Revisando brevemente el historial de los grandes medios informativos colombianos, se puede constatar que desde siempre se han comportando como combatientes. Han sido puntas de lanza en la guerra sicológica y de propaganda, dirigida contra los movimientos populares y de oposición política. Son muchos los asesinatos que han producido sus señalamientos, que llaman «informaciones». Con […]
Revisando brevemente el historial de los grandes medios informativos colombianos, se puede constatar que desde siempre se han comportando como combatientes. Han sido puntas de lanza en la guerra sicológica y de propaganda, dirigida contra los movimientos populares y de oposición política. Son muchos los asesinatos que han producido sus señalamientos, que llaman «informaciones».
Con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez se volvieron, unos más que otros, órganos oficialistas. Y en el terrorismo de Estado implantado, asumieron el papel de generales, claro, unos más belicosos que otros. Como en toda familia que se respete, a veces existen roces, diferencias con los gobernantes, pero ante todo es una familia con el mismo proyecto estratégico: mantener el cruel y nefasto sistema social, económico y político.
Esos mismos medios de prensa han rellenado la cabeza de millones de colombianos, para que vean como enemigos de su futuro a los presidentes Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, y Daniel Ortega. Mientras tapan sin dignidad que Colombia ya es casi una colonia estadounidense.
Han formateado la cabeza de esos ciudadanos, incluidos, ¡vergüenza!, intelectuales y militantes de izquierda. Lograron que se crean eructando pavo, mientras los hacen comer estiércol.
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(Articulo dominical de Opinión, publicado en el diario «Correo del Orinoco», N° 8. Caracas, septiembre 6, 2009)