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Ataque contra la izquierda abertzale

Garzón demuestra que el gobierno espió a Batasuna mientras negociaba

Fuentes: Gara

«La izquierda abertzale, hoy como ayer, y como mañana, tiene un compromiso con la solución que necesita este pueblo. Y tenemos que decirle a Madrid, con total convencimiento, que no tiene un problema con las 23 personas que detuvo en la noche de ayer; no tiene un problema con la izquierda abertzale; Madrid tiene un […]

«La izquierda abertzale, hoy como ayer, y como mañana, tiene un compromiso con la solución que necesita este pueblo. Y tenemos que decirle a Madrid, con total convencimiento, que no tiene un problema con las 23 personas que detuvo en la noche de ayer; no tiene un problema con la izquierda abertzale; Madrid tiene un problema muy grave con un pueblo que quiere ser dueño de su futuro, con Euskal Herria». Pernando Barrena hizo estas declaraciones en medio de un mar de micrófonos, expectantes por conocer la primera valoración de la izquierda abertzale tras la operación policial. La respuesta no pudo ser más contundente: «Euskal Herria decidirá su futuro libre y democráticamente, y se hará aunque Madrid detenga a miles de personas».

El mahaikide destacó que, como históricamente ha hecho, la izquierda abertzale «seguirá luchando por la libertad y la paz para este pueblo».

Frente a la cárcel de Martutene, y acompañado por los dirigentes de Sinn Féin Bairbre De Brun y Pat Rice, además de decenas de personas que habían secundado la llamada de la izquierda abertzale, Barrena es- timó que «estamos ante una campaña política-mediática, intencionada políticamente, que busca golpear al independentismo vasco y hacerle pagar las posiciones mantenidas en el proceso negociador». Una campaña que, según denunció, tiene al PSOE detrás y respecto a la que «bastante medios de comunicación están demostrando un cierto interés en llenar con historias». «En algunas ocasiones se hace un periodismo que simplemente busca objetivos políticos y, en este caso, la vulneración por parte del Estado de los derechos más básicos, como son el derecho de libertad de expresión y el de asociación», reprochó de forma muy crítica en respuesta a las preguntas de algunos periodistas. Y es que, como recordó GARA en su edición de ayer, hacía días que varios medios habían anunciado una inminente operación contra la izquierda abertzale y habían dado pábulo a interesadas filtraciones policiales.

El mahaikide denunció «muy duramente» la operación y la forma en que se habían producido las detenciones, y recordó que cuando algunas de estas personas han sido citadas en la Audiencia Nacional han acudido a Madrid. Por ello, valoró que «sólo hay una explicación, y es que este juez, como es habitual en él, quiere crear e impulsar una alarma social que sólo existe en su cabeza».

Más allá de las formas, para la izquierda abertzale «es claro que ésta es una operación política impulsada por el PSOE contra el independentismo vasco, y que busca el castigo y la venganza». «Venganza por la posición de firmeza que ha mostrado la izquierda abertzale durante el proceso de negociación, y por no agachar la cabeza ante lo que quería imponer el PSOE, un acuerdo que sólo buscaba el desarme y que no respetaba la palabra y la decisión de Euskal Herria», explicó.

Pasarán el domingo

Los 23 mahaikides y militantes de Batasuna detenidos en la noche del jueves por la Policía española en Segura y Olaberria permanecían ayer incomunicados en dependencias policiales, a la espera de que Baltasar Garzón decida qué hacer con ellos.

Según anunciaron ayer fuentes judiciales, es posible que comiencen a declarar ante el juez a partir de las 10.00 de mañana. Algunos de los detenidos, de hecho, ya fueron trasladados ayer a Madrid, como Ibon Arbulu y Ana Lizarralde.

La operación estaría relacionada, según argumentaron estas mismas fuentes, con el sumario 35/02, abierto por el mismo juez hace cinco años, y en la que están encausados numerosos dirigentes de HB, EH y Batasuna. Este sumario fue el marco utilizado por Garzón en agosto de 2002 para ordenar la suspensión de actividades de Batasuna, antes de que meses después el Tribunal Supremo decretara su ilegalización.

Lo cierto es que nadie duda de que esta nueva actuación contra la izquierda independentista se sostiene en criterios de puro oportunismo político, ya que muchos de los detenidos han protagonizado un sinfín de comparecencias públicas en los últimos años, y también son incontables las reuniones que como la del jueves ha celebrado la dirección de Batasuna.

Así, según ha podido conocer este diario, hace dos semanas la Mesa Nacional celebró otra reunión en Agurain, y la Policía española estuvo presente en esta localidad alavesa, en torno a la cual pusieron varios controles. Los agentes policiales controlaron el desarrollo de la reunión e incluso pararon a varios de los participantes, pero no actuaron. Sí lo hicieron el jueves.

Registro en la sede de EHAK

Nada más producirse las detenciones comenzaron a producirse los registros de los domicilios de los militantes abertzales. Registros que se prolongaron durante toda la noche hasta bien entrada la mañana, y en las que se vivieron momentos de gran tensión entre las personas que acudieron a animar a los arrestados y la Policía española.

Uno de los inmuebles que ésta registró, en cualquier caso, no se correspondía con la vivienda de ninguno de los detenidos, sino que se trató de la sede que EHAK tiene en el polígono donostiarra de Belartza.

Desde primeras horas de la mañana varias decenas de policías se hallaban apostados en la sede de la formación abertzale, legal y con 9 parlamentarios en la Cámara de Gasteiz, sin dejar entrar al interior a nadie. Tampoco pudieron hacerlo el abogado Iñigo Iruin ni la portavoz del grupo parlamentario Ezker Abertzalea, Nekane Erauskin, que denunció esta actuación y la calificó de «muy grave».

Los policías entraron al interior sobre las 16.15 horas y estuvieron cerca de cuatro horas. Al registro se llevaron a Joseba Permach y Marisa Alejandro, y los policías se llevaron numeroso material -hasta 85 bultos- entre cajas de cartón, archivadores, carpetas, bolsas, 10 CPU de ordenadores, 4 ordenadores portátiles e incluso una caja fuerte.

Erauskin, junto a los también parlamentarios Julián Martínez e Itziar Basterrika, explicó que los policías habían dejado sus oficinas «patas arriba», y que se habían llevado casi todo lo que había en su interior. La portavoz abertzale hizo responsable de la operación al PSOE, y opinó que su objetivo consiste en intentar «acabar con el independentismo». «No lo van a conseguir», replicó a continuación, para reclamar a los partidos políticos que «condenen de forma contundente» esta nueva actuación del Estado español contra la izquierda independentista.