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Geopolítica, neoliberalismo y turismo en los Países Catalanes

Fuentes: ALBA SUD/Rebelión

La del turismo internacional en el último medio siglo constituye una de las grandes historias de éxito de la economía contemporánea. Los Países Catalanes, muy especialmente Baleares, constituyen aquí una auténtica superpotencia global. De hecho, son una potencia receptora de primer orden. Con apenas 70.000 km2 de superficie (equivalente al lugar 118 a escala global) […]

La del turismo internacional en el último medio siglo constituye una de las grandes historias de éxito de la economía contemporánea. Los Países Catalanes, muy especialmente Baleares, constituyen aquí una auténtica superpotencia global. De hecho, son una potencia receptora de primer orden. Con apenas 70.000 km2 de superficie (equivalente al lugar 118 a escala global) y 13,5 millones de habitantes (alrededor de un 0,2% de la población mundial), en 2009 habrían recibido cerca del 3% del turismo internacional, con unos 27 millones de visitantes. La región más turistizada la constituyen las Islas Baleares. Con sus 9,2 millones de visitantes extranjeros en 2009 para una población que se acerca al 1,1 millones, la intensidad turística representa 8,4 turistas por habitante y año.

Paralelamente, Baleares detienen también un llamativo liderazgo de las empresas transnacionales (ETN) catalanas a escala global. Así, si España (tercera potencia mundial en recepción) sitúa 5 ETN entre las 30 grandes del mundo, 4 de ellas tienen domicilio en el archipiélago (Sol Meliá, Barceló, Riu e Iberostar, por este orden). En conjunto, a finales del 2008 ofertaban unas 200.000 habitaciones a través de cerca de 700 hoteles. Además, otras 4 empresas de origen catalán (Husa, Oasis, Fiesta y H10) se encontrarían también entre las primeras 10 ETN hoteleras, con unas 57.000 habitaciones adicionales en cerca de 300 hoteles. Esto se traduce en una creciente deslocalización de la oferta turística hacia el exterior. De hecho, hace tiempo que la mayoría de estas plazas ya se sitúan lejos de los Países Catalanes, con preferencia en el «Gran Caribe» (el estricto, más México, Florida y Centroamérica). Así, la industria turística catalana tiene sus intereses estratégicos fuera porque hace rato que ha empezado a desinvertir en casa por los mismos motivos de rentabilidad que lo han hecho otras ramas industriales.

Aunque existe una multitud de estudios sobre el turismo en nuestro país, ninguno de ellos responde una pregunta obvia: ¿cómo es posible que España, en plena dictadura fascista, se convirtiera en el líder turístico del Mediterráneo? Entre los límites explicativos, destacan tres huecos colosales. Seguimos sin conocer el monto, el origen y la rentabilidad acumulada de las inversiones turísticas reales. Tampoco sabemos casi nada sobre uno de los actores centrales, los famosos touroperadores. Más grave aún: carecemos de una «economía política internacional del turismo». En mi opinión, los orígenes de este proceso radican en el marco de negocio creado en tiempos de Guerra Fría y la revolución neoliberal.

El presente documento propone una interpretación geohistórico que ayude a entender la metamorfosis de la colonia vacacional fascista hasta alcanzar el liderazgo turístico sin fronteras. A continuación se analiza la radical disparidad de intereses entre las empresas transnacionales y las comunidades supuestamente más beneficiadas, especialmente en cuanto al drenaje de recursos a través de los paraísos fiscales extraordinaria contribución al climático.

Documento completo: Joan Buades, «Geopolítica, neoliberalismo y turismo en los Países Catalanes», ALBA SUD, Colección Opiniones en Desarrollo – Programa Turismo Responsable, núm. 10, febrero de 2011.