Y con Gareca los resultados han sido desastrosos, obteniéndose 5 puntos en ocho partidos (20,8%), quedando Chile en el último lugar y virtualmente quedando fuera del próximo mundial, en circunstancias que nunca había sido más fácil clasificar ya que esta vez se ampliaron los cupos sudamericanos a 6 seguros, más un séptimo, de ganar el repechaje. Pero quizás lo más increíble es que Gareca ha manifestado sus deseos de continuar señalando que ha estado mejorando el rendimiento de la selección en los últimos partidos.
Sin duda que Ricardo Gareca fue un entrenador exitoso con varios clubes peruanos y argentinos hasta 2014 en que tomó la dirección técnica de Palmeiras con malos resultados. Luego se hizo cargo de la selección peruana en 2015 donde comienza a forjarse un verdadero mito. Si bien mejoró claramente su rendimiento en diversas copas Américas, lo que particularmente se realza es que logró clasificar a Perú para el Mundial de Rusia en 2018, luego de 36 años de ausencia (1982). Sin embargo, se oculta algo crucial en dicha clasificación: Que aquella se logró ¡gracias a un regalo de Chile! En efecto, de acuerdo al desarrollo estricto de los resultados de los partidos, Perú quedó séptimo con 23 puntos. Y Chile quedó quinto con 24 puntos, con mejor diferencia de goles que Paraguay que obtuvo el mismo puntaje. En ese entonces se clasificaban por Sudamérica cuatro selecciones y una quinta iba a repechaje. Y casi con seguridad –con el equipo de la “generación dorada”- Chile habría superado (como lo hizo Perú) a Nueva Zelanda en dicho repechaje, yendo al Mundial de Rusia.
Pero, ¿qué pasó? Pues que la ANFP –con la “viveza” a que ya nos tiene acostumbrados- “descubrió”, luego del partido con Bolivia que un jugador boliviano estaba mal inscrito y alegó ante la Conmebol los tres puntos, ya que Chile sólo había empatado con dicha selección en el Estadio Nacional. Mientras se jugaba la clasificatoria la Conmebol le dio la razón y, con ello, ganó dos puntos más por secretaría. El “pequeño” problema, que nuestros “vivos” dirigentes no previeron, fue que el mismo jugador había jugado por Bolivia contra Perú, en un partido que Perú ¡había perdido! Con lo cual, la federación peruana -¡siguiendo el ejemplo de Chile!- solicitó y obtuvo los tres puntos respectivos. Y finalmente –con estos cambios por secretaría- Chile y Perú terminaron empatados en quinto lugar con 26 puntos, pero como Perú tenía una mejor diferencia de goles, este último quedó para el repechaje…
Y como la “generación dorada” continuó su decadencia respecto de las dos copas sudamericanas ganadas en 2015 y 2016, para el Mundial de Qatar de 2022 no pudo clasificar quedando séptima con 19 puntos a 5 puntos de Perú que -terminando quinto-, fue al repechaje (con Gareca) perdiéndolo con Australia y quedando también fuera del Mundial. Esa vez, igual la directiva de la ANFP había tratado de obtener su clasificación por secretaría objetando un jugador de Ecuador. Y lo único que logró fue malquistarse con dicho país, al sufrir Ecuador un descuento de tres puntos para la actual clasificatoria al Mundial de Estados Unidos del próximo año. Y, notablemente, en ambos alegatos la ANFP contó con los servicios profesionales del experto abogado brasileño Eduardo Carlezzo (que de leso no tiene nada), con contratos obviamente millonarios…
Luego de no clasificar a Qatar, Gareca dejó la selección peruana habiendo dos versiones. Una, que renunció; y otra, que fue despedido por el presidente de la Federación de fútbol peruana. Y en 2023 tomó la dirección técnica de Velez Sarsfield donde le fue mal, renunciando en el mes de junio (Ver Wikipedia). Y, por otro lado, la selección chilena venía desde hace tiempo en franca decadencia (correspondiendo al deterioro creciente del fútbol chileno en todos los órdenes) rotándose diversos entrenadores a cargo de ella. De partida, en la clasificatoria para Rusia estuvo en los primeros cuatro partidos el argentino Jorge Sampaoli, quien había llevado a la selección (“la generación dorada”) al Mundial de Brasil en 2014 y a ganar la Copa América –por primera vez- en 2015. En aquellos cuatro partidos la selección obtuvo buenos 7 puntos (58,3%). Sin embargo, dada la traumática salida de Sergio Jadue de la presidencia de la ANFP (que lo había traído), y que el Servicio de Impuestos Internos reveló que depositaba su sueldo en paraísos fiscales para evadir impuestos, se vió obligado a renunciar.
Luego se hizo cargo de la selección el argentino-español Juan Antonio Pizzi, con quien Chile ganó también la Copa América del Centenario en 2016. Sin embargo con él comenzó el declive. Así, en 14 partidos se obtuvieron sólo 17 puntos (40%). Aunque, como vimos, ¡un puntaje que de todos modos le habría asegurado prácticamente la clasificación a Rusia, de no haber sido por la “viveza” de la ANFP! Y ya para la clasificatoria al Mundial de Qatar se entró en un franco deterioro. Así, con el entrenador colombiano, Reinaldo Rueda, se lograron en los primeros partidos sólo 4 puntos (33,3%), renunciando al cargo. Y su sucesor, el uruguayo Martín Lasarte, lo hizo casi igual, lográndose 15 puntos en 14 partidos (35,7%).
Y para estas clasificatorias, con el entrenador argentino Eduardo Berizzo se comenzó tan mal como lo había hecho Rueda para Qatar, obteniendo sólo 5 puntos en 5 partidos (33,3%). Ante el descontento general, Berizzo renunció, señalando: “He hablado recién con el presidente de la federación y le he manifestado mi deseo de dejar el cargo. Los resultados no han sido los esperados y es digno reconocer que cuando la cosa no funciona uno debe saber reconocerlo” (Wikipedia). Y después han sucedido cosas todavía mucho más insólitas, dignas de Ripley. Primero, se generó un clima en medios de comunicación y futbolísticos de buscar a Ricardo Gareca como entrenador ensalzándolo sobre todo por su “hazaña” de haber logrado llevar a Perú a un Mundial luego de 36 años de ausencia, ¡olvidando completamente que ello fue, en definitiva, gracias a Chile y no por los resultados futbolísticos del equipo peruano! En seguida, con una ANFP ya en crisis económica se contrató a su equipo técnico por 3,7 millones de dólares constituyéndolo en el tercer entrenador más caro de Sudamérica (Ver Wikipedia), y garantizándole una indemnización de 500 millones de pesos en el caso de pedirle la renuncia habiendo todavía una opción matemática de clasificar.
Y con Gareca los resultados han sido desastrosos, obteniéndose 5 puntos en ocho partidos (20,8%), quedando Chile en el último lugar y virtualmente quedando fuera del próximo mundial, en circunstancias que nunca había sido más fácil clasificar ya que esta vez se ampliaron los cupos sudamericanos a 6 seguros, más un séptimo, de ganar el repechaje. Pero quizás lo más increíble es que Gareca ha manifestado sus deseos de continuar señalando que ha estado mejorando el rendimiento de la selección en los últimos partidos. Lo que sí está claro es que Ricardo Gareca (como Carlezzo) quedará por siempre muy agradecido de Chile. Primero, porque le permitió llevar a Perú al Mundial de 2018; luego porque ¡en Chile mismo lo han ensalzado por el regalo que “le dieron”!; y por último, por haber sido contratado en el declive de su carrera con un sueldo multimillonario…