«Me place ser el ácido corrosivo sobre la imbecilidad.» (Antonio Gramsci, 1917) «Siamo noi marxisti? Esistono marxisti? Buaggine, tu sola sei immortale… Eppure cosí è: tutti sono marxisti, un po’, inconsapevolmente.» (Antonio Gramsci, 1918) «La carrera revolucionaria no conduce a los banquetes y títulos honoríficos, a investigaciones interesantes y sueldos de profesor, sino a la […]
(Antonio Gramsci, 1917)
«Siamo noi marxisti? Esistono marxisti?
Buaggine, tu sola sei immortale…
Eppure cosí è: tutti sono marxisti,
un po’, inconsapevolmente.»
(Antonio Gramsci, 1918)
a los banquetes y títulos honoríficos,
a investigaciones interesantes y sueldos de profesor,
sino a la miseria, a la calumnia, que sólo
una fe casi sobrehumana puede iluminar.»
(Max Horkheimer, ‘Dammerung’, 1926)
La historia interna de los Quaderni: un testigo de la época carcelaria, y compañero de celda en su primera etapa, Giovanni Lai, recordaba el primer encuentro con Gramsci: «en 1930 me reencontré con él en la Casa Penal… de Turi en Bari. Recuerdo que me reconocí de inmediato. Tenía bien impresa en mi memoria sus características físicas, y me fue muy fácil reconocerlo… Traducía artículos literarios, políticos, filosóficos e históricos, del ruso, del francés, del inglés y del alemán. Leía una infinidad de revistas, literarias, filosóficas y políticas y libros en número sorprendente… pero aquello que me asombraba era que siempre tenía numerosos argumentos de discusión que tenía siempre disponibles.». Otro compañero de prisión señalaba que «a Gramsci en la cárcel… solo le permitían tener cuatro libros a la vez,… leía, escribía, caminaba por la celda concentrado en su pensamiento. De pronto, de improviso, se paraba, escribía rápidamente unas pocas líneas sobre uno de su cuadernos y volvía a caminar…», así le recordaba vívidamente Gustavo Trombetti,1 otro preso político en Turi, que en 1932 convivía diariamente con él para cuidarle de su mal estado de salud. Así componía los famosos Quaderni, su Nachlass inédito, que muchos han definido como un texto de «fragmentación formal», y además Gramsci podía pertrecharse de una buena provisión de libros y revistas gracias a la generosa ayuda de su amigo el economista neoricardiano Piero Sraffa.2 Cuando debía consultar bibliografía extra, se dirigía al almacén carcelario (conocido como il magazzino) en el cual se guardaban las pertenencias excedentes de los presos, allí Gramsci almacenaba en un robusto baúl inglés (el bauletto inglese que menciona en sus cartas),3 su peculiar biblioteca de la cárcel y los cuadernos que completaba. Los Quaderni se escribieron en este curioso circuito panóptico mussolinianne: un derrotero de la celda al almacén y del almacén a la celda. Sin quererlo cumplía aquella máxima de Nietzsche que sentenciaba «solamente las ideas que se tienen caminando tienen algún valor.» Gramsci, que al principio pretendía escribir für ewig, para la eternidad, sin ninguna pretensión de actualidad o de intervención en la coyuntura, comienza a desarrollar un método de escritura adaptado a las condiciones materiales de su emprisionamiento. Y su horizonte es la recomposición del pensamiento de Marx.
Usus scribendi: aunque Gramsci por su pathos político parezca un autor asistemático en la Teoría, en cambio era muy sistemático y casi maniático en el método de investigación, en el trabajo cotidiano de estudio y escritura. Los textos carcelarios de Gramsci tiene de esta manera una lógica doble: en espiral (retornando sobre sus propios pasos para rectificar, ampliar, sustraer o profundizar un punto pasado) y reticular (se puede encontrar una interconexión entre todas sus reflexiones, un hilo rojo de Ariadna) al mismo tiempo. Sus Quaderni tienen un orden latente muy preciso que terminó de tomar consistencia y madurar hacia el año 1932. Quizá la primera división general que puede hacerse es la externa, objetiva, independiente de su voluntad, según la estadía de Gramsci en las cárceles de Mussolini: 1) los cuadernos de Turi (Quaderni 1-17 e A-D) y 2) los cuadernos de Formia (Quaderni 18-29), teniendo en cuenta que algunos de los iniciados en Turi se terminaron en Formia (Quaderni 10, 14, 16 y 17). En cuanto al contenido del Nachlass se pueden clasificar según las características del contenido organizado por el mismo Gramsci: 1) lo que podemos llamar el tipo de Quaderno Miscellaneo, que contienen notas y apuntes de argumentos muy variados, casi siempre con un nexo marcado y concreto con el título de la rúbrica, lo que le permitía a Gramsci una referencia rápida; 2) los del tipo Quaderno «speciale», de carácter marcadamente monográfico, por ejemplo los cuadernos 10-11-12-13-16-18-29, en los cuales muchas de esas notas vienen retomadas y elaboradas en profundidad; 3) los poco considerados Quaderno di sole traduzioni, etiquetados por Gramsci con letras (por ejemplo los cuadernos A-B-C-D), de los que ya hablamos de su traducciones del Marx inédito e incluso una propuesta de libro para el lector italiano; 3) Quaderno miscellaneo propiamente dicho (por ejemplo los cuadernos 1-2-3-5-6-14-15-17), que reúnen exclusivamente parágrafos dedicados a desarrollos argumentales que Gramsci había puesto bajo el foco analítico en el plano de su trabajo; y una última agrupación 4) Quaderno «misto»: todos aquellos manuscritos en los cuales Gramsci había compilado trabajos diferentes, intertextuales con los otros cuadernos: por ejemplo cuadernos que contienen notas misceláneas y aguafuertes, bloques temáticamente homogéneos de parágrafos, reunidos bajo una rúbrica específica (la importante serie «Apuntes de Filosofía», en los cuadernos 4-7-8; las notas de crítica literaria y análisis filológico en las notas sobre el Canto decimo dell’Inferno en el cuaderno 4; los fragmentos sobre el Risorgimento italiano en el cuaderno 9), también entran en esta categoría los cuadernos con notas misceláneas, bloques temáticos y traducciones (cuaderno 7-9) y los cuadernos con traducciones exclusivamente pero con textos originales diferentes (los cuadernos A-B-C). Unificando estos dos órdenes en sus manuscritos, podemos hoy, gracias a la edición crítico-histórico de Valentino Gerratana de 1975,4 reconstruir el proceso de escritura material y las secuencias del laboratorio gramsciano: i) Primera secuencia (febrero 1929-diciembre 1930): trabajo sin solución de continuidad de los cuadernos 1-3-5, utilizando el Quaderno 2 como un suerte de fichero bibliográfico y de hemeroteca en apoyo a los otros cuadernos del período (tal función de éste cuaderno se prolonga hasta octubre de 1931). ii) Segunda secuencia (mayo 1930-mayo 1932): básicamente formada por la primer, segunda y tercera serie de las notas tituladas «Apuntes de Filosofía. Materialismo e Idealismo», aparecen en la segunda mitad del Quaderno 4, en la segunda mitad del Quaderno 7 y en la segunda mitad del Quaderno 8. iii) Tercera secuencia (noviembre 1930-septiembre 1934): comienza con un bloque de notas sobre los intelectuales en el Quaderno 4 (para lo cual Gramsci sustrae, para economizar espacio, parte de las páginas reservadas al estudio del «Canto X» de Dante, que su cuñada Tatiana deseaba que fuera publicado en algún suplemento o revista literaria); prosigue en el Quaderno 6, una transición inmediata en la primera parte del Quaderno 8, luego al Quaderno 9 (que contiene dos grupos distintos de notas de miscelánea, uno a continuación del otro), sigue en el Quaderno 5 y concluye con el Quaderno 17. Paralelo a esta tercera secuencia, Gramsci extiende, en la segunda parte del Quaderno 9, la sección homogénea de Note sul Risorgimento italiano (mayo-septiembre 1932). Finalmente entre agosto de 1931 y junio de 1935 Gramsci utilizará los espacios libres disponibles y residuales en los cuadernos 2-4-5-7-14 y 17. Esto significa que no hay pasajes lineales de un cuaderno a otro, sino de un cuarto o de la mitad de un cuaderno al otro, un regla a la que hay que prestar mucha atención para entender su teoría de manera adecuada. Una lógica gramsciana que muchos han denominado como regola della bipartizione, regla de la bipartición (o incluso tri y cuatripartición) de un Quaderno. El resultado es que Gramsci pensaba cada Quaderno como dos, tres o cuatro cuadernos simultáneos.
Y ahora desde el punto de vista temporal, se puede esbozar paralelamente a la anterior la siguiente periodización:
I) Primer período: del 8 de febrero de 1929 (recordemos la datación de Gramsci en el Quaderno 1) a noviembre de 1930, que abarcan once cuadernos (cuatro de traducciones y siete dedicados a apuntes y misceláneas), de los cuales solo completa dos: el 1 y el 3;
II) Segundo período: noviembre-diciembre de 1930 a marzo-abril de 1932, se abre con el Quaderno 8, y se completan algunos del primer período, Gramsci aquí reformula programáticamente su tarea político-intelectual (tal como la había esbozado primitivamente en el Quaderno 1), etapa en el cual empeña su trabajo en nueve cuadernos, tres de ellos de traducciones y seis de trabajo teórico propiamente dicho, de los cuales cinco provienen del período anterior (se completan los Quaderni 5 y 7, el Quaderno 2 prácticamente queda completo y queda por terminar el Quaderno 8);
III) Tercer período: abril de 1932-diciembre de 1933: Gramsci abandona por completo sus trabajos de traducción, aparecen los cuadernos especiales (los sucesivos Quaderni 10-11-12-13) y puede considerarse la fase más intensa y fatigosa en su trabajo teórico-político en las cárceles, trabajando simultáneamente en ¡diez cuadernos!, seis de misceláneas (se concluyen los Quaderni 4 y 8, y se abren los Quaderni 9, 14, 15 y 17);
IV) Cuarto y último período: enero de 1934- Gramsci trabaja en trece cuadernos «especiales», dos de «misceláneas» y dos monográficos, de los cuales alcanzará a completar el Quaderno 16, mientras el resto de ellos (18-29) quedarán incompletos o semivacíos: por ejemplo en el Quaderno 14 escribirá tan solo diez notas y en el Quaderno 17 cerca de una veintena de parágrafos.5
Togliatti: ¿el Stalin de Gramsci?:6 Dado el estrecho entrelazamiento y evidente interconexión de todos los temas y rúbricas, además de tener en mente el tempo político, se puede concluir que no puede proponerse en el caso de Gramsci más que una lectura unitaria de sus Quaderni. Unidad de inspiración, dentro de la fragmentaridad formal, la inconclusión física y la asistematicidad no-sustancial. No existe en Gramsci «secciones» o compartimientos estancos en sus meditaciones carcelarias, en absoluto, ya que podemos ver que el propio Gramsci reorganizaba constantemente su propio trabajo, y derivaba las cuestiones extrañas a su corpus razonado, que consideraba desbordaban sus reflexiones actuales (o bien por ser periféricas o bien por ser demasiado extemporáneas) a los Quaderni especiales y monográficos. Los Quaderni poseen una historia interna, cuya reconstrucción adecuada es una operación necesaria y preliminar a todo intento hermenéutico de recomposición sistemática y lógica del orden y contenido de su discurso. Indispensable para evitar todo «uso» de Gramsci. Publicados por primera vez parcialmente entre 1948 y 1951, con una edición polémica, plagada de muchas lagunas, omisiones y censura,7 mutilada en ridículas secciones estancas monográficas, tuvieron que esperar para una más o menos exacta y correcta comprensión (teórica, política) hasta la edición de Gerratana de 1975. Lo mismo ocurrió con otra herramienta esencial para entender su pensamiento, su vital correspondencia. Publicada en una sobria pero elegante edición tipográfica con el título de Lettere dal carcere, en el décimo aniversario de su muerte en 1947,8 al cuidado del infaltable curatore Felice Platone, en ella numerosos pasajes que contenían referencias a Bordiga, Trotsky, Rosa Luxemburg y otros «heréticos» incómodos al tardostalinismo, fueron eliminados sin notas editoriales ni advertencias, en una vergonzosa intervención censora.9 Más de treinta años después de este acto de represión sobre el legado literario de Gramsci, el insospechable de izquierdismo Giorgio Améndola recordando el suceso, reconocía en la censura togliattiana una bicefalía perversa: al error de «critica histórica» en la hermeneútica marxista se le sumaba un error político grave (aplicación a la edición de la línea «ufficiale»), lo que generaba una dinámica en la cual se contaminaba uno con otro, en un rizo ideológico que bloqueaba la auténtica interpretación de sus ideas.10 Lo mismo sucedió con su biblioteca personal en la cárcel: expurgada sin pero ni contemplaciones; sabemos que Gramsci poseía al día de su muerte 257 volúmenes de libros y 170 fascículos de periódicos y revistas, un primer catálogo no exhaustivo de todo este precioso material fue hecho por Giuseppe Carbone en 1951.11 Del elenco original fueron separados títulos «comprometedores» para la nueva imagen de un Gramsci «Dia-Mat» ante litteram, entre ellos los más notorios como Bordiga, Bujarin, Korsch, Luxemburg, Trotsky y Tasca, con el argumento que se le daría indirectamente a través de su figura una «inútil publicidad» en Italia, como reconocía el mismo Togliatti.12 Dos años después, en una balance del famoso Instituto Gramsci, creado en 1950,13 su director Ambroggio Donini, un estudioso de las religiones, comunicaba a Togliatti la actualización del catálogo del mismo, ahora acrecentado por más de un centenar de títulos utilizados por Gramsci donados por familiares, amigos y compañeros, subrayándole la eliminación y omisión de «elementos deteriorados o provocadores (como el de Tasca)».14 Gramsci debía esperar mejores tiempos políticos para merecer una lectura honesta y legítima.
En este laberinto ideológico-filológico es muy fácil perderse accidentalmente, «dejarse perder» por razones de manipulación ideológica o tener una incomprensión total de su organicidad, extraviándose no solo su auténtico acento teórico sino incluso su lógica interna y su no-sistematicidad sustancial. En 2007 aparece una nueva edición crítica a cargo de Edizione nazionale degli scritti di Antonio Gramsci integrada en el Istituto della Enciclopedia Italiana, dirigida por Gianni Francionni, pensada en cuatro grandes secciones (cada una de los cuales se divide en varios tomos que sumarían un total de veinticinco)15 destinada exhaustivamente a recoger todos los cuadernos de los que hablamos: quaderni di traduzioni, quaderni miscellanei y los quaderni «speciali» monografici. Ya han aparecido varios volúmenes, como los inéditos Quaderni di traduzioni y el fundamental Epistolario 1-2,16 en el que puede verse inequívocamente la estrecha relación entre su evolución anterior a 1926, en especial la fase del Ordine Novo, su nuevo programa teórico carcelario y los temas fundamentales que giran sin duda en torno a la teoría del retorno a Marx y la temática sobre Americanismo y Fordismo. Finalmente en 2009 tenemos la preciosa e invaluable edición anastática (o fotoestática) de los Quaderni,17 es decir: los cuadernos gramscianos tal cual se escribieron, en el orden cronológico, «così come sono», y «come Gramsci li ha scritti», incluidas la prolija grafía, las cubiertas originales, un aporte definitivo, sin mediaciones, para la correcta apropiación con el merecido rigor filológico que amerita un pensador del calibre de Gramsci.
Primado de la Kritik de la Economía Política: un estudioso francés de Gramsci, André Tosel, no sin razón afirmó que todos los conceptos principales del Marxismo en Gramsci deben ser formulados partiendo del centro de gravedad del concepto de Americanismo para evitar toda manipulación, sea «eticista» o «politicista».18 Las contratendencias del Capital en América y Europa (de las que el Fascismo era una expresión) cuestionaban toda la vulgata marxista oficial, teórica y práctica, en especial la dominante en la IC. Gramsci intenta un ritorno a Marx a través de una reactivación y regreso, controlada filológicamente y exterior a toda razón de partido, a sus propios textos, tanto los incluidos en el canon oficioso como aquellos desconocidos y reprimidos. ¿Gramsci no reconocía a Marx en las líneas generales de la izquierda comunista europea? La tarea no era menor: recuperar la valencia política de la Kritik a la Economía Política marxiana para traducirla en práctica política, eficaz y revolucionaria. Y la lucha recompositiva se transformaba en Gramsci en una lucha en dos frentes, uno interno, cercano, doloroso, en el mismo campo de la izquierda italiana, europea e internacional; el otro contra la propia Ideología burguesa, contra la evidente egemonia americana. Y es en este trabajo crítico que el pensamiento gramsciano alcanza cotas de vanguardismo y sofisticación solo comparables, en la época, a la Escuela de Frankfurt o a pensadores aislados del Dia Mat oficial. Es el caso del desarrollo de la categoría de Americanismo se encuentra estrechamente ligada al desarrollo más maduro de Marx, al IIIº tomo de Das Kapital. Como señalaba Rosdolsky, difícilmente haya otro principio del edificio crítico-teórico de Marx que la crítica académica y no-académica rechace tan unánimemente como su Gesetz de la baja tendencial de la Ganancia. Y tiene su porqué, tanto explicar la motivación ideológica de su rechazo in toto así como su incomprensión metodológica conduce a explicar traducciones políticas erróneas. Esta Ley precisamente, en realidad la otra cara de la Acumulación acelerada que expresa el desarrollo de las fuerzas productivas, se encontrará en el centro de gravedad de las reflexiones gramscianas en la cárcel. La Ley tendencial de baja de la tasa de Ganancia, desde el punto de vista histórico, señalará Marx, es la Ley más importante, «el misterio en torno a cuya solución gira toda la Economía Política desde Adam Smith»19, un auténtico enigma para la moderna ciencia económica, el pons asinorum del Capital. Sin estridente elocuencia, Marx presenta de esta manera su Teoría de la Crisis. Para Marx, por supuesto, la burguesía no se derrumbará automáticamente por el imperio abstracto de la Ley, sería una lectura tosca de Das Kapital, sino que funcionando en la materialidad histórica, el Capital actúa (desde la forma estado) creando lo que llama Entgenbwirkende Ursache, «Causas Contrarrestantes». Hasta tal punto son decisivas estas medidas contratendenciales que Marx le dedicará un entero capítulo a explicar algunas en el tomo III, señalando que «la dificultad que se nos presenta no es ya la que ha ocupado a los economistas hasta el día de hoy -la de explicar la baja de la tasa de Ganancia- sino a la inversa: explicar por qué esa baja no es mayor o más rápida.» Continúa Marx, afirmando que si esto es comprobable históricamente, es que «deben actuar influencias contrarrestantes (gegenwirkende Inflüsse) que interfieren la acción de la Ley general y la anulan, dándole solamente el carácter de una tendencia, razón por la cual también hemos calificado a la baja tendencial de la tasa general de Ganancia de caída tendencial (tendenzielle Fall).», y a continuación Marx describía las más generalizadas hacia fines del siglo XIX: I) Elevación del grado de explotación del trabajo (incluido la introducción del trabajo femenino e infantil); II) Reducción del salario por debajo del valor de la Fuerza de Trabajo (la causa más importante de contención de la tendencia a la baja de la tasa); III) Abaratamiento de los elementos del Capital constante; IV) Sobrepoblación relativa; V) Comercio exterior (incluido el fenómeno colonial); VI) Aumento del Capital por acciones. Por supuesto, nada de esto deroga la vigencia histórica (y lógica) de la Ley, pero debilitan sus efectos, sin ello resultaría incomprensible «no la baja de la tasa general de Ganancia, sino a la inversa, la relativa disminución», ya que la Ley sólo obra en la Historia real en cuanto tendencia (Tendenz), cuyos efectos solo se manifiestan en forma contundente bajo determinadas circunstancias y en el curso de períodos prolongados. Gramsci sabía que la tasa de valorización del Capital global (tasa de Ganancia) es el verdadero «acicate» de la producción capitalista, y la valorización del Capital su único objetivo. La baja de dicha tasa torna más lenta la formación de nuevos capitales autónomos, apareciendo así como una amenaza para el mismo desarrollo del proceso capitalista de producción, promoviendo la sobreproducción, la especulación, la crisis y el capital superfluo. El Capital crea una barrera a sí mismo, atestiguando la posibilidad de situaciones revolucionarias, pero también de reacciones burguesas, de revoluciones pasivas, ya que es la prueba viviente de la limitación y el carácter solamente histórico y transitorio del modo capitalista de producción; Marx dixit: «que éste no es un modo de producción absoluto para la producción de la riqueza, sino que, por el contrario, llegado a cierta etapa, entra en conflicto con el desarrollo ulterior de esa riqueza.»
El desarrollo de esta aplicación creativa de la Kritik marxiana se realizará en torno a dos categorías fundamentales en la obra gramsciana carcelaria como ya señalamos: Americanismo y Fordismo.20 Expresión paradigmática de Gramsci en sus Quaderni, aparece seis veces en ellos, de las cuales cuatro en momentos estratégicos, nodales de su pensamiento: es el undécimo de los «argomenti principali» al inicio del Quaderno 1; titulo de un fragmento denso y de amplia resonancia en el Quaderno 4; 52; apéndice en el catálogo de «ensayos principales» ideados para la famosa «historia de los intelectuales italianos» al inicio del Quaderno 8; título de un Quaderno especial, el numerado con el «22». Las categorías críticas que conforman ambos términos se transforman en uno de sus puntos nodales en el programa definitivo de los Quaderni. Lexicógraficamente, Gramsci apunta a un triple ataque polémico a la Ideología burguesa hegemónica en forma de el desarrollo de argumenti: una crítica a la Política (historia de los intelectuales), una crítica a la Filosofía en tanto Ideología (teoría de la Historia y la Historiografía) y finalmente una Kritik a la Economía Política (Americanismo, Fordismo, Idea-Ford, modelo Meccano).21 En realidad Gramsci está cumpliendo su propio motto metodol´lógico materialista: «Filosofia-Politica-Economia… come elementi costitutivi di {…} un circolo omogeneo» (Q 4; 72).22 La reconstrucción y recuperación de la valencia crítica de Marx pasa por descomponer en la lucha ideológica, teórica y política los elementi costitutivi de la hegemonía capitalista triunfante. Incluso cuando a partir de 1932, fecha de reprogramación de todo su trabajo teórico-político, e inicio de su etapa más productiva e intensa, Gramsci piense en cuadernos especiales, enumera veinte posibles ensayos autónomos, la rúbrica elíptica de «Americanismo y Fordismo» seguirá estando entre sus proyectos maduros. Gramsci es sensible a su importancia estratégica, se trata de la hegemonía americana como modelo del capitalismo europeo, considera estos argumentos como los más fundamentales que está desarrollando en esos momentos sobre el plano intelectual y en especial en el Marxismo.23 En torno a esta urbanización de Marx en las condiciones específicas de Italia y en el contexto internacional del mercado mundial, en el dramático escenario de una derrota general de la izquierda frente al ascenso del Fascismo y el Nacionalsocialismo, es que Gramsci inicia, paralelamente a su recuperación del Marx auténtico, unos intensos y trabajosos estudios paralelos «americanos», que incluyen libros del empresario Henry Ford, análisis de sus invenciones productivas así como emprende la fatigosa traducción del alemán de un número especial de la revista Die literarische Welt dedicada a la nueva literatura realista en los EEUU,24 en la cual aparecían obras literarias de Sinclar Lewis y Upton Sinclair sobre la nueva realidad en la explotación racional del sistema de fábrica, con trasfondo en los trabajadores fordistas, los Blue Collar.25 América será para Gramsci lo que Inglaterra fue para el Marx de Das Kapital. La contratendencia epocal del Capital para enfrentarse a su crisis tendencial es la «Idea Ford». Y aparte el mismo Gramsci reconoce una línea roja de Ariadna, de coherencia y continuidad argumental, entre sus nuevas reflexiones carcelarias y la práctica teórico-política en el Ordine Nuovo.26
Siguiendo el rastro filológico que hemos intentado esbozar, podemos determinar que Gramsci retoma esta dimensión de la Kritik marxiana muy temprano, ya en el Quaderno 1 (XVI) de 1929, en un fragmento titulado «Americanismo». Como se puede ver, desde el mismo inicio de sus escritos, Gramsci «internacionaliza» la cuestión de la revolucion italiana, incluso la cuestión meridional misma. Allí, comentado la tesis sobre el neocorporativismo de Fovel,27 teórico del Stato Sindicale del Fascismo italiano, que sostenía que el elemento neocorporativo debía ser premisa para la «americanización» ex post de la economía capitalista italiana, única vía posible de aumentar su racionalización, eficiencia y competitividad, o sea: para injertar la contratendencia dominante que se desarrollaba en los EEUU con éxito. Gramsci señala que la solución corporativa como preámbulo o ablandamiento de las relaciones de producción italianas es un grave error, y anota que cualquier elemento contratendencial a la Gesetz de baja de la tasa de ganancia descripta por Marx, incluso bajo la forma estatal fascista, «exige un ambiente determinado, una determinada conformación social y un cierto tipo de Estado. El Estado es el Estado liberal, no ya en el sentido del Liberalismo aduanal, sino en el sentido más esencial de la libre iniciativa y del individualismo económico, llegado por medios espontáneos, por el mismo desarrollo histórico, al régimen de los monopolios», contexto que no existe en la formación económico-social italiana por razones históricas y de la propia dinámica de la lucha de clases. La gegenwirkende Inflüsse que describía Marx para ser efectiva depende del «ambiente», de la materialidad e historicidad de cada formación económico-social, del diseño institucional de la forma estado (a su vez una resultante del paralelogramo de la lucha de clases), cada burguesía nacional adapta la solución de la crisis a su situación histórica determinada, y a una fuerza de trabajo determinada (Gramsci denomina a estos presupuestos materiales como «razionalizzazione della popolazione», racionalización de la población, o sea: la re-composición social de la clase obrera).28 La recomposición capitalista, la superación del cortocircuito de la crisis, solo es posible con un nuevo grado de subsunción del Trabajo al Capital, por eso Gramsci está planteando la relación estratégica en el dominio capitalista entre hegemonía y economía. Y a su vez esta temática reconduce a un tema gravitatorio de los Quaderni: la relación entre población nacional, «Pueblo» (concepto burgués, jacobino) y clases trabajadoras (Proletariado). Lo que estaba en juego era la posibilidad de una revolución en el Occidente más avanzado en la crisis más grave del Capitalismo. (Continuará)
Notas:
1 Su testimonio: «In cella con la matricola 7047 (Detenuto politico A. Gramsci)»; en: Rinascita, III (1946), 9, p. 233 y ss.
2 Sraffa pagaba los libros solicitados por Gramsci a la librería de Milán «Sperling & Kupfer», que será la principal proveedora del material bibliográfico desde la cárcel de San Vittorio, pasando por Turi y la última estación en Formia. Sobre la profunda amistad entre Gramsci y Sraffa, un lazo tan profundo y leal como el de Engels y Marx, véase: Nerio Naldi: «The friendship between Piero Sraffa and Antonio Gramsci in the years 1919-1927», en: The European Journal of the History of Economic Thought, 7:1, Spring 2000, pp. 79-114.
3 Francioni, G.; «Il bauletto inglese. Appunti per una storia dei ‘Quaderni’ di Gramsci»; en: Studi storici, XXXIII, n. 4, 1992, pp. 713-741.
4 Antonio Gramsci, Quaderni del carcere, edizione critica dell’Istituto Gramsci a cura di V. Gerratana, Einaudi, Torino, 1975, 4 voll. Con numeración continua de las páginas (el volumen IV está enteramente dedicado al aparato crítico y filológico).
5 Diferimos aquí, a partir del tratamiento de los propios Quaderni, de la datación propuesta por Gerratana en la introducción a la edición crítica, que enumera tres fases fundamentales, véase: Antonio Gramsci, Quaderni del carcere, edizione critica dell’Istituto Gramsci a cura di V. Gerratana, Einaudi, Torino, 1975, «Introduzione», p. XXII y ss.
6 En el sentido de la relación de deformación-dogmatización de Stalin sobre Lenin, irónica fórmula usada por Constanzo Preve en su libro: Ideologia italiana. Saggio sulla storia delle idee marxiste in Italia, Vangelista, Roma, 1993.
7 La edición «togliattizada» 1948-1951: A. Gramsci, Opera. Quaderni del carcere: 1, Il materialismo storico e la filosofia di Benedetto Croce, Einaudi, Torino, 1948; 2, Gli intellettuali e l’organizzazione della cultura, ivi, 1949; 3, Il Risorgimento, ivi, 1949; 4, Note sul Machiavelli, sulla politica e sullo Stato moderno, ivi, 1949; 5, Letteratura e vita nazionale, ivi, 1950; y finalmente 6, Passato e presente, ivi, 1951; tal cual fue traducida por primera vez al español en Argentina por el Partido Comunista Argentino: el PCA producirá, a través de la editorial Lautaro y bajo la coordinación general de Agosti, la primera publicación en América Latina de los Cuadernos de la Cárcel, siguiendo (parcialmente ya que publicó sólo cuatro títulos) la edición italiana organizada temáticamente por Platone y Togliatti en seis libros: en 1958 fue publicado El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce, con traducción de Isidoro Flaumbaum y prólogo de Agosti; en 1960, Los intelectuales y la organización de la cultura, traducido por Raúl Sciarreta; en 1961, Literatura y vida nacional, traducido por José Aricó con prólogo de Agosti; y, en 1962, las Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno, con traducción, prólogo y notas de José Aricó. Aquí se interrumpe. Posteriormente, en 1966, Lautaro se disuelve y vende los derechos de la traducción a la editorial Nueva Visión. En la mitad de los años 70, la editorial mexicana Juan Pablos Editor comienza una reedición completa de los Cuadernos a partir de la traducción argentina y completa los dos volúmenes restantes, siguiendo la edición en seis libros de la editorial Einaudi: en 1977 fue publicado Pasado y Presente, con traducción de Gabriel Ojeda Padilla, y en 1980, El risorgimento, con traducción y notas de Stella Mastrangelo. Finalmente, en 1981 la editorial ERA de México inicia la publicación de la edición crítica de Gerratana de los Cuadernos de la Cárcel que culminará 20 años más tarde, en 2001.
8 Gramsci, Antonio; Lettere da carcere, Einaudi, Torino, 1947.
9 Liguori, Guido; Gramsci conteso. Storia di un dibattito (1922-1996), Editori Riuniti, Roma, 1996, p. 49 y ss. El primero en notar y criticar las ediciones «mutiladas» de Gramsci fue Luigi Dal Pane, que estaba preparando una biografía sobre Antonio Labriola, véase su artículo: «A. Gramsci. Lettere da carcere», en: Giornale degli Economisti; VIII, 1947, 11-12, pp. 672-676.
10 Améndola, Giorgio; «Rileggendo a Gramsci»; en: Critica Marxista, 3, maggio, 1967, pp. 3-45.
11 Carbone, Giuseppe: «Il libri del carcere di Antonio Gramsci», en: Movimento Operaio, II, 4, 1952, p. 640-689.
12 Carta de A. Donini a P. Togliatti, del 18 de noviembre de 1951; en: Chiara Daniele, Togliatti editore di Gramsci, con una introduzione di Giuseppe Vacca, Roma, Carocci, 2005, p. 123.
13 Definido oficialmente como «un centro nacional para la profundización, la popularización, la irradiación cultural del Marxismo-Leninismo en nuestro país», utilizando a Gramsci como instrumento y mediación.
14 Carta de A. Donini a P. Togliatti, del 4 de febrero de 1954; en: Chiara, Daniele, ibidem, pp. 123-124.
15 Las cuatro grandes secciones serían: «Scritti 1910-1926» (sezione diretta da Leonardo Paggi, siete tomos); «Quaderni del carcere» (sezione diretta da Gianni Francioni, seis tomos); «Epistolario 1906-1937» (sezione diretta da Chiara Daniele, doce tomos) y «I documenti (1891-1937)». En relación con la edición Gerratana, se ha mantenido la numeración arábiga original de Gramsci, y no la romana de la cuñada Tania Schucht, además de modificarse no solo la secuencia de los manuscritos sino muchas notas internas dentro de ellos y una datación más exacta de las notas.
16 Sucesivamente: Quaderni di traduzioni (1929-1932); a cura di Giuseppe Cospito e Gianni Francioni, Istituto della Enciclopedia Italiana, Roma 2007; Epistolario 1. 1906-1937-Gennaio 1906-Dicembre 1922; a cura di David Bidussa, Francesco Giasi, Gadi Luzzatto Voghera e Maria Luisa Righi con la collaborazione di Leonardo P. D’Alessandro, Benedetta Garzarelli, Eleonora Lattanzi, Luigi Manias e Francesco Ursini, Istituto della Enciclopedia Italiana, Roma 2009; y: Epistolario 2. 1923-Gennaio-Novembre 1923 a cura di David Bidussa, Francesco Giasi e Maria Luisa Righi con la collaborazione di Leonardo P. D’Alessandro, Eleonora Lattanzi e Francesco Ursini; Istituto della Enciclopedia Italiana, Roma 2011.
17 Gramsci, Antonio; Quaderni del carcere. Edizione anastatica dei manoscritti, a cura di Gianni Francioni, vol. 1, Cagliari, Istituto per l’Enciclopedia Italiana-L’Unione Sarda, 2009, pensada en dieciocho volúmenes.
18 Véase: Tosel, André: «Americanismo, razionalizzazione, universalità secondo Gramsci», en: AA. VV., Tempi moderni. Gramsci e la critica dell’americanismo, a cura di G. Baratta e A. Catone, Edizioni Associate, Roma, 1989, pp. 237-252, ahora en: L’esprit de scission. Études sur Marx, Gramsci, Lukács, Annales Littéraires de l’Université, Besançon, 1991.
19 Marx, Karl; Das Kapital, Band III, Ullstein, Krankfurt, 1980, p. 202; en español: El Capital; Tomo III, Vol. 6, Siglo XXI, México, 1984, p. 272.
20 La importancia de estos dos conceptos y sus categorías secundarias fue destacada por primera vez por F. De Felice centrándose en el Quaderno 22: «Una chiave di lettura in ‘Americanismo e fordismo'»: en: Rinascita (supplemento «Il contemporaneo»), 1972, Nº 42; y la siguiente edición crítica: Antonio Gramsci, Quaderno 22. Americanismo e fordismo, Introd. e note di F. De Felice, Einaudi, Torino, 1978. El testimonio de un camarada de cárcel, Ercole Piacentini, también confirma este juicio, recordando que Gramsci en sus cursos de formación daba una clase centrada precisamente en Americanismo y Fordismo; rememoraba que una vez Gramsci inauguró una de sus clases con estas palabras: «Compagni, oggi parleremo di americanismo e fordismo. Tenete a mente che dopo l’avvento dell’americanismo tutto è cambiato. Di lì dobbiamo partire se vogliamo fare non come in Russia, ma come è necessario per costruire il socialismo in Occidente.»
21 Carta a Tania Schucht del 25 de marzo de 1929, en ella Gramsci le comunica la decisión, modificando su primera intención exclusivamente literaria, de ocuparse «prevalentemente e di prendere note su questi tre argomenti: -1° La storia italiana nel secolo XIX, con speciale riguardo della formazione e dello sviluppo dei gruppi intellettuali; -2° La teoria della storia e della storiografia; -3° L’americanismo e il fordismo».
22 Dice Gramsci: «Filosofia politica economia. Se si tratta di elementi costitutivi di una stessa concezione del mondo, necessariamente ci deve essere, nei principii teorici,convertibilità da uno all’altro, traduzione reciprocanel proprio specifico linguaggio di ogni parte costitu-tiva: un elemento è implicito nell’altro e tutti insie-me formano un circolo omogeneo».
23 Carta a Tania Schucht, 25 de Marzo, 1929; en: Gramsci, Antonio; Lettera dal Carcere; Sellerio, Palermo, 1996, p. 248.
24 Cfr. Gianni Francioni, L’officina gramsciana. Ipotesi sulla struttura dei «Quaderni del carcere», Bibliopolis 1984, Napoli, p. 140 y ss.
25 Traduce del francés el libro de Henry Ford, Aujourd’hui et demain (ed. S. Crowther), Payot, Paris, 1926, introductor de las nuevas relaciones de producción y racionalización en la fábrica y dos novelas realistas también del francés: Le Pétrole, Michel, Paris, 1929 de Upton Sinclair y Babbit, Librairie Stock, Paris, 1930, de Sinclair Lewis; además Gramsci trabaja los siguientes textos: prefacio de V. Cambon al libro biográfico de Ford: Ma vie et mon oeuvre, y los artículos: L. Bondini, «L’idea Ford», en: La Nuova Italia, 7, 1932, pp. 256-263; el de G. A. Borgese, «Strano interludio», en Corriere della Sera, 15 marzo, 1932; A. Capasso, «Un libro di Daniel Rops», en La Nuova Italia, 2, 1933, pp. 68-72, una fuente importante del análisis gramsciano y el uso marxista de estas fuentes es el número especial del 14 de octubre de 1927 de la revista Die literatische Welt, dedicado a la literatura realista y social de EEUU, que Gramsci tradujo íntegramente en el curso del año 1929, correspondiendo al cuaderno de traducciones Quaderno A. Véase: De Felice, Franco: «Libri e articoli indicati da Gramsci», en: Gramsci, Antonio; Quaderno 22. Americanismo e Fordismo; Einaudi, Torino, 1978, pp. 121-124.
26 Aunque allí la crítica se asumía sobre la anterior forma de hegemonía en la fábrica, el «Taylorismo».
27 Natale Massimo Fovel; Economia e corporativismo; SATE, Ferrara, 1929.
28 De hecho Gramsci utiliza alternativamente el término «composizione», por ejemplo: Q 21, I, 2140.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.