecha, ya sea centralista o autonomista, pero derecha. El trabajo para los organismos populares en ambas realidades en gigantesco y desde mañana, es obvio la necesidad de afrontarlo.