Estos días, se ha divulgado por internet el anuncio de una nueva innovación tecnológica alimentaria, el huevo precascado y envasado en plástico para facilitar su consumo. El anuncio es falso, pero a mi entender es una mentira que acierta reflejando las tendencias en este sector. De hecho, ¿quién no ha visto las mandarinas peladas y […]
Estos días, se ha divulgado por internet el anuncio de una nueva innovación tecnológica alimentaria, el huevo precascado y envasado en plástico para facilitar su consumo. El anuncio es falso, pero a mi entender es una mentira que acierta reflejando las tendencias en este sector. De hecho, ¿quién no ha visto las mandarinas peladas y servidas en gajos listas para comer?
Estos ‘avances’ en la forma de presentarnos los alimentos son solo la punta del iceberg; los verdaderos ‘logros’ tecnológicos se dan, a velocidad de vértigo, en las etapas de su producción. En el sector ganadero, algún día podremos hablar de cómo se han ido seleccionando las cerdas que en mis tiempos de estudiante de veterinaria tenían partos de nueve o diez lechones, y ahora están por encima de 16 o 17 lechones (para desgracia de la madre). Pero donde hoy quiero poner la atención es en el sector agrícola, lo que se conoce ya como agricultura digital o de precisión .
Campos con tractores que se conducen solos
Fíjense, uno de los grandes eventos agrícolas del año tendrá lugar los próximos 26 y 27 de noviembre en Córdoba. La inauguración será a cargo de la máxima responsable de Google en España, quien abrirá dos días de conferencias sobre digitalización, robótica y drones. En principio, poco que ver con el oficio campesino, porque cada vez es más habitual manejar campos con tractores que se conducen solos y que deciden sus acciones a partir de información (de plagas, de humedad del suelo, de otros registros meteorológicos, etc.) que les llega, en tiempo real, de sensores y drones de exploración. No solo -dicen sus promotores- mejorará las producciones sino que permitirá que la agricultura no dependa de personas en el medio rural. Se manejará con un simple teléfono móvil desde el sofá de la capital. Justo lo que no se necesita. Justo una tecnología que provocará todavía más despoblación rural y acaparamiento de tierras. Justo otra tecnología que hará de los y las agricultoras unas marionetas movidas por los hilos de las empresas que controlen los datos y la maquinaria especializada.
La única duda que alberga el avance de la agricultura digitalizada es quién se llevará el gato al agua. En estos años se está viviendo una verdadera batalla por parte de las empresas tradicionales del sector agrícola para hacerse con el control de las empresas de la robótica y el manejo y obtención de macrodatos. Monsanto creó una división al respecto y Bayer, antes de absorber a Monsanto, también se preocupó de adquirir empresas que proporcionan información meteorológica o salud vegetal. El gigante de la maquinaria agrícola, los famosos tractores Deere, se ha especializado en maquinaria automatizada al mismo tiempo que busca fusiones para tener acceso a dicha información digital.
Ninguna de estas empresas de ‘hardware’ será la ganadora. Más bien me imagino que la propia Google, la ‘boss’ del ‘software’, dejará las cosas muy claras en la presentación de Córdoba: «Quien controle los datos, controlará el mundo», dirá, y nos rendiremos a sus pies.
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