«Cada guerra empieza con mentiras, porque de lo que se trata es de que la opinión pública la apoye. Solo años más tarde sabemos la verdad». De esta manera comenzaba el periodista belga Michel Collon su libro «La OTAN a la conquista del mundo». Una recomendable obra de investigación en la que su autor enseña […]
«Cada guerra empieza con mentiras, porque de lo que se trata es de que la opinión pública la apoye. Solo años más tarde sabemos la verdad». De esta manera comenzaba el periodista belga Michel Collon su libro «La OTAN a la conquista del mundo». Una recomendable obra de investigación en la que su autor enseña a localizar las construcciones mediáticas con las que se pretende convencer a las poblaciones de Occidente de que las guerras motivadas por espurios intereses económicos y geoestratégicos tienen loables propósitos, tales como propagar la democracia, defender los Derechos Humanos o proteger las fronteras del «Mundo Libre» de terribles enemigos dispuestos a saltar sobre nosotros sorpresivamente.
A los medios corporativos les corresponde el papel esencial de lograr un consenso favorable a cada nueva intervención o bombardeo. Función que desempeñan con incuestionable disciplina. Este jueves 13 de septiembre los periódicos del Archipiélago canario se ponían una vez manos a la obra, para tratar de justificar la conversión de la isla de Gran Canaria en la principal base militar de la OTAN para los ataques de esa organización contra el continente africano.
CON LA RECURRENTE EXCUSA DE AL QAEDA IDEADA POR LA ADMINISTRACIÓN BUSH
La Base Aérea de Gando y el Arsenal de Las Palmas de Gran Canaria servirán, en efecto, para dar apoyo logístico a una operación militar en África que preparan Estados Unidos y varios países europeos, entre ellos España, y que se iniciará en unas pocas semanas. La excusa aducida para la nueva intervención no es precisamente original. Su objetivo – según la versión oficial- será «sofocar y controlar el auge yihadista en la región del Sahel». El fantasma de Al Qaeda, utilizado por la Administración Bush para atacar Afganistán, se recupera en esta ocasión para hacer lo propio en Mali. Las tropas de la OTAN -sostiene la propaganda de guerra presentada en forma de noticia- actuarán en ese país para «evitar una propagación de los movimientos defensores de Al Qaeda, que podrían llegar a las puertas de Canarias y Europa».
FRANÇOIS HOLLANDE IMPULSOR DE LA AGRESIÓN EN LOS ANTIGUOS DOMINIOS COLONIALES DE FRANCIA
Además de la Administración Obama, uno de los principales impulsores de la nueva agresión militar es el presidente «socialista» de Francia, François Hollande, representante de la burguesía gala en su pugna por continuar detentando una posición de privilegio en sus antiguos dominios coloniales. Estados Unidos ha delegado en Hollande -cuya reciente llegada al Elíseo fue aplaudida por cierta «progresía» como un avance de «la izquierda«- la labor de coordinar una operación en la que también participarán Italia, Alemania y Reino Unido.
Está previsto que la intervención directa sobre el terreno corra a cargo – al menos en una primera fase – de los países de la Unión Africana, que suministrarán unos 3.000 efectivos. Mientras las tropas cipayas actúan como carne de cañón, los países de la OTAN controlarán la agresión con apoyo logístico, aporte de material y soporte tecnológico, teniendo a Gran Canaria como centro de operaciones. Desde la Base Aérea de Gando, por ejemplo, partirán los temidos drones – aviones no tripulados – que Estados Unidos está utilizando en la actualidad para sus ataques aéreos en Asia Central. También desempeñará un papel central el Puerto de La Luz y de Las Palmas, que recibía el pasado 27 de agosto la visita de la fragata estadounidense Uss Taylor FFG-50 con la finalidad de comprobar, in situ, las posibilidades de esta instalación para efectuar intervenciones militares en esta zona del Atlántico. Durante la estancia del barco de guerra norteamericano en la isla, el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra, confirmaba que la marina militar norteamericana había incluido «La Luz en el listado de sus puertos preferentes». Circunstancia que no ha tardado en ser ratificada por los hechos.
LOS VERDADEROS OBJETIVOS DE LA INTERVENCIÓN
La llegada a Canarias de los ejércitos de la OTAN constituye el último -y anunciado- episodio de un proyecto de largo recorrido. Desde hace años, las burguesías española y canaria se esfuerzan denodadamente para conseguir su parte del pastel en la recolonización en curso del continente africano. Este proyecto se integra en los propósitos de expansión de las principales potencias imperialistas, de las cuales la burguesía «comisionista» isleña aspira a beneficiarse como socio menor.
A nivel estatal, la estrategia para participar en el reparto del suculento botín fue definida por el Ministerio de Asuntos Exteriores del Ejecutivo Zapatero en el llamado «Plan África». Como objetivos del mismo, los documentos oficiales desarrollados por el Ejecutivo socialdemócrata especificaban el apoyo a la participación de las multinacionales ibéricas en la «explotación de los recursos de hidrocarburos» de este continente y el fomento del resto de inversiones españolas.
Nos encontramos, por tanto, ante un plan que cuenta con el consenso del PP, PSOE, CC, Nueva Canarias y otros partidos institucionales. No en vano, con motivo de la presentación de la candidatura del PSC-PSOE a las pasadas elecciones autonómicas y locales el secretario general del PSC-PSOE, y hoy vicepresidente del Ejecutivo autonómico, José Miguel Pérez, prometía «desarrollar una estrategia para convertir el Archipiélago en el principal enclave para el África occidental».
Dicha estrategia, que como hemos apuntado comparten «socialistas», populares y «nacionalistas», cuenta entre sus principales hitos con la visita a las Islas del embajador de los EE.UU. en España, Alan Solomon, en septiembre de 2010. Y, posteriormente, con la reunión en Tenerife de la Corporate Council for Africa (CCA) -asociación de empresas estadounidenses con inversiones en África- en marzo de 2011.
Hasta el momento, los promotores del saqueo neocolonial habían incidido en el aspecto comercial del proyecto, para vender su idea de Canarias como «plataforma intercontinental» de negocios. Desde su mismo nacimiento, sin embargo, la «mano invisible» del capitalismo ha requerido del puño de hierro de las cañoneras para «abrir» mercados, apropiarse de riquezas ajenas y terminar expeditivamente con cualquier tipo de resistencia. Algo que, si nada lo impide, continuará haciendo la Organización del Tratado del Atlántico Norte desde unas islas que, en su día, expresaron su rotundo rechazo a esta coalición bélica criminal.