Se acerca el 11 de abril en Chile, fecha en la cual no solo se realizará la inédita elección para constituyentes, sino también a gobernadores/as, lo que ha generado amplias expectativas en el país, considerando que es la primera vez en la historia que se podrán elegir democráticamente autoridades regionales.
Una elección postergada históricamente, como consecuencia de un centralismo extremo, impuesto en Chile desde 1833, que ha tenido a la ciudad de Santiago como un especie de reino, en donde sus elites han definido política y económicamente los destinos de cada territorio de manera unilateral, como si fueran meros espacios de extracción y explotación de recursos naturales.
De ahí que sean pocos países actualmente en el mundo tan centralistas como Chile (Turquía es uno de ellos), lo que refleja la negligencia completa de la clase política de los últimos 30 años por querer cambiar aquello y de pensar desde las necesidades de las comunidades y territorios.
Asimismo, este centralismo autoritario, durante la dictadura se entrelazó con un fundamentalismo de mercado, que si bien planteó la idea de descentralizar el país a nivel constitucional (1980), no fue otra cosa que el uso de la regiones como meros medios para la sobreexplotación de la Naturaleza, a través del desarrollo privado de diferentes emprendimientos extractivos (forestal, minero, agroalimentario).
Por eso, que esta nueva elección de gobernadores/as ha sido tan esperada, ya que las regiones han tenido que soportar un sometimiento extremo de parte del gobierno central de turno, el cual no le ha importado nada la diversidad cultural y territorial existente de norte a sur del país, y mucho menos los pueblos indígenas que lo conforman.
No es casualidad por tanto, que la elección de gobernadores/as y sus nuevas funciones (coordinación con servicios públicos, asignar recursos a programas, crear políticas de desarrollo) , irá acompañada por la creación de un nuevo cargo regional, llamado delegado presidencial, el cual será designado centralmente y tendrá también importantes atribuciones (fiscalización de servicios públicos y velar por la seguridad).
Es por eso, y como bien ha venido planteando Egon Montecinos, es esperable que estas dos nuevas autoridades, una democrática (gobernador/a) y otra impuesta (delegado/a presidencial), entren en conflicto y no se dé una coordinación en beneficio de los territorios, llegando incluso a la posibilidad de un cogobierno regional.
Por suerte, gracias a la revuelta popular de octubre del 2019, Chile se encuentra dentro de un proceso constituyente, el cual será fundamental en lo que respecta a una discusión en serio sobre la descentralización del país, en donde la autonomía de las regiones vaya acompañada de procesos de participación vinculante de las comunidades.
Ante esto, me parece que de las distintas candidaturas a gobernadores/as de las que se han presentado, hay dos de ellas que están en completa sintonía con las demandas de los movimientos sociales de los últimos 20 años, en donde la crítica estructural al modelo neoliberal extractivista tiene cada vez más fuerza.
Me refiero a las candidaturas de Rodrigo Mundaca (Región de Valparaíso) y Nathalie Joignant (Región Metropolitana), quienes son parte del movimiento socioambiental del país y han sido grandes referentes por la defensa y recuperación del agua en Chile.
En el caso de Rodrigo Mundaca, junto a MODATIMA (Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente), ha impulsado una lucha inmensa contra el monocultivo de paltos y el robo de agua en la Provincia de Petorca, la cual tiene a grandes empresarios y políticos coludidos con el agronegocio.
Lo mismo con respecto a Nathalie Joignant, junto a CCNAM (Coordinadora No Alto Maipo), quienes han llevado una dura pelea contra el Proyecto Hidroeléctrico de AES Gener, el cual está poniendo en riesgo el valle y las cuencas del río Maipo (fuente de agua más importante para la Región Metropolitana),
En ambos casos, son candidaturas que no van solas, ya que van acompañadas por compañeros/as de lucha en la constituyente, en diferentes distritos del país. Los nombres de integrantes de MODATIMA, como lo son Carolina Vilches (distrito 6), Carlos López (distrito 20), Manuela Royo (distrito 23) y María Becerra (distrito 25), como también de la directora de Chile Sustentable, Sara Larraín (distrito 11) y de la vocera de la Coordinadora No Alto Maipo, Marcela Mella (distrito 12), son prueba de ello.
En consecuencia, este 11 de abril es una oportunidad histórica para elegir no solo constituyentes provenientes de los movimientos sociales, sino también a gobernadores/as socioambientales para Chile, situados desde los territorios, y que luchan por autonomías regionales, desde la sustentabilidad, interculturalidad y buenos vivires.